jueves, septiembre 28, 2006

Quien mal anda mal acaba

jueves 28 de septiembre de 2006
Quien mal anda mal acaba
Ernesto Ladrón de Guevara
M IRA que lo hemos dicho por activa y por pasiva: dime con quien vas y te diré quien eres. O quien a hierro mata a hierro muere. El Sr. Zapatero llegó a la presidencia como resultado de un 11-M cuyos elementos confusos dieron como resultado un giro electoral, mientras que desconocíamos sus matices conspirativos, habiendo claros indicios de falsos testimonios y de manipulación de pruebas. Necesitado de un factor de legitimación, se embarcó en una dinámica cuyo trazo más significativo era resolver el problema de ETA que está ligado al soberanismo caciquil territorial de las comunidades mal llamadas “históricas”, rompiendo de forma abrupta y desleal los pactos de Estado. El paradigma de partida era que ETA se encontraba contra las cuerdas por el magnífico resultado del Pacto contra el terrorismo y por las libertades entre el Partido Popular y el Partido Socialista. Por tanto se presuponía que la organización armada admitiría dádivas de menor entidad a cambio de una entrega de las armas que restituyera a Batasuna al escenario político y que posibilitara beneficios penitenciarios a los presos. Si bien el mundo proetarra afirma que existían otros acuerdos de carácter político relacionados con el elemento autodeterminista. Tan confiado estaba Zapatero en sus capacidades hipnóticas y persuasorias que daba por hecho que los chicos de Arnaldo Otegui acabarían pasando por el aro, sin percatarse de que estaba tratando con una mafia y que, por otra parte, no tiene normas deontológicas precisamente. Los socialistas lo están intentando de todas las maneras posibles, incluso aceptando la constitución de una mesa política que es una trampa mortal para la democracia, pues los acuerdos adoptados por sus constituyentes irán por la vía de la ruptura de España y preparando la independencia del País Vasco, sin luz ni taquígrafos, aceptando prevaricadoramente a un partido ilegalizado, y al margen del órgano donde se expresa la voluntad ciudadana, es decir en el Parlamento. El caso es que ETA S.A. está dando pasos en el sentido de cerrar el paso a los socialistas y ponerles contra las cuerdas. Cosa que algunos ya lo anunciamos que iba a pasar, pues conocemos a esta gentuza. ETA va a acusar al Partido Socialista del derramamiento de sangre que desgraciadamente parece anunciarse y cuyo prolegómeno es la serie de actos terroristas de tipo callejero que están produciéndose. Hoy mismo el Gara publica una viñeta representando la ikurriña atravesada por el peciolo de la rosa socialista clavada en ella en medio de un charco de sangre. Y el otro día en un acto impune donde, echados al monte, dos terroristas disparan al aire al más puro estilo de la Intifada. El caso es que hemos perdido unos meses fundamentales para consolidar la democracia, haciendo desaparecer, por puro ahogo, a ETA, gracias al Estado de Derecho. En este tiempo lo acontecido desde ámbitos de la fiscalía cualquier jurista calificaría como fraude de ley, quitando la venda que tapa los ojos a la imagen de la justicia. Batasuna y ETA no van a contentarse con lo que les ofrece el Gobierno. Ya lo sabíamos. Quieren la independencia. También lo sabíamos. Y no van a parar de matar hasta conseguirlo. Ya nos lo dijo en la Audiencia Nacional el asesino de Miguel Angel Blanco y de otras numerosas víctimas, como Fernando Múgica entre otros. ¿Y ahora qué?

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