viernes 29 de septiembre de 2006
SEGUNDO LIBRO DE JOHN STOSSEL
Mitos, mentiras y simple estupidez
Por Daniel Rodríguez Herrera
John Stossel no es un desconocido para los lectores más atentos de nuestro periódico, donde ha publicado algunas columnas. Sin embargo, lo que quizá no sea tan sabido es que su labor principal no es escribir, sino copresentar el programa informativo 20/20 de la cadena ABC. Sus columnas son fruto de las investigaciones que dirige para dicho programa. Ahora ha escrito su segundo libro: Myths, lies, and downright stupidity, en el que intenta destruir algunos de los mitos con más tirón popular.
En un primer momento Stossel se especializó en hacer reportajes sobre consumo. Ya saben, timos de empresas y cosas así. Según explica, tuvo muchos problemas de pequeño con los abusones de su colegio, y su principal motivación para hacerse periodista era poner bajo los focos de la luz pública a los abusones de adultos. Sin embargo, según hacía más y más reportajes se fue dando cuenta de que los mayores abusones son el Gobierno y, en el caso estadounidense, los abogados. El caso es que se fue convirtiendo en uno de los pocos reporteros liberales de las grandes cadenas norteamericanas. Ha ganado nada más y nada menos que 19 premios Emmy, y provocado que otro ganador le agradeciera en plena ceremonia que no hubiera hecho ningún reportaje en su categoría.
Myths, lies, and downright stupidity es un libro, decimos, dedicado a desmontar mitos, y las mentiras (o, en algunos casos, la simple y llana estupidez) que hay detrás de ellos. Algunos son "importantes", en el sentido de que tienen implicaciones políticas; aquí es donde más deja traslucir su liberalismo.
Stossel explica, por ejemplo, por qué la especulación de precios tras un desastre es buena; que los reguladores medioambientales son en muchos casos activistas radicales; que los políticos no son ciudadanos modelo sino hipócritas; que la prohibición de vender órganos es inmoral y mata a miles de norteamericanos al año; que las demandas de los abogados nos hacen menos seguros; que el Gobierno hace daño a los pobres regalando dinero público por doquier, y atormenta a los trabajadores y enriquece a los abogados con su supuesta lucha contra el sexismo; o que las demandas por negligencia médica pueden ser beneficiosas para algunos, pero dañan a muchísimos. Sólo estoy destacando aquellos asuntos sobre los que ha publicado en Libertad Digital, pero en el libro hay muchos más y, seguramente, aún más interesantes.
No se limita a eso la obra. Por ejemplo, se habla de unas curiosas pruebas que hicieron en 20/20: dieron a beber agua embotellada y de grifo sin decir a los consumidores qué era qué, para dar cuenta de que no hay mucha diferencia, si es que hay alguna: los consumidores elegían poco menos que al azar. De hecho, el agua que salía peor parada era Evian, la más cara. También se alude al timo de los quiropracticantes, que aseguran poder curar todo tipo de enfermedades, o al de la homeopatía; sin embargo, también se asegura que la hipnosis puede llegar a funcionar en algunos casos.
Más: Stossel asegura que el frío no provoca los resfriados: la única razón por la que hay más casos en invierno es que estamos más tiempo bajo techo, juntos, pasándonos virus. Hacer crujir las articulaciones no provoca artritis. Y leer con poca luz no hace daño a los ojos. Podemos nadar después de comer. Sin embargo, sí es cierto que, si apoyamos el portátil directamente sobre las piernas, podemos padecer esterilidad, si bien de orden temporal, durante unos meses. También ha dedicado muchos programas, y sendos capítulos de esta obra, a los consejos sobre paternidad y felicidad.
Myths, lies... es sencillo de leer, y está muy bien estructurado. Cada capítulo está dedicado a un tema común y, a su vez, dividido en secciones, encabezadas por un pequeño cuadro donde se muestran el mito que se planea demoler o confirmar y la realidad. Algunos de los artículos me han parecido repletos de sentido común; otros no tanto. Pero precisamente la confianza que se establece con el autor, por lo mucho en que se coincide con él, hace que se vean sus otras tesis algo más plausibles que antes de empezar el libro.
Estamos ante una obra repleta de argumentos sencillos, que no simples, con los que explicar realidades complejas... o no tanto. Una lectura muy recomendable, en definitiva, aunque no sea precisamente un texto imprescindible.
JOHN STOSSEL: MYTHS, LIES, AND DOWNRIGHT STUPIDITY. Hyperion (Nueva York), 2006; 304 páginas.
Gentileza de LD
jueves, septiembre 28, 2006
Chencho se confiesa
viernes 29 de septiembre de 2006
CONFESIONES DE UN DIPLOMÁTICO
Chencho se confiesa
Por Florentino Portero
Inocencio Chencho Arias es posiblemente el diplomático español que, no habiendo optado por el ejercicio de la vida política, ha logrado una mayor popularidad. Su paso por la gerencia del Real Madrid y su disposición a hablar de casi cualquier tema ayudaron. Su facilidad para la comunicación, la naturalidad con la que se movía entre periodistas, su disposición a trabajar con gobiernos de distintas ideologías, su conocimiento del oficio… le han permitido desarrollar una brillante carrera, culminada con una prolongada estancia al frente de nuestra legación en Naciones Unidas.
La historia reciente de la diplomacia española gira en torno a un objetivo: el reconocimiento. Años de decadencia y aislamiento hicieron de la Transición y la Monarquía democrática la esperada oportunidad para volver a situar España en el mundo, logrando, por fin, el ansiado reconocimiento. Calvo Sotelo, González o Aznar aportaron lo suyo. Varias generaciones de diplomáticos participaron en este empeño, y en ese ambiente trabajó Arias.
Bajo los gobiernos del PP, Arias en Nueva York y Rupérez en Washington vivieron un hermoso espejismo, lo más parecido al sueño erótico que un diplomático español puede experimentar estando despierto: existían para los grandes, eran actores reconocidos, se les invitaba y escuchaba; sus opiniones contaban, y podían invitar a sus residencias a destacadas figuras con fundadas esperanzas de que aceptaran. Algo que nunca antes había ocurrido. Por fin España era fuerte tanto en Bruselas como en Washington.
Arias, a diferencia de Rupérez, participaba del antiamericanismo característico de nuestro cuerpo diplomático, siempre más preocupado por mantenerse en la ortodoxia europeísta y en estar a bien con el bloque árabe. Sin duda, el hecho más relevante de su etapa onusina fue el debate sobre Irak, que coincidió con la entrada de España en el Consejo de Seguridad.
Para entonces Arias ya llevaba más tiempo del normal en el destino, y cabía esperar su sustitución. Su fama de antinorteamericano, ganada a pulso, hacía aún más aconsejable el pronto relevo, para que quien llegara asumiera la cuestión iraquí desde el principio. Para sorpresa de muchos, Arias fue confirmado en el puesto. Él no lo entiende, quien escribe estas líneas tampoco, pero se le concedió la oportunidad de protagonizar uno de los momentos más interesantes que ha vivido la diplomacia española en las últimas décadas.
Parafraseando a José María Aznar, Arias tuvo la oportunidad de jugar en primera división. No hay duda de que fue una experiencia placentera, tanto como amarga ha sido la factura que sus antiguos amigos del Partido Socialista le han pasado.
Las memorias de Arias son un libro personal. No hay duda de quién lo ha escrito. Una prosa fácil y cheli corre a borbotones, inundando páginas con anécdotas, datos y citas. Las ganas de decir desbordan el guión, y pasa continuamente de un tema a otro para de nuevo tratar de recuperar el hilo conductor. No son muchas las novedades para el lector que siguiera con detalle aquella crisis, aunque resultan de mucho interés sus comentarios sobre la posición de los estados latinoamericanos y, en menor medida, árabes. Matiza bien la evolución de ciertos personajes clave, como Powell, Annan o Villepin.
Como ocurre con otros libros de memorias de diplomáticos españoles, la mayoría de generaciones precedentes, llama mucho la atención el hecho de que no hablen de diplomacia, salvo que entendamos por este término su componente táctico: reuniones, encuentros, entrevistas, conversaciones. Arias ha trabajado con todos los gobiernos de la democracia, pero en sus memorias no siente la necesidad de describir y valorar las líneas maestras de la acción exterior española: ¿cuáles fueron las aportaciones de González?, ¿cuáles las de Aznar?, ¿en qué medida el segundo continuó la labor del primero, y dónde le rectificó? El árbol no deja ver el bosque.
Arias se lamenta por el trato recibido de sus colegas y del Gobierno socialista. No creo equivocarme al afirmar que se sentía mucho más cerca de González que de Aznar. Pero el socialismo español entiende las lealtades de manera singular, a la siciliana. Otros diplomáticos más próximos a Ferraz, como Jorge Dezcallar, ocuparon puestos de enorme responsabilidad con Aznar pero no sufrieron el mismo castigo. Más aún, sus posteriores destinos bien pueden valorarse como premios. ¿Por qué uno sí y el otro no?
En cualquier caso, Chencho siempre podrá decir aquello de: "¡Que me quiten lo bailao!".
INOCENCIO ARIAS: CONFESIONES DE UN DIPLOMÁTICO. DEL 11-S AL 11-M. Planeta, 2006; 362 páginas.
Gentileza de LD
CONFESIONES DE UN DIPLOMÁTICO
Chencho se confiesa
Por Florentino Portero
Inocencio Chencho Arias es posiblemente el diplomático español que, no habiendo optado por el ejercicio de la vida política, ha logrado una mayor popularidad. Su paso por la gerencia del Real Madrid y su disposición a hablar de casi cualquier tema ayudaron. Su facilidad para la comunicación, la naturalidad con la que se movía entre periodistas, su disposición a trabajar con gobiernos de distintas ideologías, su conocimiento del oficio… le han permitido desarrollar una brillante carrera, culminada con una prolongada estancia al frente de nuestra legación en Naciones Unidas.
La historia reciente de la diplomacia española gira en torno a un objetivo: el reconocimiento. Años de decadencia y aislamiento hicieron de la Transición y la Monarquía democrática la esperada oportunidad para volver a situar España en el mundo, logrando, por fin, el ansiado reconocimiento. Calvo Sotelo, González o Aznar aportaron lo suyo. Varias generaciones de diplomáticos participaron en este empeño, y en ese ambiente trabajó Arias.
Bajo los gobiernos del PP, Arias en Nueva York y Rupérez en Washington vivieron un hermoso espejismo, lo más parecido al sueño erótico que un diplomático español puede experimentar estando despierto: existían para los grandes, eran actores reconocidos, se les invitaba y escuchaba; sus opiniones contaban, y podían invitar a sus residencias a destacadas figuras con fundadas esperanzas de que aceptaran. Algo que nunca antes había ocurrido. Por fin España era fuerte tanto en Bruselas como en Washington.
Arias, a diferencia de Rupérez, participaba del antiamericanismo característico de nuestro cuerpo diplomático, siempre más preocupado por mantenerse en la ortodoxia europeísta y en estar a bien con el bloque árabe. Sin duda, el hecho más relevante de su etapa onusina fue el debate sobre Irak, que coincidió con la entrada de España en el Consejo de Seguridad.
Para entonces Arias ya llevaba más tiempo del normal en el destino, y cabía esperar su sustitución. Su fama de antinorteamericano, ganada a pulso, hacía aún más aconsejable el pronto relevo, para que quien llegara asumiera la cuestión iraquí desde el principio. Para sorpresa de muchos, Arias fue confirmado en el puesto. Él no lo entiende, quien escribe estas líneas tampoco, pero se le concedió la oportunidad de protagonizar uno de los momentos más interesantes que ha vivido la diplomacia española en las últimas décadas.
Parafraseando a José María Aznar, Arias tuvo la oportunidad de jugar en primera división. No hay duda de que fue una experiencia placentera, tanto como amarga ha sido la factura que sus antiguos amigos del Partido Socialista le han pasado.
Las memorias de Arias son un libro personal. No hay duda de quién lo ha escrito. Una prosa fácil y cheli corre a borbotones, inundando páginas con anécdotas, datos y citas. Las ganas de decir desbordan el guión, y pasa continuamente de un tema a otro para de nuevo tratar de recuperar el hilo conductor. No son muchas las novedades para el lector que siguiera con detalle aquella crisis, aunque resultan de mucho interés sus comentarios sobre la posición de los estados latinoamericanos y, en menor medida, árabes. Matiza bien la evolución de ciertos personajes clave, como Powell, Annan o Villepin.
Como ocurre con otros libros de memorias de diplomáticos españoles, la mayoría de generaciones precedentes, llama mucho la atención el hecho de que no hablen de diplomacia, salvo que entendamos por este término su componente táctico: reuniones, encuentros, entrevistas, conversaciones. Arias ha trabajado con todos los gobiernos de la democracia, pero en sus memorias no siente la necesidad de describir y valorar las líneas maestras de la acción exterior española: ¿cuáles fueron las aportaciones de González?, ¿cuáles las de Aznar?, ¿en qué medida el segundo continuó la labor del primero, y dónde le rectificó? El árbol no deja ver el bosque.
Arias se lamenta por el trato recibido de sus colegas y del Gobierno socialista. No creo equivocarme al afirmar que se sentía mucho más cerca de González que de Aznar. Pero el socialismo español entiende las lealtades de manera singular, a la siciliana. Otros diplomáticos más próximos a Ferraz, como Jorge Dezcallar, ocuparon puestos de enorme responsabilidad con Aznar pero no sufrieron el mismo castigo. Más aún, sus posteriores destinos bien pueden valorarse como premios. ¿Por qué uno sí y el otro no?
En cualquier caso, Chencho siempre podrá decir aquello de: "¡Que me quiten lo bailao!".
INOCENCIO ARIAS: CONFESIONES DE UN DIPLOMÁTICO. DEL 11-S AL 11-M. Planeta, 2006; 362 páginas.
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Bromas de Estado del Grupo Risa
viernes 29 de septiembre de 2006
DON EVO, LE HABLA EL PRESIDENTE
Bromas de Estado del Grupo Risa
Por Javier Somalo
Lo que tiene Alfonso Ussía es que, en muy poco espacio, lo dice todo y lo dice bien. Así que no me deja casi margen para hacer una reseña decente sobre el libro del Grupo Risa que ha prologado. Es que tiene razón: imitar una voz no hace gracia; pensar y actuar como otro, y además con su voz, ya es otra cosa.
Cuando Óscar Blanco, Fernando Echeverría y David Miner meten en nuestra casa a Zapatero nos entra la risa floja, a medias entre el cachondeo y la angustia. Reímos, sí, pero sabemos que al día siguiente el gag de turno se puede convertir en realidad.
Los políticos suelen decir que no les importa verse imitados –también dicen que leen y escuchan música clásica– porque sólo se refleja su caricatura. Pero si la imitación es moral, si el imitador consigue incluso anticiparse a sus acciones más vergonzantes, entonces les llaman fascistas. Vamos, que a Zapatero lo que le molestó fue que Blanco, Echeverría y Miner se adelantaran a lo que de verdad tenía pensado decirle al aspirante a dictador indígena Evo Morales. Por eso a Evo no le incomodó la broma. Manejó información privilegiada, obtuvo las mismas ventajas y encima pasó por campechano entre los progres.
César Vidal ya ha cogido la costumbre de advertir a los oyentes de su Linterna que cuando escuchen un corte de Zapatero, Bono o Moratinos no lo confundan con una broma del Grupo Risa. Y lo hace no tanto porque la voz sea igual –que lo es– como por lo difícil que nos ha puesto este Gobierno distinguir entre la ficción y la realidad. Si Mariano Rajoy fuera fiel a su acertado diagnóstico sobre el presidente, el bobo solemne, no le entrarían tantas ganas de pactar con él a fondo perdido.
El lector de Don Evo, le habla el presidente descubrirá cómo se las arreglan tres personas para liar las que lían y seguir siendo unos tipos normales. No lucen pelopincho, ni los calzoncillos al aire, y además cogen el teléfono. Son normales porque al que trabaja todo el día no le queda tiempo para buscar a quién parecerse por fuera.
El libro nos ofrece una primera parte en la que José Cable relata cómo se conocieron, de dónde procede cada uno, en qué lugar trabajan, lo sucio que está el lugar en que trabajan, a qué hora llegan a la radio, cuánto tardan en grabar una pieza, cómo se llevan con Federico... y si Federico se ha atrevido a entrar en el lugar en el que trabajan. Sí, en "la cuadra", que así llaman al estudio en el que engendran, editan y graban maldades tan dañinas como la que da título al libro. Si las paredes hablaran...
¿Qué humorista –políticos aparte– ha conseguido provocar un conflicto diplomático con una imitación? Bueno, ¿y qué presidente puede llevarse bien con Evo Morales? Lo segundo sí que es de chiste. Así que si leen con atención este libro descubrirán la verdadera historia de la broma que más teletipos, reuniones de embajadores y declaraciones oficiales ha generado en España. Toda una broma de Estado.
Pero el Grupo Risa, la COPE y todos sus oyentes también necesitaban saldar una cuenta pendiente con el Gobierno. ¿Se acuerdan de cómo intentaron cargarse a este ingenioso trío y, de paso, a la emisora entera? Pues con una gran y soez mentira por la que todavía no se han dignado a pedir perdón. Aquí nos recuerdan cómo se les acusó de hacer un montaje fotográfico (¡pero si trabajan en la radio!) con las ministras en posturas (físicas) obscenas.
El montaje existía, sí, y sus autores se aprovecharon del éxito de Blanco, Miner y Echeverría robándoles el nombre para perpetrar sin gracia su bromita en una web llamada gruporisa.com. Aunque en Libertad Digital dimos cumplida cuenta de lo ocurrido, conviene repasarlo, porque lo cuentan de maravilla, al detalle. Sigue resultando asombroso.
Don Evo... recoge también la transcripción de las mejores piezas emitidas por el Grupo Risa en la COPE. Y como el ingenio de los guiones radiofónicos hay que escucharlo, incluye un CD con una selección de montajes, entre los que se encuentra, además de la llamada de Zapatero a Evo Morales, el famoso rap de Pedrojota. El Grupo Risa no ha descuidado detalles. Lo comprobará el que los lea, escuche y se deje llevar por una guía de audición que ni la Deutsche Grammophon, oiga.
En definitiva, estamos ante un libro-disco que nos hará llorar; unas veces de risa, otras de auténtica pena, por la losa que aquel 14-M cayó sobre todos los españoles.
Y luego, claro, dirán que la COPE crispa. Pues bendito sea Dios.
GRUPO RISA: DON EVO, LE HABLA EL PRESIDENTE. Temas de Hoy, 2006; 300 páginas. Prólogo de Alfonso Ussía.
Gentileza de LD
DON EVO, LE HABLA EL PRESIDENTE
Bromas de Estado del Grupo Risa
Por Javier Somalo
Lo que tiene Alfonso Ussía es que, en muy poco espacio, lo dice todo y lo dice bien. Así que no me deja casi margen para hacer una reseña decente sobre el libro del Grupo Risa que ha prologado. Es que tiene razón: imitar una voz no hace gracia; pensar y actuar como otro, y además con su voz, ya es otra cosa.
Cuando Óscar Blanco, Fernando Echeverría y David Miner meten en nuestra casa a Zapatero nos entra la risa floja, a medias entre el cachondeo y la angustia. Reímos, sí, pero sabemos que al día siguiente el gag de turno se puede convertir en realidad.
Los políticos suelen decir que no les importa verse imitados –también dicen que leen y escuchan música clásica– porque sólo se refleja su caricatura. Pero si la imitación es moral, si el imitador consigue incluso anticiparse a sus acciones más vergonzantes, entonces les llaman fascistas. Vamos, que a Zapatero lo que le molestó fue que Blanco, Echeverría y Miner se adelantaran a lo que de verdad tenía pensado decirle al aspirante a dictador indígena Evo Morales. Por eso a Evo no le incomodó la broma. Manejó información privilegiada, obtuvo las mismas ventajas y encima pasó por campechano entre los progres.
César Vidal ya ha cogido la costumbre de advertir a los oyentes de su Linterna que cuando escuchen un corte de Zapatero, Bono o Moratinos no lo confundan con una broma del Grupo Risa. Y lo hace no tanto porque la voz sea igual –que lo es– como por lo difícil que nos ha puesto este Gobierno distinguir entre la ficción y la realidad. Si Mariano Rajoy fuera fiel a su acertado diagnóstico sobre el presidente, el bobo solemne, no le entrarían tantas ganas de pactar con él a fondo perdido.
El lector de Don Evo, le habla el presidente descubrirá cómo se las arreglan tres personas para liar las que lían y seguir siendo unos tipos normales. No lucen pelopincho, ni los calzoncillos al aire, y además cogen el teléfono. Son normales porque al que trabaja todo el día no le queda tiempo para buscar a quién parecerse por fuera.
El libro nos ofrece una primera parte en la que José Cable relata cómo se conocieron, de dónde procede cada uno, en qué lugar trabajan, lo sucio que está el lugar en que trabajan, a qué hora llegan a la radio, cuánto tardan en grabar una pieza, cómo se llevan con Federico... y si Federico se ha atrevido a entrar en el lugar en el que trabajan. Sí, en "la cuadra", que así llaman al estudio en el que engendran, editan y graban maldades tan dañinas como la que da título al libro. Si las paredes hablaran...
¿Qué humorista –políticos aparte– ha conseguido provocar un conflicto diplomático con una imitación? Bueno, ¿y qué presidente puede llevarse bien con Evo Morales? Lo segundo sí que es de chiste. Así que si leen con atención este libro descubrirán la verdadera historia de la broma que más teletipos, reuniones de embajadores y declaraciones oficiales ha generado en España. Toda una broma de Estado.
Pero el Grupo Risa, la COPE y todos sus oyentes también necesitaban saldar una cuenta pendiente con el Gobierno. ¿Se acuerdan de cómo intentaron cargarse a este ingenioso trío y, de paso, a la emisora entera? Pues con una gran y soez mentira por la que todavía no se han dignado a pedir perdón. Aquí nos recuerdan cómo se les acusó de hacer un montaje fotográfico (¡pero si trabajan en la radio!) con las ministras en posturas (físicas) obscenas.
El montaje existía, sí, y sus autores se aprovecharon del éxito de Blanco, Miner y Echeverría robándoles el nombre para perpetrar sin gracia su bromita en una web llamada gruporisa.com. Aunque en Libertad Digital dimos cumplida cuenta de lo ocurrido, conviene repasarlo, porque lo cuentan de maravilla, al detalle. Sigue resultando asombroso.
Don Evo... recoge también la transcripción de las mejores piezas emitidas por el Grupo Risa en la COPE. Y como el ingenio de los guiones radiofónicos hay que escucharlo, incluye un CD con una selección de montajes, entre los que se encuentra, además de la llamada de Zapatero a Evo Morales, el famoso rap de Pedrojota. El Grupo Risa no ha descuidado detalles. Lo comprobará el que los lea, escuche y se deje llevar por una guía de audición que ni la Deutsche Grammophon, oiga.
En definitiva, estamos ante un libro-disco que nos hará llorar; unas veces de risa, otras de auténtica pena, por la losa que aquel 14-M cayó sobre todos los españoles.
Y luego, claro, dirán que la COPE crispa. Pues bendito sea Dios.
GRUPO RISA: DON EVO, LE HABLA EL PRESIDENTE. Temas de Hoy, 2006; 300 páginas. Prólogo de Alfonso Ussía.
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El derrumbe de un edificio en ruinas
viernes 29 de septiembre de 2006
UNA VISIÓN CRÍTICA SOBRE LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL
El derrumbe de un edificio en ruinas
Por Pío Moa
Concebida inicialmente como una democracia liberal, puede decirse que la República pasó por tres fases: la democracia desbordada del primer bienio, la democracia asaltada del segundo bienio y la democracia arruinada de entre febrero y julio de 1936. La defensa de la legalidad por la CEDA, en 1934, habría permitido posiblemente la perduración y asentamiento del régimen, pero los manejos de Alcalá-Zamora y el triunfo del Frente Popular en 1936 disiparon todas las esperanzas.
Como hemos visto, desde febrero de ese año la erosión y vaciamiento de lo que quedaba de legalidad democrática ocurrió a un ritmo vertiginoso, por la acción combinada de un proceso revolucionario desde la calle y los campos y los ataques a la ley desde el Gobierno.
Esta acción combinada no quiere decir que el Gobierno y los revolucionarios obrasen de pleno acuerdo. En realidad, el Gobierno temía a los revolucionarios, pero por una parte dependía de ellos, y se sentía impotente ante ellos, y por otra atacaba a la ley desde su propio poder. De ahí que cuando estalló la sublevación derechista, el 17 de julio, y las masas salieron a las calles exigiendo armas al Gobierno de Casares Quiroga se le presentase un dilema decisivo: ceder definitivamente al empuje revolucionario o intentar mantener su autoridad y aplastar la sublevación por los medios legales.
La primera reacción de Casares fue rechazar en redondo el armamento de los sindicatos, amenazando fusilar a quien desobedeciera. Y comentó a Vidarte: "Más de una vez he dicho pública y privadamente que yo no sería el Kerenski español. El Gobierno tiene medios suficientes para afrontar la situación". Y así era, pues, contra lo que a menudo se ha afirmado, se había preparado con bastante previsión para aplastar el golpe militar, como demostrarían los hechos.
Sin embargo, la presión del entorno tenía tal fuerza que su inicial energía se disipó rápidamente. Martínez Barrio recuerda: "Los ministros, envueltos en sombras, divagaban inoperantes, cohibidos entre la rebelión desenmascarada y la agitación popular inquieta y amenazadora". Zugazagoitia observa, a su vez: "Las últimas horas de gobernante de Casares Quiroga fueron para cuantos las vivieron con él de una angustia indecible. El espectáculo de aquella voluntad vencida y de aquella conciencia en extenuadota agonía no dejaba de imponerse por su fuerza dramática".
Finalmente, ya en la tarde del 18, dimitió antes que armar a los sindicatos, los cuales ya estaban recibiendo armas en algunos lugares, pues el aparato del Estado se hallaba tan descompuesto que las órdenes de los ministros apenas eran obedecidas. Entonces Azaña llamó a Martínez Barrio, presidente de las Cortes, el cual intentó proseguir la línea de Casares y formar un amplio Gabinete, con participación socialista. Pero el PSOE rehusó participar, aunque prometió apoyo. Martínez consideró imposible la tarea y dimitió, a medianoche, mientras "patrullaban por las calles grupos de obreros que empezaban a detener coches". "No se veía un soldado ni un solo guardia. La ausencia de los poderes coactivos del Estado era notoria, declarados en huelga por cansancio o por automática dimisión", escribirá él mismo.
Azaña le presionó para que no abandonase, y de pronto les llegaron noticias de movimientos rebeldes de tropas en el extrarradio de la capital, por lo que Azaña dio por inútil ya cualquier intento. Pero las noticias resultaron falsas, y los tratos para formar gobierno prosiguieron. "Eran las dos de la madrugada. En la Puerta del Sol el ambiente de guerra lo envolvía todo".
Una hora más tarde Martínez Barrio telefoneó a los generales de las divisiones. Todos le apoyaron, salvo los de Zaragoza y Burgos. Luego llamó a Mola, exponiéndole su deseo de alcanzar un acuerdo in extremis. Mola replicó, según el propio Martínez: "El Gobierno que usted tiene el encargo de formar no pasará de intento; si llega a constituirse durará poco; y antes que de remedio habrá servido para empeorar la situación". Insistió el gobernante, y el militar contestó que si a aquellas alturas diera un paso atrás los suyos le matarían. "Claro que no es la muerte lo que me arredra, sino la ineficacia del nuevo gesto y mi convicción. Es tarde, muy tarde". Tampoco sirvieron las ofertas de ministerios a los sublevados.
Estas gestiones sólo podían ser vistas por los revolucionarios como lo que realmente eran: el intento de aliarse con los rebeldes para impedir, a última hora, la revolución. Pero, como había indicado Mola, una vez puesta en marcha la máquina, ya nadie podía detenerla. Los revolucionarios, armados bastantes de ellos, redoblaron su agitación callejera, exigiendo la retirada del "Gobierno traidor", hilvanado penosamente hacia las cinco de la madrugada. Y a las seis, amaneciendo, éste dimitía. Martínez Barrio, presa de pánico, huyó a Valencia. Azaña comenta:
Se fue sin conocimiento de nadie. Que el presidente de las Cortes, eventual presidente interino de la República, se marchase de Madrid y nos dejara, pocas horas antes de que la guarnición sublevada chocara con el Gobierno, teniendo yo el núcleo más fuerte de la rebelión a trescientos metros de mi despacho, me produjo verdadero pasmo.
A continuación acabó de producirse el derrumbe. Azaña otorgó su confianza para gobernar a su amigo Giral, mientras en Madrid y Barcelona estallaba, por fin, la rebelión. Y la primera medida de Giral consistió en repartir a las masas las armas de los cuarteles; inmediatamente comenzó el asesinato indiscriminado de personas tildadas de derechistas, de sacerdotes, etcétera.
La decisión, radicalmente ilegal, del nuevo Gobierno culminaba la serie de graves ilegalidades cometidas por Azaña y Casares en los cinco meses anteriores. Y con ella desapareció también el último resto de autoridad del propio Giral, colocado completamente a rastras de sus aliados.
Sigue siendo expuesta frecuentemente la tesis de que el armamento de las masas fue el único y último medio de salvar la República en aquellas circunstancias. La pretensión tiene algo de sarcasmo sangriento: el armamento de los sindicatos revolucionarios sólo sirvió para echar abajo de forma definitiva un régimen con su estructura ya podrida de arriba abajo. Tampoco fueron unas masas sin instrucción militar quienes derrotaron la rebelión en muchos puntos decisivos, especialmente en Madrid y Barcelona. En general, tales éxitos se debieron a las fuerzas armadas, incluyendo la Guardia Civil y la aviación, mayoritariamente puestas de parte del Gobierno. El Ejército, como la sociedad, se hallaba profundamente dividido.
Otra leyenda persistente afirma que fue "el Ejército" el que se sublevó. En realidad, sólo se alzó una parte de él, ligeramente mayoritaria en las fuerzas de tierra y muy minoritaria en la aviación y las fuerzas de seguridad; y casi toda la marina operativa quedó en manos del Frente Popular. Además de los recursos financieros, las industrias, incluidas las de armas, los mayores puertos y centros de comunicación, etcétera.
A los tres días los sublevados habían quedado en una situación sin esperanzas, bien conocida hoy en detalle, y también entonces por las izquierdas, que por boca de Prieto daban por descontada la derrota de las derechas, por más heroísmo que quisieran derrochar.
Allí pudo haber terminado la rebelión, tal como habían temido Franco y muchos otros, con la radical victoria de las izquierdas revolucionarias. La única baza realmente valiosa para ellos había sido la toma de Sevilla por Queipo de Llano, quien, según manifestó él mismo, había disuadido a Mola de dar por perdida la aventura y escapar a Francia la noche del 19 de julio. Aun así, Mola se encontraría casi sin municiones a los pocos días.
También empezó en aquel momento a manifestarse la hegemonía, por el momento sólo propagandística, de los seguidores de Stalin. La Pasionaria marcó el tono con su célebre arenga contra "estos desalmados que quieren, por el fuego y la violencia, sumir la España democrática y popular en un infierno de terror". "Pero no pasarán. El Partido Comunista os llama a ocupar un puesto en el combate para aplastar definitivamente a los enemigos de la República y de las libertades populares".
A su vez, Franco había definido su actitud en su primer llamamiento:
La Constitución, por todos suspendida y vulnerada, sufre un eclipse total: ni igualdad ante la ley, ni libertad, aherrojada por la tiranía; ni fraternidad, cuando el odio y el crimen han sustituido al mutuo respeto; ni unidad de la patria, amenazada de desgarramiento.
La invocación a la libertad, la igualdad y la fraternidad reflejaba el plan de Mola de un golpe republicano. Sería muy pronto abandonado por el impulso de las masas derechistas. Franco había tenido serias vacilaciones para rebelarse, pero una vez resuelto exigió "fe ciega en la victoria". No obstante sus fuerzas, poco numerosas aunque bien preparadas, la única baza real de los rebeldes se hallaba aislada en Marruecos.
Por lo demás, dos factores permitieron a los sublevados salir del atolladero: la combinación de la victoria en Sevilla y la iniciativa de Franco de pasar sus tropas en un puente aéreo, el primero de la historia; y la propia confianza de las izquierdas en el triunfo, que les llevó enseguida a disputar entre ellos la piel del oso que aún no habían cazado. Azaña lo expresaría muy bien, en sus conocidas palabras:
Lo que me ha dado un hachazo terrible, en lo más profundo de mi intimidad, es, con motivo de la guerra, haber descubierto la falta de solidaridad nacional. A muy pocos nos importa la idea nacional, pero a qué pocos. Ni aun el peligro de la guerra ha servido de soldador. Al contrario: se ha aprovechado para que cada cual tire por su lado.
Luego vendría la disciplina comunista. Pero esa es ya otra historia.
Con este capítulo concluye UNA VISIÓN CRÍTICA SOBRE LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL. Pinche aquí para el leer el resto de la serie.
Pinche aquí para acceder al blog de PÍO MOA.
Gentileza de LD
UNA VISIÓN CRÍTICA SOBRE LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL
El derrumbe de un edificio en ruinas
Por Pío Moa
Concebida inicialmente como una democracia liberal, puede decirse que la República pasó por tres fases: la democracia desbordada del primer bienio, la democracia asaltada del segundo bienio y la democracia arruinada de entre febrero y julio de 1936. La defensa de la legalidad por la CEDA, en 1934, habría permitido posiblemente la perduración y asentamiento del régimen, pero los manejos de Alcalá-Zamora y el triunfo del Frente Popular en 1936 disiparon todas las esperanzas.
Como hemos visto, desde febrero de ese año la erosión y vaciamiento de lo que quedaba de legalidad democrática ocurrió a un ritmo vertiginoso, por la acción combinada de un proceso revolucionario desde la calle y los campos y los ataques a la ley desde el Gobierno.
Esta acción combinada no quiere decir que el Gobierno y los revolucionarios obrasen de pleno acuerdo. En realidad, el Gobierno temía a los revolucionarios, pero por una parte dependía de ellos, y se sentía impotente ante ellos, y por otra atacaba a la ley desde su propio poder. De ahí que cuando estalló la sublevación derechista, el 17 de julio, y las masas salieron a las calles exigiendo armas al Gobierno de Casares Quiroga se le presentase un dilema decisivo: ceder definitivamente al empuje revolucionario o intentar mantener su autoridad y aplastar la sublevación por los medios legales.
La primera reacción de Casares fue rechazar en redondo el armamento de los sindicatos, amenazando fusilar a quien desobedeciera. Y comentó a Vidarte: "Más de una vez he dicho pública y privadamente que yo no sería el Kerenski español. El Gobierno tiene medios suficientes para afrontar la situación". Y así era, pues, contra lo que a menudo se ha afirmado, se había preparado con bastante previsión para aplastar el golpe militar, como demostrarían los hechos.
Sin embargo, la presión del entorno tenía tal fuerza que su inicial energía se disipó rápidamente. Martínez Barrio recuerda: "Los ministros, envueltos en sombras, divagaban inoperantes, cohibidos entre la rebelión desenmascarada y la agitación popular inquieta y amenazadora". Zugazagoitia observa, a su vez: "Las últimas horas de gobernante de Casares Quiroga fueron para cuantos las vivieron con él de una angustia indecible. El espectáculo de aquella voluntad vencida y de aquella conciencia en extenuadota agonía no dejaba de imponerse por su fuerza dramática".
Finalmente, ya en la tarde del 18, dimitió antes que armar a los sindicatos, los cuales ya estaban recibiendo armas en algunos lugares, pues el aparato del Estado se hallaba tan descompuesto que las órdenes de los ministros apenas eran obedecidas. Entonces Azaña llamó a Martínez Barrio, presidente de las Cortes, el cual intentó proseguir la línea de Casares y formar un amplio Gabinete, con participación socialista. Pero el PSOE rehusó participar, aunque prometió apoyo. Martínez consideró imposible la tarea y dimitió, a medianoche, mientras "patrullaban por las calles grupos de obreros que empezaban a detener coches". "No se veía un soldado ni un solo guardia. La ausencia de los poderes coactivos del Estado era notoria, declarados en huelga por cansancio o por automática dimisión", escribirá él mismo.
Azaña le presionó para que no abandonase, y de pronto les llegaron noticias de movimientos rebeldes de tropas en el extrarradio de la capital, por lo que Azaña dio por inútil ya cualquier intento. Pero las noticias resultaron falsas, y los tratos para formar gobierno prosiguieron. "Eran las dos de la madrugada. En la Puerta del Sol el ambiente de guerra lo envolvía todo".
Una hora más tarde Martínez Barrio telefoneó a los generales de las divisiones. Todos le apoyaron, salvo los de Zaragoza y Burgos. Luego llamó a Mola, exponiéndole su deseo de alcanzar un acuerdo in extremis. Mola replicó, según el propio Martínez: "El Gobierno que usted tiene el encargo de formar no pasará de intento; si llega a constituirse durará poco; y antes que de remedio habrá servido para empeorar la situación". Insistió el gobernante, y el militar contestó que si a aquellas alturas diera un paso atrás los suyos le matarían. "Claro que no es la muerte lo que me arredra, sino la ineficacia del nuevo gesto y mi convicción. Es tarde, muy tarde". Tampoco sirvieron las ofertas de ministerios a los sublevados.
Estas gestiones sólo podían ser vistas por los revolucionarios como lo que realmente eran: el intento de aliarse con los rebeldes para impedir, a última hora, la revolución. Pero, como había indicado Mola, una vez puesta en marcha la máquina, ya nadie podía detenerla. Los revolucionarios, armados bastantes de ellos, redoblaron su agitación callejera, exigiendo la retirada del "Gobierno traidor", hilvanado penosamente hacia las cinco de la madrugada. Y a las seis, amaneciendo, éste dimitía. Martínez Barrio, presa de pánico, huyó a Valencia. Azaña comenta:
Se fue sin conocimiento de nadie. Que el presidente de las Cortes, eventual presidente interino de la República, se marchase de Madrid y nos dejara, pocas horas antes de que la guarnición sublevada chocara con el Gobierno, teniendo yo el núcleo más fuerte de la rebelión a trescientos metros de mi despacho, me produjo verdadero pasmo.
A continuación acabó de producirse el derrumbe. Azaña otorgó su confianza para gobernar a su amigo Giral, mientras en Madrid y Barcelona estallaba, por fin, la rebelión. Y la primera medida de Giral consistió en repartir a las masas las armas de los cuarteles; inmediatamente comenzó el asesinato indiscriminado de personas tildadas de derechistas, de sacerdotes, etcétera.
La decisión, radicalmente ilegal, del nuevo Gobierno culminaba la serie de graves ilegalidades cometidas por Azaña y Casares en los cinco meses anteriores. Y con ella desapareció también el último resto de autoridad del propio Giral, colocado completamente a rastras de sus aliados.
Sigue siendo expuesta frecuentemente la tesis de que el armamento de las masas fue el único y último medio de salvar la República en aquellas circunstancias. La pretensión tiene algo de sarcasmo sangriento: el armamento de los sindicatos revolucionarios sólo sirvió para echar abajo de forma definitiva un régimen con su estructura ya podrida de arriba abajo. Tampoco fueron unas masas sin instrucción militar quienes derrotaron la rebelión en muchos puntos decisivos, especialmente en Madrid y Barcelona. En general, tales éxitos se debieron a las fuerzas armadas, incluyendo la Guardia Civil y la aviación, mayoritariamente puestas de parte del Gobierno. El Ejército, como la sociedad, se hallaba profundamente dividido.
Otra leyenda persistente afirma que fue "el Ejército" el que se sublevó. En realidad, sólo se alzó una parte de él, ligeramente mayoritaria en las fuerzas de tierra y muy minoritaria en la aviación y las fuerzas de seguridad; y casi toda la marina operativa quedó en manos del Frente Popular. Además de los recursos financieros, las industrias, incluidas las de armas, los mayores puertos y centros de comunicación, etcétera.
A los tres días los sublevados habían quedado en una situación sin esperanzas, bien conocida hoy en detalle, y también entonces por las izquierdas, que por boca de Prieto daban por descontada la derrota de las derechas, por más heroísmo que quisieran derrochar.
Allí pudo haber terminado la rebelión, tal como habían temido Franco y muchos otros, con la radical victoria de las izquierdas revolucionarias. La única baza realmente valiosa para ellos había sido la toma de Sevilla por Queipo de Llano, quien, según manifestó él mismo, había disuadido a Mola de dar por perdida la aventura y escapar a Francia la noche del 19 de julio. Aun así, Mola se encontraría casi sin municiones a los pocos días.
También empezó en aquel momento a manifestarse la hegemonía, por el momento sólo propagandística, de los seguidores de Stalin. La Pasionaria marcó el tono con su célebre arenga contra "estos desalmados que quieren, por el fuego y la violencia, sumir la España democrática y popular en un infierno de terror". "Pero no pasarán. El Partido Comunista os llama a ocupar un puesto en el combate para aplastar definitivamente a los enemigos de la República y de las libertades populares".
A su vez, Franco había definido su actitud en su primer llamamiento:
La Constitución, por todos suspendida y vulnerada, sufre un eclipse total: ni igualdad ante la ley, ni libertad, aherrojada por la tiranía; ni fraternidad, cuando el odio y el crimen han sustituido al mutuo respeto; ni unidad de la patria, amenazada de desgarramiento.
La invocación a la libertad, la igualdad y la fraternidad reflejaba el plan de Mola de un golpe republicano. Sería muy pronto abandonado por el impulso de las masas derechistas. Franco había tenido serias vacilaciones para rebelarse, pero una vez resuelto exigió "fe ciega en la victoria". No obstante sus fuerzas, poco numerosas aunque bien preparadas, la única baza real de los rebeldes se hallaba aislada en Marruecos.
Por lo demás, dos factores permitieron a los sublevados salir del atolladero: la combinación de la victoria en Sevilla y la iniciativa de Franco de pasar sus tropas en un puente aéreo, el primero de la historia; y la propia confianza de las izquierdas en el triunfo, que les llevó enseguida a disputar entre ellos la piel del oso que aún no habían cazado. Azaña lo expresaría muy bien, en sus conocidas palabras:
Lo que me ha dado un hachazo terrible, en lo más profundo de mi intimidad, es, con motivo de la guerra, haber descubierto la falta de solidaridad nacional. A muy pocos nos importa la idea nacional, pero a qué pocos. Ni aun el peligro de la guerra ha servido de soldador. Al contrario: se ha aprovechado para que cada cual tire por su lado.
Luego vendría la disciplina comunista. Pero esa es ya otra historia.
Con este capítulo concluye UNA VISIÓN CRÍTICA SOBRE LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL. Pinche aquí para el leer el resto de la serie.
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La majaderia (Juan Luis Cebrian, el majadero)
viernes 29 de septiembre de 2006
Juan Luis Cebrián
La majadería
Pío Moa
A decir verdad, si el propio Cebrián puede expresarse como se expresa (caprichosa, más que libremente) se debe, qué vamos a hacerle, a la insidiosa Reconquista.
En su reciente artículo “Barbarie, religión y progreso”, Juan Luis Cebrián, eminencia pensante de la izquierda en el poder, ha escrito cosas como esta: “Sin las cruzadas y la Inquisición, sin la insidiosa Reconquista Ibérica, podríamos, ¿quien sabe?, haber asistido al florecimiento de una civilización mediterránea, ecuménica y no sincretista, en la que convivieran diversos legados de la cultura grecolatina”. Hombre, puestas así las cosas, también “podríamos haber asistido” al descubrimiento de la teoría de la relatividad o de los quanta, a la exploración del espacio y a la conquista del sistema solar a partir del Mediterráneo. O a la completa islamización de Europa. Total “¿quién sabe?”. Aunque, para ser precisos, ¿”habríamos” podido asistir a tales venturas? Sin la insidiosa Reconquista, incluso quizá sin la Inquisición, lo más probable es que ni Cebrián ni la mayoría de los españoles actuales hubiéramos llegado a existir físicamente, pues somos hijos de las repoblaciones reconquistadoras; no digamos ya a existir culturalmente: solo tenemos que mirar al Magreb para entender la clase de civilización ecuménica (el Islam tiene vocación ecuménica) de que disfrutaríamos, o disfrutarían los súbditos de un nunca vencido Al Ándalus.
A decir verdad, si el propio Cebrián puede expresarse como se expresa –caprichosa, más que libremente– se debe, qué vamos a hacerle, a la insidiosa Reconquista, la cual nunca fue “ibérica” –¿sabrá Cebrián de qué habla?–, sino española. La reconquista de España, es decir, de la tradición cristiana, latina y europea, frente a Al Ándalus y los imperios magrebíes.
La ignorancia de Cebrián vuelve a brillar cuando atribuye a su quiensabiente civilización ecuménica la convivencia de “diversos legados de la cultura grecolatina”. La cultura griega fue bastante distinta de la romana, y en el seno de ambas crecieron, efectivamente, legados muy diversos, incluso incompatibles. Allí tienen sus fuentes el pensamiento totalitario y el democrático, la idea republicana y las tiranías, el estoicismo y el hedonismo… Y ambas culturas se extendieron por la conquista y el imperio. No sobraría que Cebrián explicase, si sabe, en qué “diversos legados” está pensando. En cambio nos obsequia con una trivialidad aplastante: su civilización ucrónica habría funcionado “lo mismo que conviven hoy las dos Europas, la de la cerveza y el vino, la de la mantequilla y el aceite de oliva, en una sola idea de democracia”. La democracia gastronómica, toda una aportación teórica. Previsible, por lo demás, en un sentido amplio: también podría haber aludido a la Europa de las playas y la de los acantilados, la de las nubes y la de los soles, la de los abrigos y la de las camisolas…
Y aun osa escalar más cumbres el pensamiento de este hombre audaz: “Uno puede ser a la vez catalán, español, europeo, arquitecto, hombre o mujer, moreno o rubio, alto o bajo, cristiano, judío o musulmán, sentir su identidad en todas esas cosas a la vez, y de manera prioritaria en alguna de ellas, según las ocasiones”. Esto se llama profundidad y originalidad. No las cuatro primeras posibilidades, desde catalán a arquitecto, una vulgaridad obvia. Incluso lo de moreno o rubio, si uno cree que los tintes resuelven la cuestión. Pero mediten sobre las siguientes: uno puede ser a la vez hombre o mujer, alto o bajo, cristiano, judío o musulmán”. Todo depende de las ocasiones. No me digan que no tiene gracia el pensador. Creo que a nadie se le había ocurrido hasta ahora. Por extraño olvido deja de indicar “comunista o demócrata, liberal o totalitario…” Lo cual sí puede depender de las ocasiones, él mismo lo ha demostrado.
Mas, por desgracia, aquella civilización maravillosa y grecolatina no llegó a cuajar: “El poder religioso, aliado con el trono, se encargó de eliminar el pluralismo, tanto en el seno del Islam como en el de la cristiandad. Los liberales de unas y otras religiones sufrieron persecución y exilio por los poderes de esta tierra”. Veamos: el pluralismo, el liberalismo y la democracia se han desarrollado en la parte cristiana del Mediterráneo, pero no en la parte conquistada bélicamente por el Islam. Y aunque la democracia liberal es históricamente muy reciente, hunde profundas raíces en las concepciones cristianas de libertad y dignidad del individuo, manifiestas ya en la Edad Media. Si los cristianos españoles terminaron triunfando sobre un poder musulmán muy superior durante siglos, y en algunos aspectos más civilizado, se debió seguramente al dinamismo de esas ideas, que diferenciaron el poder religioso y el político, crearon los primeros parlamentos y dieron a la herencia grecolatina un giro muy distinto de los musulmanes, en cuyo seno quedó pronto agotada.
Por lo demás, también dentro de la civilización occidental crecieron las ideas totalitarias que han convulsionado el siglo XX. Ideas tan anticristianas como las del fundamentalismo islámico o las del mismo Cebrián. Este, no es de extrañar, ha expuesto las suyas en Marraquech, capital del imperio almohade, que estuvo cerca de anular a la Insidiosa, y hoy ciudad emblemática de esa ejemplar y pluralista democracia de Mohamed VI. Y aún menos de extrañar que el envidiable régimen marroquí permita a Cebrián hablar como lo hace, en un homenaje a Juan Goytisolo, otro excelso pensador demócrata, muy a gusto en aquel paraíso de la libertad. Nada nuevo. Cosas parecidas hacían y decían antaño en Moscú diversos intelectuales enamorados de la democracia, el pluralismo y la cultura grecolatina. Por entonces, sin embargo, Cebrián prefería colaborar con el franquismo. Termina nuestro apóstol de la libertad llamando a reflexionar en torno a la alianza de civilizaciones. ¡Pues vamos allá!
Gentileza de LD
Juan Luis Cebrián
La majadería
Pío Moa
A decir verdad, si el propio Cebrián puede expresarse como se expresa (caprichosa, más que libremente) se debe, qué vamos a hacerle, a la insidiosa Reconquista.
En su reciente artículo “Barbarie, religión y progreso”, Juan Luis Cebrián, eminencia pensante de la izquierda en el poder, ha escrito cosas como esta: “Sin las cruzadas y la Inquisición, sin la insidiosa Reconquista Ibérica, podríamos, ¿quien sabe?, haber asistido al florecimiento de una civilización mediterránea, ecuménica y no sincretista, en la que convivieran diversos legados de la cultura grecolatina”. Hombre, puestas así las cosas, también “podríamos haber asistido” al descubrimiento de la teoría de la relatividad o de los quanta, a la exploración del espacio y a la conquista del sistema solar a partir del Mediterráneo. O a la completa islamización de Europa. Total “¿quién sabe?”. Aunque, para ser precisos, ¿”habríamos” podido asistir a tales venturas? Sin la insidiosa Reconquista, incluso quizá sin la Inquisición, lo más probable es que ni Cebrián ni la mayoría de los españoles actuales hubiéramos llegado a existir físicamente, pues somos hijos de las repoblaciones reconquistadoras; no digamos ya a existir culturalmente: solo tenemos que mirar al Magreb para entender la clase de civilización ecuménica (el Islam tiene vocación ecuménica) de que disfrutaríamos, o disfrutarían los súbditos de un nunca vencido Al Ándalus.
A decir verdad, si el propio Cebrián puede expresarse como se expresa –caprichosa, más que libremente– se debe, qué vamos a hacerle, a la insidiosa Reconquista, la cual nunca fue “ibérica” –¿sabrá Cebrián de qué habla?–, sino española. La reconquista de España, es decir, de la tradición cristiana, latina y europea, frente a Al Ándalus y los imperios magrebíes.
La ignorancia de Cebrián vuelve a brillar cuando atribuye a su quiensabiente civilización ecuménica la convivencia de “diversos legados de la cultura grecolatina”. La cultura griega fue bastante distinta de la romana, y en el seno de ambas crecieron, efectivamente, legados muy diversos, incluso incompatibles. Allí tienen sus fuentes el pensamiento totalitario y el democrático, la idea republicana y las tiranías, el estoicismo y el hedonismo… Y ambas culturas se extendieron por la conquista y el imperio. No sobraría que Cebrián explicase, si sabe, en qué “diversos legados” está pensando. En cambio nos obsequia con una trivialidad aplastante: su civilización ucrónica habría funcionado “lo mismo que conviven hoy las dos Europas, la de la cerveza y el vino, la de la mantequilla y el aceite de oliva, en una sola idea de democracia”. La democracia gastronómica, toda una aportación teórica. Previsible, por lo demás, en un sentido amplio: también podría haber aludido a la Europa de las playas y la de los acantilados, la de las nubes y la de los soles, la de los abrigos y la de las camisolas…
Y aun osa escalar más cumbres el pensamiento de este hombre audaz: “Uno puede ser a la vez catalán, español, europeo, arquitecto, hombre o mujer, moreno o rubio, alto o bajo, cristiano, judío o musulmán, sentir su identidad en todas esas cosas a la vez, y de manera prioritaria en alguna de ellas, según las ocasiones”. Esto se llama profundidad y originalidad. No las cuatro primeras posibilidades, desde catalán a arquitecto, una vulgaridad obvia. Incluso lo de moreno o rubio, si uno cree que los tintes resuelven la cuestión. Pero mediten sobre las siguientes: uno puede ser a la vez hombre o mujer, alto o bajo, cristiano, judío o musulmán”. Todo depende de las ocasiones. No me digan que no tiene gracia el pensador. Creo que a nadie se le había ocurrido hasta ahora. Por extraño olvido deja de indicar “comunista o demócrata, liberal o totalitario…” Lo cual sí puede depender de las ocasiones, él mismo lo ha demostrado.
Mas, por desgracia, aquella civilización maravillosa y grecolatina no llegó a cuajar: “El poder religioso, aliado con el trono, se encargó de eliminar el pluralismo, tanto en el seno del Islam como en el de la cristiandad. Los liberales de unas y otras religiones sufrieron persecución y exilio por los poderes de esta tierra”. Veamos: el pluralismo, el liberalismo y la democracia se han desarrollado en la parte cristiana del Mediterráneo, pero no en la parte conquistada bélicamente por el Islam. Y aunque la democracia liberal es históricamente muy reciente, hunde profundas raíces en las concepciones cristianas de libertad y dignidad del individuo, manifiestas ya en la Edad Media. Si los cristianos españoles terminaron triunfando sobre un poder musulmán muy superior durante siglos, y en algunos aspectos más civilizado, se debió seguramente al dinamismo de esas ideas, que diferenciaron el poder religioso y el político, crearon los primeros parlamentos y dieron a la herencia grecolatina un giro muy distinto de los musulmanes, en cuyo seno quedó pronto agotada.
Por lo demás, también dentro de la civilización occidental crecieron las ideas totalitarias que han convulsionado el siglo XX. Ideas tan anticristianas como las del fundamentalismo islámico o las del mismo Cebrián. Este, no es de extrañar, ha expuesto las suyas en Marraquech, capital del imperio almohade, que estuvo cerca de anular a la Insidiosa, y hoy ciudad emblemática de esa ejemplar y pluralista democracia de Mohamed VI. Y aún menos de extrañar que el envidiable régimen marroquí permita a Cebrián hablar como lo hace, en un homenaje a Juan Goytisolo, otro excelso pensador demócrata, muy a gusto en aquel paraíso de la libertad. Nada nuevo. Cosas parecidas hacían y decían antaño en Moscú diversos intelectuales enamorados de la democracia, el pluralismo y la cultura grecolatina. Por entonces, sin embargo, Cebrián prefería colaborar con el franquismo. Termina nuestro apóstol de la libertad llamando a reflexionar en torno a la alianza de civilizaciones. ¡Pues vamos allá!
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Sucios anuncios
viernes 29 de septiembre de 2006
Incitación al odio
Sucios anuncios
Juan Carlos Girauta
Esta sociedad no es capaz de declararse una guerra intelectual como Dios manda, donde podamos arrojarnos a gusto a Jaime el Conquistador y a Batet, a Pau Casals y a Dencàs, a Pla y a Aribau.
Tiene varias capas de suciedad el anuncio antiespañol que Daniel Sirera, en nombre del PP, va a llevar a los tribunales. Primero está lo de los niños, recurso al alcance de cualquier compañía de seguros. Los no nacionalistas son infinitamente más finos; cuando han de desnudar a alguien con fines promocionales, desnudan a su presidente y no a unos preadolescentes: el spot de las selecciones sería calificado de obsceno si en vez de vender resentimiento contra España vendiera champú o patatas fritas; de su ilegalidad pedófila no dudaría el CAC.
Si todos en Cataluña tuviéramos similar falta de escrúpulos y parejos fondos para publicidad (¿quién financia el odio de la enfermiza fantasía erótica?) organizaríamos una campaña de ricuras rubias riñendo a sus padres: ¿Por qué habéis votado este estatuto? ¿Qué asfixiante futuro queréis para nosotros? ¿Por qué no puedo estudiar en el idioma que hablamos en casa? Etc. Qué asquito, ¿no? Pues eso.
La segunda capa de roña es la deportiva. Desprovista de referentes culturales, de lecturas, de conocimientos históricos, de una educación de calidad, esta sociedad no es capaz de declararse una guerra intelectual como Dios manda, donde podamos arrojarnos a gusto a Jaime el Conquistador y a Batet, a Pau Casals y a Dencàs, a Pla y a Aribau. Está el fútbol, donde los catalanes (a quienes guste) ya están representados por la selección española. Que por cierto es un churro, según cuentan.
Una tercera capa de la porquería demagógica viene en la utilización de símbolos, casi tan grave como la de niños. Suele el diletante abominar de banderas e himnos. Bien, pero de todos. Si hay que hacer excepciones, no juego. El niño despechado del anuncio luce un brazaletito cuatribarrado y ofendido. Esto ya no es fútbol; es la vida toda del pobre catalán profesional, oprimido y postergado: un negocio fabuloso.
Con los símbolos no se juega. Alberto Fernández, harto de ver edificios públicos donde sólo ondea una bandera, descubrió con agrado que en uno de ellos se agitaba también la española. La miró mejor y comprobó que la habían colocado con el escudo boca abajo. El popular obligó a la policía local a arriarla y volver a izarla correctamente, con todos los honores. Sólo por eso ya votaré al PP en las municipales. En las autonómicas no puedo porque hay que llevar al Parlament al desnudo Rivera. Y a la vista de lo que Piqué ha metido y sacado de las listas, tampoco quiero.
Gentileza de LD
Incitación al odio
Sucios anuncios
Juan Carlos Girauta
Esta sociedad no es capaz de declararse una guerra intelectual como Dios manda, donde podamos arrojarnos a gusto a Jaime el Conquistador y a Batet, a Pau Casals y a Dencàs, a Pla y a Aribau.
Tiene varias capas de suciedad el anuncio antiespañol que Daniel Sirera, en nombre del PP, va a llevar a los tribunales. Primero está lo de los niños, recurso al alcance de cualquier compañía de seguros. Los no nacionalistas son infinitamente más finos; cuando han de desnudar a alguien con fines promocionales, desnudan a su presidente y no a unos preadolescentes: el spot de las selecciones sería calificado de obsceno si en vez de vender resentimiento contra España vendiera champú o patatas fritas; de su ilegalidad pedófila no dudaría el CAC.
Si todos en Cataluña tuviéramos similar falta de escrúpulos y parejos fondos para publicidad (¿quién financia el odio de la enfermiza fantasía erótica?) organizaríamos una campaña de ricuras rubias riñendo a sus padres: ¿Por qué habéis votado este estatuto? ¿Qué asfixiante futuro queréis para nosotros? ¿Por qué no puedo estudiar en el idioma que hablamos en casa? Etc. Qué asquito, ¿no? Pues eso.
La segunda capa de roña es la deportiva. Desprovista de referentes culturales, de lecturas, de conocimientos históricos, de una educación de calidad, esta sociedad no es capaz de declararse una guerra intelectual como Dios manda, donde podamos arrojarnos a gusto a Jaime el Conquistador y a Batet, a Pau Casals y a Dencàs, a Pla y a Aribau. Está el fútbol, donde los catalanes (a quienes guste) ya están representados por la selección española. Que por cierto es un churro, según cuentan.
Una tercera capa de la porquería demagógica viene en la utilización de símbolos, casi tan grave como la de niños. Suele el diletante abominar de banderas e himnos. Bien, pero de todos. Si hay que hacer excepciones, no juego. El niño despechado del anuncio luce un brazaletito cuatribarrado y ofendido. Esto ya no es fútbol; es la vida toda del pobre catalán profesional, oprimido y postergado: un negocio fabuloso.
Con los símbolos no se juega. Alberto Fernández, harto de ver edificios públicos donde sólo ondea una bandera, descubrió con agrado que en uno de ellos se agitaba también la española. La miró mejor y comprobó que la habían colocado con el escudo boca abajo. El popular obligó a la policía local a arriarla y volver a izarla correctamente, con todos los honores. Sólo por eso ya votaré al PP en las municipales. En las autonómicas no puedo porque hay que llevar al Parlament al desnudo Rivera. Y a la vista de lo que Piqué ha metido y sacado de las listas, tampoco quiero.
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ETA pone su pica en Estrasburgo
27-IX-2006
ETA pone su pica en Estrasburgo
EDITORIAL
Los etarras pueden mostrarse doblemente satisfechos por este reconocimiento internacional de lo que ellos llaman “conflicto vasco”, pues la Eurocámara lo va a abordar además en octubre, siguiendo así el calendario exigido por el batasuno Joseba Álbarez
Tal y como el experto en política antiterrorista, Fernando Reinares, manifestó en 2001 refiriéndose a los contactos con ETA en Argel entre enero y abril de 1989, “la banda armada obtuvo con ese proceso un importante reconocimiento interno e internacional al ser aceptada como interlocutora válida por un gobierno democrático cuyas funciones asumía en aquellos momentos el Partido Socialista Obrero Español. Muy probablemente era eso lo que pretendían los terroristas y, en tal sentido, lograron satisfacer su objetivo”.
Pues bien. Ahora ya no se trata de insistir en el error de convertir en interlocutor válido a una organización terrorista -disposición que ya mostró Zapatero en el Congreso nada más llegar al gobierno y sin que todavía ETA le hubiera suministrado el anestesiante comunicado de tregua; Ahora se trata de reforzar todavía más el carácter internacional de ese reconocimiento tratando la negociación con ETA en un ámbito tan históricamente ambicionado por los terroristas como es la Eurocámara.
El mismo ámbito europeo que - gracias a la política de firmeza estrenada por Aznar, había integrado a Batasuna en la lista europea de organizaciones terroristas-, es el que ahora, gracias a una infatigable labor diplomática del gobierno del 14M, se pretende que dé su visto bueno a un ilegítimo proceso, que, al margen del Estado de Derecho, convierte en interlocutor válido, no ya a Batasuna sino a los propios pistoleros de la banda. Todo ello instigado por un gobierno que, a diferencia de los de González y Aznar, pretende sumarse a los partidos separatistas de Estella para acabar con el actual estatuto de autonomía vasco.
Los etarras puede mostrarse doblemente satisfechos por este reconocimiento internacional de lo que ellos llaman “conflicto vasco”, pues la Eurocámara lo va a abordar además en octubre, siguiendo así el calendario exigido hace unas semanas por el dirigente batasuno, Joseba Álbarez.. Eso por no hablar, de la nueva manifestación de la “ilegalizada” batasuna que impunemente se va a celebrar el sábado, con el bochornoso visto bueno del fiscal. Y todo ellos gracias al gobierno de Zapatero.
Será interesante, en cualquier caso, ver como los eurodiputados socialistas franceses –que desde luego se niegan a que su gobierno emprenda “proceso de paz” alguno con ETA- legitiman que el Gobierno español se comporte de tan distinta manera y vuelva a dar a ETA un reconocimiento internacional mucho más criticable que el que ya denunciara en 2001 el que ha sido, hasta la llegada de Rubalcaba, asesor en política antiterrorista de nuestro ministerio del Interior.
Gentileza de LD
ETA pone su pica en Estrasburgo
EDITORIAL
Los etarras pueden mostrarse doblemente satisfechos por este reconocimiento internacional de lo que ellos llaman “conflicto vasco”, pues la Eurocámara lo va a abordar además en octubre, siguiendo así el calendario exigido por el batasuno Joseba Álbarez
Tal y como el experto en política antiterrorista, Fernando Reinares, manifestó en 2001 refiriéndose a los contactos con ETA en Argel entre enero y abril de 1989, “la banda armada obtuvo con ese proceso un importante reconocimiento interno e internacional al ser aceptada como interlocutora válida por un gobierno democrático cuyas funciones asumía en aquellos momentos el Partido Socialista Obrero Español. Muy probablemente era eso lo que pretendían los terroristas y, en tal sentido, lograron satisfacer su objetivo”.
Pues bien. Ahora ya no se trata de insistir en el error de convertir en interlocutor válido a una organización terrorista -disposición que ya mostró Zapatero en el Congreso nada más llegar al gobierno y sin que todavía ETA le hubiera suministrado el anestesiante comunicado de tregua; Ahora se trata de reforzar todavía más el carácter internacional de ese reconocimiento tratando la negociación con ETA en un ámbito tan históricamente ambicionado por los terroristas como es la Eurocámara.
El mismo ámbito europeo que - gracias a la política de firmeza estrenada por Aznar, había integrado a Batasuna en la lista europea de organizaciones terroristas-, es el que ahora, gracias a una infatigable labor diplomática del gobierno del 14M, se pretende que dé su visto bueno a un ilegítimo proceso, que, al margen del Estado de Derecho, convierte en interlocutor válido, no ya a Batasuna sino a los propios pistoleros de la banda. Todo ello instigado por un gobierno que, a diferencia de los de González y Aznar, pretende sumarse a los partidos separatistas de Estella para acabar con el actual estatuto de autonomía vasco.
Los etarras puede mostrarse doblemente satisfechos por este reconocimiento internacional de lo que ellos llaman “conflicto vasco”, pues la Eurocámara lo va a abordar además en octubre, siguiendo así el calendario exigido hace unas semanas por el dirigente batasuno, Joseba Álbarez.. Eso por no hablar, de la nueva manifestación de la “ilegalizada” batasuna que impunemente se va a celebrar el sábado, con el bochornoso visto bueno del fiscal. Y todo ellos gracias al gobierno de Zapatero.
Será interesante, en cualquier caso, ver como los eurodiputados socialistas franceses –que desde luego se niegan a que su gobierno emprenda “proceso de paz” alguno con ETA- legitiman que el Gobierno español se comporte de tan distinta manera y vuelva a dar a ETA un reconocimiento internacional mucho más criticable que el que ya denunciara en 2001 el que ha sido, hasta la llegada de Rubalcaba, asesor en política antiterrorista de nuestro ministerio del Interior.
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El Estatuto en el Constitucional
viernes 29 de septiembre de 2006
29-IX-2006
El Estatuto en el Constitucional
EDITORIAL
Si de verdad ejercen de jueces y se preocupan de cotejar el Estatuto con la Constitución, el texto salido del parlament en olor de multitudes y refrendado en la calle con más pena que gloria, tiene los días contados
Ya apuntábamos hace dos meses la imperiosa necesidad de que el único partido de oposición se hiciese cargo de llevar a las más altas instituciones del Estado el atropello del Estatuto catalán. El esperado recurso ante el Constitucional llegó tarde, a finales de julio, un día antes de dar comienzo las vacaciones estivales, pero el esfuerzo ha terminado valiendo la pena: ayer fue admitido a trámite por el alto Tribunal.
Los populares recurrieron 112 artículos del texto, nueve disposiciones adicionales y tres disposiciones finales, es decir, más de la mitad del texto. Este recurso es el más ambicioso, pero no el único. Otras tres instituciones se han pronunciado contra el engendro jurídico nacionalista. Enrique Múgica, Defensor del Pueblo, presentó uno por entender que existen indicios de inconstitucionalidad. Los gobiernos autonómicos de Valencia y Murcia hicieron lo propio porque alguno de sus artículos entran en conflicto con la Constitución española, especialmente los que atañen a la legislación de los recursos hídricos y a la gestión del territorio.
Pese a todo, nos siguen pareciendo pocos. Ante un texto aberrante, que no ha creado más que polémica y que fue aprobado por la mínima en el referéndum de junio sorprende la tibiedad de muchos que se llenan la boca defendiendo la Carta Magna. O peor aun, que reclaman la vuelta a la legalidad republicana de 1931 pero que permanecen impasibles y son incapaces de mover un dedo por preservar la democracia nacida al calor de la Constitución de 1978.
El Estatuto catalán, que no por estar plenamente en vigor deja de ser total y absolutamente inconstitucional, fulmina muchas de las certidumbres jurídicas sobre las que se asienta la España actual. Pero no sólo eso, políticamente es un disparate intervencionista que consagra al Estado como rector exclusivo de la vida pública y envía al más severo ostracismo a los que disienten de la nueva Cataluña del Estatut, una Cataluña nacionalista por decreto, creada a la imagen y semejanza de sus actuales gobernantes. Esto es lo realmente novedoso y lo tristemente nocivo del Estatuto. Los artículos recurridos ante el Constitucional no son más que las herramientas legales imprescindibles para que los políticos que parieron el Estatuto puedan perpetuar su poder.
Ahora todo depende de que los magistrados del Tribunal Constitucional quieran hacer su trabajo. Si de verdad ejercen de jueces y se preocupan de cotejar el Estatuto con la Constitución, el texto salido del parlament en olor de multitudes y refrendado en la calle con más pena que gloria, tiene los días contados. Mal que le pese a Zapatero, auténtico responsable de todo el desaguisado. Esta es la última oportunidad para que la razón se imponga al sinsentido. Si los jueces del Constitucional fallan, si no saben o no quieren ver semejante desafuero podremos decir, con toda la razón de nuestro lado, que la Constitución está definitivamente muerta.
Gentileza de LD
29-IX-2006
El Estatuto en el Constitucional
EDITORIAL
Si de verdad ejercen de jueces y se preocupan de cotejar el Estatuto con la Constitución, el texto salido del parlament en olor de multitudes y refrendado en la calle con más pena que gloria, tiene los días contados
Ya apuntábamos hace dos meses la imperiosa necesidad de que el único partido de oposición se hiciese cargo de llevar a las más altas instituciones del Estado el atropello del Estatuto catalán. El esperado recurso ante el Constitucional llegó tarde, a finales de julio, un día antes de dar comienzo las vacaciones estivales, pero el esfuerzo ha terminado valiendo la pena: ayer fue admitido a trámite por el alto Tribunal.
Los populares recurrieron 112 artículos del texto, nueve disposiciones adicionales y tres disposiciones finales, es decir, más de la mitad del texto. Este recurso es el más ambicioso, pero no el único. Otras tres instituciones se han pronunciado contra el engendro jurídico nacionalista. Enrique Múgica, Defensor del Pueblo, presentó uno por entender que existen indicios de inconstitucionalidad. Los gobiernos autonómicos de Valencia y Murcia hicieron lo propio porque alguno de sus artículos entran en conflicto con la Constitución española, especialmente los que atañen a la legislación de los recursos hídricos y a la gestión del territorio.
Pese a todo, nos siguen pareciendo pocos. Ante un texto aberrante, que no ha creado más que polémica y que fue aprobado por la mínima en el referéndum de junio sorprende la tibiedad de muchos que se llenan la boca defendiendo la Carta Magna. O peor aun, que reclaman la vuelta a la legalidad republicana de 1931 pero que permanecen impasibles y son incapaces de mover un dedo por preservar la democracia nacida al calor de la Constitución de 1978.
El Estatuto catalán, que no por estar plenamente en vigor deja de ser total y absolutamente inconstitucional, fulmina muchas de las certidumbres jurídicas sobre las que se asienta la España actual. Pero no sólo eso, políticamente es un disparate intervencionista que consagra al Estado como rector exclusivo de la vida pública y envía al más severo ostracismo a los que disienten de la nueva Cataluña del Estatut, una Cataluña nacionalista por decreto, creada a la imagen y semejanza de sus actuales gobernantes. Esto es lo realmente novedoso y lo tristemente nocivo del Estatuto. Los artículos recurridos ante el Constitucional no son más que las herramientas legales imprescindibles para que los políticos que parieron el Estatuto puedan perpetuar su poder.
Ahora todo depende de que los magistrados del Tribunal Constitucional quieran hacer su trabajo. Si de verdad ejercen de jueces y se preocupan de cotejar el Estatuto con la Constitución, el texto salido del parlament en olor de multitudes y refrendado en la calle con más pena que gloria, tiene los días contados. Mal que le pese a Zapatero, auténtico responsable de todo el desaguisado. Esta es la última oportunidad para que la razón se imponga al sinsentido. Si los jueces del Constitucional fallan, si no saben o no quieren ver semejante desafuero podremos decir, con toda la razón de nuestro lado, que la Constitución está definitivamente muerta.
Gentileza de LD
La cobardia de un ministro
viernes 29 de septiembre de 2006
Etarras en Venezuela
Las cobardías de un ministro
Ignacio Villa
Esta es la España de Zapatero, esta es la política exterior de este Gobierno. Bolivia confisca a empresas españolas, Marruecos nos torea como quiere y cuando quiere y Venezuela contrata a etarras y familiares en puestos de relevancia del Gobierno.
Decir que la política exterior del Gobierno Zapatero es de tercera división no es novedoso. Decir que el Ministro Moratinos no tiene peso político es una evidencia. Decir que España con el actual Ejecutivo no pinta nada en los organismos internacionales es una realidad. Decir que el presidente del Gobierno nos ha situado en la marginalidad salta a la vista. Decir que Cuba, Venezuela, Bolivia y Marruecos son nuestros principales aliados son datos más que contrastados.
Pero lo que ha pasado con el etarra Cubillas y su mujer, que como se ha conocido trabajan para el Gobierno de Hugo Chavez, forma parte de la realidad española en el mundo. Esta información, que llegaba a España el pasado miércoles, significa una auténtica burla para el Gobierno español, para el Estado de Derecho, para la democracia, para la libertad y muy especialmente para las víctimas del terrorismo.
Y lo que es muy grave es que esta historia fuera conocida desde hace semanas por el embajador de España –el inefable Morodo– y por el propio Ministerio de Exteriores y nadie hizo nada. Esa actitud de esconder la cabeza, de huir de los problemas, de no dar la cara, de escaparse de la realidad, de no ser valientes y de no defender los intereses de España inhabilitan al más pintado. En este caso es el ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos quien ha vuelto a demostrar su ineptitud, su cobardía, su incapacidad y su irrelevancia a la hora de afrontar los problemas. Este hombre, que en poco más de dos años ha laminado la política exterior española, parece que ha perdido ya el más mínimo decoro. La simpleza le ha llevado a pensar que con el silencio la historia pasaría desapercibida, pero eso sólo pasa en los régimenes de sus amigos Chavez, Castro y Morales. Aquí, en España, todavía desde los pocos medios de comunicación libres que quedan se ha descubierto el pastel. Y Moratinos, ante la gravedad de la situación y la negligencia cometida, debe tomar medidas.
La primera sería su propia dimisión, algo que desde luego no hará. Su gusto por el coche oficial, la moqueta y el avión se lo impiden. Pero al menos debería cesar a Morodo, que desde su llegada a Venezuela ha sido el protagonista de una larga cadena de despropósitos, empezando por el desprecio a muchos españoles que viven en aquellas tierras desde hace años. Y por supuesto, lo ocurrido requiere una petición de explicaciones a Venezuela; algo difícil de ejecutar cuando el servilismo de Moncloa hacia su "amigo no alineado" no se lo permite.Esta es la España de Zapatero, esta es la política exterior de este Gobierno. Bolivia confisca a empresas españolas, Marruecos nos torea como quiere y cuando quiere y Venezuela contrata a etarras y familiares en puestos de relevancia del Gobierno. Y el Ejecutivo español, rebasado por todas partes, es un auténtico saco de patatas donde se coleccionan los problemas de la ineptitud por su incapacidad para gestionar. Zapatero ha devaluado el valor de España en el mundo y parece que no tiene límites.
Gentileza de LD
Etarras en Venezuela
Las cobardías de un ministro
Ignacio Villa
Esta es la España de Zapatero, esta es la política exterior de este Gobierno. Bolivia confisca a empresas españolas, Marruecos nos torea como quiere y cuando quiere y Venezuela contrata a etarras y familiares en puestos de relevancia del Gobierno.
Decir que la política exterior del Gobierno Zapatero es de tercera división no es novedoso. Decir que el Ministro Moratinos no tiene peso político es una evidencia. Decir que España con el actual Ejecutivo no pinta nada en los organismos internacionales es una realidad. Decir que el presidente del Gobierno nos ha situado en la marginalidad salta a la vista. Decir que Cuba, Venezuela, Bolivia y Marruecos son nuestros principales aliados son datos más que contrastados.
Pero lo que ha pasado con el etarra Cubillas y su mujer, que como se ha conocido trabajan para el Gobierno de Hugo Chavez, forma parte de la realidad española en el mundo. Esta información, que llegaba a España el pasado miércoles, significa una auténtica burla para el Gobierno español, para el Estado de Derecho, para la democracia, para la libertad y muy especialmente para las víctimas del terrorismo.
Y lo que es muy grave es que esta historia fuera conocida desde hace semanas por el embajador de España –el inefable Morodo– y por el propio Ministerio de Exteriores y nadie hizo nada. Esa actitud de esconder la cabeza, de huir de los problemas, de no dar la cara, de escaparse de la realidad, de no ser valientes y de no defender los intereses de España inhabilitan al más pintado. En este caso es el ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos quien ha vuelto a demostrar su ineptitud, su cobardía, su incapacidad y su irrelevancia a la hora de afrontar los problemas. Este hombre, que en poco más de dos años ha laminado la política exterior española, parece que ha perdido ya el más mínimo decoro. La simpleza le ha llevado a pensar que con el silencio la historia pasaría desapercibida, pero eso sólo pasa en los régimenes de sus amigos Chavez, Castro y Morales. Aquí, en España, todavía desde los pocos medios de comunicación libres que quedan se ha descubierto el pastel. Y Moratinos, ante la gravedad de la situación y la negligencia cometida, debe tomar medidas.
La primera sería su propia dimisión, algo que desde luego no hará. Su gusto por el coche oficial, la moqueta y el avión se lo impiden. Pero al menos debería cesar a Morodo, que desde su llegada a Venezuela ha sido el protagonista de una larga cadena de despropósitos, empezando por el desprecio a muchos españoles que viven en aquellas tierras desde hace años. Y por supuesto, lo ocurrido requiere una petición de explicaciones a Venezuela; algo difícil de ejecutar cuando el servilismo de Moncloa hacia su "amigo no alineado" no se lo permite.Esta es la España de Zapatero, esta es la política exterior de este Gobierno. Bolivia confisca a empresas españolas, Marruecos nos torea como quiere y cuando quiere y Venezuela contrata a etarras y familiares en puestos de relevancia del Gobierno. Y el Ejecutivo español, rebasado por todas partes, es un auténtico saco de patatas donde se coleccionan los problemas de la ineptitud por su incapacidad para gestionar. Zapatero ha devaluado el valor de España en el mundo y parece que no tiene límites.
Gentileza de LD
Las caras del silencio
jueves 28 de septiembre de 2006
Las caras del silencio
Félix Arbolí
S EGÚN el diccionario de la Real Academia, “silencio” es la abstención de hablar. Tiene otras acepciones, como “falta de ruido; efecto de no hablar por escrito; desestimación tácita de una petición o recurso por el mero vencimiento del plazo que la administración pública tiene para resolver (se llama silencio administrativo); pausa musical y signo que se utiliza para indicarla”. Respecto a sus sinónimos más usuales tenemos “mutismo”, “hermetismo”, “reserva”, “sigilo”, “chitón”. (Callado, sordamente, quedamente). Hasta aquí todo correcto. Nada que objetar. Pero adentrándonos en el tema, examinándolo al detalle, nos encontramos con una enorme variedad de matices y significados que hacen de esta palabra una de las más prolíficas en conceptos y circunstancias que aunque puedan aparentar alguna disparidad, observan entre ellas una sutil semejanza. Hay muchas clases de silencios y no todos tienen la misma causa, producen el mismo efecto y ocasionan idénticas circunstancias. Tenemos el silencio de la FE. Esa fuerza interior, invisible e incomprensible, que sin encontrar explicación lógica y convincente para su posible razonamiento, irreal y desconocida, nos hace creer y confiar en un Ser Superior y una vida más allá de la muerte, sin tener referencias fidedignas que apoyen y justifiquen estas creencias. La que dicen que es capaz de mover montañas, aunque en nuestro caso se mueva entre las dunas del desierto de la duda en muchas ocasiones, muy a nuestro pesar. Esa fe silenciosa y firme en un mundo sobrenatural que ha acompañado al hombre desde sus albores, porque es un instinto tan humano como el respirar, hablar, amar y comer. También está el silencio del amor, cuando dos personas pueden permanecer calladas momentos inacabables, extremadamente placenteros, hablándose con la mirada, sin que nada pueda romper o superar la grandeza y pureza de su enamoramiento, sublimado al límite de la humana dimensión, aunque no se crucen palabras, ni se prodiguen requiebros y promesas. Con el tiempo, desgraciadamente, aparecerán nubecillas y nubarrones que oscurecerán y amenazarán la bonanza y firmeza de ese amor, cuando uno u otra, pierdan la firmeza de esa fe que los mantuvo unidos. El silencio amoroso de la madre, en constante vigilia de ese ser que es el todo de su vida, entregada por completo a ofrecerle en cada instante su aliento, su confianza, su total abnegación, incluso su propia vida si hiciera falta y sin la menor vacilación. El silencio permanente del amor maternal que es, sin lugar a dudas, el más firme candidato a ocupar el primer puesto en esta escala de valores. Y el del padre, que siempre lo dejamos en un oscuro y secundario lugar y salvo muy raras excepciones, (monstruos los hay en todas partes y en todos los tiempos), es tan capaz como el anterior de darlo todo por ese hijo sin pedir nada a cambio y no por sentirse responsable y obligado, sino por esa fe que le produce su paternidad, que se traduce en amor a ese ser, prolongación de su propia vida y esperanza de la posible culminación de sus ilusiones frustradas. El silencio dulce y relajante del entorno, cuando uno se introduce de lleno, sin nada que le interrumpa, en esa lectura que nos transporta a lejanos paraísos y aterradores escenarios, participando con el protagonista en sus aventuras, goces, amoríos, miedos y temores. Un silencio que agradecemos y necesitamos para conseguir la debida concentración en ese libro que nos domina febrilmente, cuando el autor es capaz de transmitir sus más íntimas sensaciones al lector. El del dolor, cuando la ausencia de los lamentos, no alivian la amargura del que sufre alguna desgracia o se duele de una pérdida querida y definitiva. Se concentra en nuestro interior y nos destroza el alma, sin que rompan el aire los gritos de nuestro sufrimiento. Es el más doloroso e hiriente de los silencios, porque no encuentra o utiliza esa válvula de escape que nos pueda proporcionar el desahogo y la relajación que atenúe la intensidad de nuestra pena. El de la indiferencia. Ofensivo y desconcertante para el que lo recibe. No hay descalabro mental que pueda superar al silencio ominoso, terco y desconsiderado de quien hace oídos sordos a nuestras súplicas, preguntas o simple conversación, como si ignorara despectivamente nuestra presencia. El hecho de sentirnos impotentes de atraer su atención o romper su obstinado mutismo. La soledad de una compañía callada y nula. El silencio de la cobardía. Una manera indigna de enfocar nuestra vida y la convivencia social. La postura de los que viven al margen de la solidaridad y la justicia. Aquellos que con su silencio consienten que su gallináceo proceder permitan que el ultraje, la ofensa y el castigo recaiga en el inocente, sin tener las suficientes agallas de señalar y delatar al verdadero culpable por temor a las posibles represalias. Cómplices del delito por su amilanada actitud. Estos casos, por desgracia, suelen ser muy frecuentes en nuestra sociedad, donde el cinismo, la hipocresía y la falsedad, son pilares fundamentales para escalar las escalas más altas. Las grandes fortunas, por regla general y salvo contadísimas ocasiones, no surgen de la nada, ni crecen en los árboles, ni mucho menos se logran trabajando honradamente. La corrupción, tan de moda en nuestra época, no es fruto de nuestros días. Es tan antigua como aquella lejanísima etapa de nuestra Historia en la que el hombre decidió constituirse en comunidad y establecer una escala de valores y jerarquías. El éxtasis o desideratum del silencio. Cuando el hombre se entrega plenamente a la meditación aislándose por completo a la realidad que le rodea, intentando una aproximación mística a Dios, librándose de toda experiencia sensitiva. Se han dado casos de éxtasis en los que sus protagonistas han conseguido la levitación, tal era el estado de su concentración y perfeccionamiento. Es un abandono total de la dependencia de todo aquello que nos rodea, si no nos conduce a la marcada y deseada Meta Suprema. El silencio de esta concentración debe ser absoluto, impresionante. Nada debe conturbar esta ausencia de la realidad en ese viaje mental en busca de la Divinidad. El silencio del oprimido y marginado, harto ya de sus quejas inútiles y las indiferencias del prójimo hacia su dramática manera de vivir. Marcado con esa amarga resignación del que se siente ignorado y en muchos casos apartado con violencia para no atufar y mancillar con su olor y su suciedad las exquisiteces ajenas. El de todo aquel que se aparta triste y derrotado, cansado de luchar inútilmente, solitario y en silencio como un apestado social, doliéndole el corazón y escapándosele el alma harta de padecer, para esperar la llegada de la muerte que, en su caso, es más liberación que tragedia. El silencio, como ven es inagotable en aplicaciones y consecuencias, en matices y circunstancias, en definiciones y conceptos. Los hay profundos, íntegros, absolutos, como los que he ido narrando y aquellos otros que, sin perder su significado, pueden ir acompañados. Como el que reina en la sala de un cine o un teatro, durante la proyección de la película o representación de la obra. El que se elige para gozar y “saborear” una bella melodía o pieza musical a fin de que nada, ni el más leve susurro o murmullo, pueda enturbiar el hechizo del momento. Y tantos otros instantes donde el ambiente sea propicio para que la insonorización sea lo más completa posible. Y dejo para el final el silencio de la muerte. El término de nuestro trayecto por este mundo de clamores y algaradas. El más supremo y definitivo. Nada será capaz de alterarlo. Empieza cuando termina una carrera más o menos larga y se inicia el ignorado maratón de la eternidad. El viaje al mundo del silencio, la morada de la inexistencia, el camino hacia lo desconocido. Para unos, la nada; para otros el principio de una nueva y mejor vida; incluso los que esperan la reencarnación y un nuevo aterrizaje en este valle de lágrimas. Todas son conjeturas muy dignas de tenerse en cuenta y aceptar la más afín a nuestras creencias. Pero de todas formas, en todas las posibles coyunturas expuestas, lo realmente impresionante y seguro es la soledad y el silencio que domina a los que se marchan buscando ese más allá. Ese silencio por antonomasia, ya que éste si que es definitivo e inquebrantable y además y esto es lo bueno, cuando le llega su hora no se detiene a seleccionar, ni diferenciar a unos y otros por su aspecto exterior y el ambiente que le rodea, sino que todos, sin excepción, entran en ese túnel tan profundo como silencioso donde una vez en su interior no hay escape posible. Es el silencio de la eternidad, el mutismo de la muerte.
Las caras del silencio
Félix Arbolí
S EGÚN el diccionario de la Real Academia, “silencio” es la abstención de hablar. Tiene otras acepciones, como “falta de ruido; efecto de no hablar por escrito; desestimación tácita de una petición o recurso por el mero vencimiento del plazo que la administración pública tiene para resolver (se llama silencio administrativo); pausa musical y signo que se utiliza para indicarla”. Respecto a sus sinónimos más usuales tenemos “mutismo”, “hermetismo”, “reserva”, “sigilo”, “chitón”. (Callado, sordamente, quedamente). Hasta aquí todo correcto. Nada que objetar. Pero adentrándonos en el tema, examinándolo al detalle, nos encontramos con una enorme variedad de matices y significados que hacen de esta palabra una de las más prolíficas en conceptos y circunstancias que aunque puedan aparentar alguna disparidad, observan entre ellas una sutil semejanza. Hay muchas clases de silencios y no todos tienen la misma causa, producen el mismo efecto y ocasionan idénticas circunstancias. Tenemos el silencio de la FE. Esa fuerza interior, invisible e incomprensible, que sin encontrar explicación lógica y convincente para su posible razonamiento, irreal y desconocida, nos hace creer y confiar en un Ser Superior y una vida más allá de la muerte, sin tener referencias fidedignas que apoyen y justifiquen estas creencias. La que dicen que es capaz de mover montañas, aunque en nuestro caso se mueva entre las dunas del desierto de la duda en muchas ocasiones, muy a nuestro pesar. Esa fe silenciosa y firme en un mundo sobrenatural que ha acompañado al hombre desde sus albores, porque es un instinto tan humano como el respirar, hablar, amar y comer. También está el silencio del amor, cuando dos personas pueden permanecer calladas momentos inacabables, extremadamente placenteros, hablándose con la mirada, sin que nada pueda romper o superar la grandeza y pureza de su enamoramiento, sublimado al límite de la humana dimensión, aunque no se crucen palabras, ni se prodiguen requiebros y promesas. Con el tiempo, desgraciadamente, aparecerán nubecillas y nubarrones que oscurecerán y amenazarán la bonanza y firmeza de ese amor, cuando uno u otra, pierdan la firmeza de esa fe que los mantuvo unidos. El silencio amoroso de la madre, en constante vigilia de ese ser que es el todo de su vida, entregada por completo a ofrecerle en cada instante su aliento, su confianza, su total abnegación, incluso su propia vida si hiciera falta y sin la menor vacilación. El silencio permanente del amor maternal que es, sin lugar a dudas, el más firme candidato a ocupar el primer puesto en esta escala de valores. Y el del padre, que siempre lo dejamos en un oscuro y secundario lugar y salvo muy raras excepciones, (monstruos los hay en todas partes y en todos los tiempos), es tan capaz como el anterior de darlo todo por ese hijo sin pedir nada a cambio y no por sentirse responsable y obligado, sino por esa fe que le produce su paternidad, que se traduce en amor a ese ser, prolongación de su propia vida y esperanza de la posible culminación de sus ilusiones frustradas. El silencio dulce y relajante del entorno, cuando uno se introduce de lleno, sin nada que le interrumpa, en esa lectura que nos transporta a lejanos paraísos y aterradores escenarios, participando con el protagonista en sus aventuras, goces, amoríos, miedos y temores. Un silencio que agradecemos y necesitamos para conseguir la debida concentración en ese libro que nos domina febrilmente, cuando el autor es capaz de transmitir sus más íntimas sensaciones al lector. El del dolor, cuando la ausencia de los lamentos, no alivian la amargura del que sufre alguna desgracia o se duele de una pérdida querida y definitiva. Se concentra en nuestro interior y nos destroza el alma, sin que rompan el aire los gritos de nuestro sufrimiento. Es el más doloroso e hiriente de los silencios, porque no encuentra o utiliza esa válvula de escape que nos pueda proporcionar el desahogo y la relajación que atenúe la intensidad de nuestra pena. El de la indiferencia. Ofensivo y desconcertante para el que lo recibe. No hay descalabro mental que pueda superar al silencio ominoso, terco y desconsiderado de quien hace oídos sordos a nuestras súplicas, preguntas o simple conversación, como si ignorara despectivamente nuestra presencia. El hecho de sentirnos impotentes de atraer su atención o romper su obstinado mutismo. La soledad de una compañía callada y nula. El silencio de la cobardía. Una manera indigna de enfocar nuestra vida y la convivencia social. La postura de los que viven al margen de la solidaridad y la justicia. Aquellos que con su silencio consienten que su gallináceo proceder permitan que el ultraje, la ofensa y el castigo recaiga en el inocente, sin tener las suficientes agallas de señalar y delatar al verdadero culpable por temor a las posibles represalias. Cómplices del delito por su amilanada actitud. Estos casos, por desgracia, suelen ser muy frecuentes en nuestra sociedad, donde el cinismo, la hipocresía y la falsedad, son pilares fundamentales para escalar las escalas más altas. Las grandes fortunas, por regla general y salvo contadísimas ocasiones, no surgen de la nada, ni crecen en los árboles, ni mucho menos se logran trabajando honradamente. La corrupción, tan de moda en nuestra época, no es fruto de nuestros días. Es tan antigua como aquella lejanísima etapa de nuestra Historia en la que el hombre decidió constituirse en comunidad y establecer una escala de valores y jerarquías. El éxtasis o desideratum del silencio. Cuando el hombre se entrega plenamente a la meditación aislándose por completo a la realidad que le rodea, intentando una aproximación mística a Dios, librándose de toda experiencia sensitiva. Se han dado casos de éxtasis en los que sus protagonistas han conseguido la levitación, tal era el estado de su concentración y perfeccionamiento. Es un abandono total de la dependencia de todo aquello que nos rodea, si no nos conduce a la marcada y deseada Meta Suprema. El silencio de esta concentración debe ser absoluto, impresionante. Nada debe conturbar esta ausencia de la realidad en ese viaje mental en busca de la Divinidad. El silencio del oprimido y marginado, harto ya de sus quejas inútiles y las indiferencias del prójimo hacia su dramática manera de vivir. Marcado con esa amarga resignación del que se siente ignorado y en muchos casos apartado con violencia para no atufar y mancillar con su olor y su suciedad las exquisiteces ajenas. El de todo aquel que se aparta triste y derrotado, cansado de luchar inútilmente, solitario y en silencio como un apestado social, doliéndole el corazón y escapándosele el alma harta de padecer, para esperar la llegada de la muerte que, en su caso, es más liberación que tragedia. El silencio, como ven es inagotable en aplicaciones y consecuencias, en matices y circunstancias, en definiciones y conceptos. Los hay profundos, íntegros, absolutos, como los que he ido narrando y aquellos otros que, sin perder su significado, pueden ir acompañados. Como el que reina en la sala de un cine o un teatro, durante la proyección de la película o representación de la obra. El que se elige para gozar y “saborear” una bella melodía o pieza musical a fin de que nada, ni el más leve susurro o murmullo, pueda enturbiar el hechizo del momento. Y tantos otros instantes donde el ambiente sea propicio para que la insonorización sea lo más completa posible. Y dejo para el final el silencio de la muerte. El término de nuestro trayecto por este mundo de clamores y algaradas. El más supremo y definitivo. Nada será capaz de alterarlo. Empieza cuando termina una carrera más o menos larga y se inicia el ignorado maratón de la eternidad. El viaje al mundo del silencio, la morada de la inexistencia, el camino hacia lo desconocido. Para unos, la nada; para otros el principio de una nueva y mejor vida; incluso los que esperan la reencarnación y un nuevo aterrizaje en este valle de lágrimas. Todas son conjeturas muy dignas de tenerse en cuenta y aceptar la más afín a nuestras creencias. Pero de todas formas, en todas las posibles coyunturas expuestas, lo realmente impresionante y seguro es la soledad y el silencio que domina a los que se marchan buscando ese más allá. Ese silencio por antonomasia, ya que éste si que es definitivo e inquebrantable y además y esto es lo bueno, cuando le llega su hora no se detiene a seleccionar, ni diferenciar a unos y otros por su aspecto exterior y el ambiente que le rodea, sino que todos, sin excepción, entran en ese túnel tan profundo como silencioso donde una vez en su interior no hay escape posible. Es el silencio de la eternidad, el mutismo de la muerte.
Quien mal anda mal acaba
jueves 28 de septiembre de 2006
Quien mal anda mal acaba
Ernesto Ladrón de Guevara
M IRA que lo hemos dicho por activa y por pasiva: dime con quien vas y te diré quien eres. O quien a hierro mata a hierro muere. El Sr. Zapatero llegó a la presidencia como resultado de un 11-M cuyos elementos confusos dieron como resultado un giro electoral, mientras que desconocíamos sus matices conspirativos, habiendo claros indicios de falsos testimonios y de manipulación de pruebas. Necesitado de un factor de legitimación, se embarcó en una dinámica cuyo trazo más significativo era resolver el problema de ETA que está ligado al soberanismo caciquil territorial de las comunidades mal llamadas “históricas”, rompiendo de forma abrupta y desleal los pactos de Estado. El paradigma de partida era que ETA se encontraba contra las cuerdas por el magnífico resultado del Pacto contra el terrorismo y por las libertades entre el Partido Popular y el Partido Socialista. Por tanto se presuponía que la organización armada admitiría dádivas de menor entidad a cambio de una entrega de las armas que restituyera a Batasuna al escenario político y que posibilitara beneficios penitenciarios a los presos. Si bien el mundo proetarra afirma que existían otros acuerdos de carácter político relacionados con el elemento autodeterminista. Tan confiado estaba Zapatero en sus capacidades hipnóticas y persuasorias que daba por hecho que los chicos de Arnaldo Otegui acabarían pasando por el aro, sin percatarse de que estaba tratando con una mafia y que, por otra parte, no tiene normas deontológicas precisamente. Los socialistas lo están intentando de todas las maneras posibles, incluso aceptando la constitución de una mesa política que es una trampa mortal para la democracia, pues los acuerdos adoptados por sus constituyentes irán por la vía de la ruptura de España y preparando la independencia del País Vasco, sin luz ni taquígrafos, aceptando prevaricadoramente a un partido ilegalizado, y al margen del órgano donde se expresa la voluntad ciudadana, es decir en el Parlamento. El caso es que ETA S.A. está dando pasos en el sentido de cerrar el paso a los socialistas y ponerles contra las cuerdas. Cosa que algunos ya lo anunciamos que iba a pasar, pues conocemos a esta gentuza. ETA va a acusar al Partido Socialista del derramamiento de sangre que desgraciadamente parece anunciarse y cuyo prolegómeno es la serie de actos terroristas de tipo callejero que están produciéndose. Hoy mismo el Gara publica una viñeta representando la ikurriña atravesada por el peciolo de la rosa socialista clavada en ella en medio de un charco de sangre. Y el otro día en un acto impune donde, echados al monte, dos terroristas disparan al aire al más puro estilo de la Intifada. El caso es que hemos perdido unos meses fundamentales para consolidar la democracia, haciendo desaparecer, por puro ahogo, a ETA, gracias al Estado de Derecho. En este tiempo lo acontecido desde ámbitos de la fiscalía cualquier jurista calificaría como fraude de ley, quitando la venda que tapa los ojos a la imagen de la justicia. Batasuna y ETA no van a contentarse con lo que les ofrece el Gobierno. Ya lo sabíamos. Quieren la independencia. También lo sabíamos. Y no van a parar de matar hasta conseguirlo. Ya nos lo dijo en la Audiencia Nacional el asesino de Miguel Angel Blanco y de otras numerosas víctimas, como Fernando Múgica entre otros. ¿Y ahora qué?
Quien mal anda mal acaba
Ernesto Ladrón de Guevara
M IRA que lo hemos dicho por activa y por pasiva: dime con quien vas y te diré quien eres. O quien a hierro mata a hierro muere. El Sr. Zapatero llegó a la presidencia como resultado de un 11-M cuyos elementos confusos dieron como resultado un giro electoral, mientras que desconocíamos sus matices conspirativos, habiendo claros indicios de falsos testimonios y de manipulación de pruebas. Necesitado de un factor de legitimación, se embarcó en una dinámica cuyo trazo más significativo era resolver el problema de ETA que está ligado al soberanismo caciquil territorial de las comunidades mal llamadas “históricas”, rompiendo de forma abrupta y desleal los pactos de Estado. El paradigma de partida era que ETA se encontraba contra las cuerdas por el magnífico resultado del Pacto contra el terrorismo y por las libertades entre el Partido Popular y el Partido Socialista. Por tanto se presuponía que la organización armada admitiría dádivas de menor entidad a cambio de una entrega de las armas que restituyera a Batasuna al escenario político y que posibilitara beneficios penitenciarios a los presos. Si bien el mundo proetarra afirma que existían otros acuerdos de carácter político relacionados con el elemento autodeterminista. Tan confiado estaba Zapatero en sus capacidades hipnóticas y persuasorias que daba por hecho que los chicos de Arnaldo Otegui acabarían pasando por el aro, sin percatarse de que estaba tratando con una mafia y que, por otra parte, no tiene normas deontológicas precisamente. Los socialistas lo están intentando de todas las maneras posibles, incluso aceptando la constitución de una mesa política que es una trampa mortal para la democracia, pues los acuerdos adoptados por sus constituyentes irán por la vía de la ruptura de España y preparando la independencia del País Vasco, sin luz ni taquígrafos, aceptando prevaricadoramente a un partido ilegalizado, y al margen del órgano donde se expresa la voluntad ciudadana, es decir en el Parlamento. El caso es que ETA S.A. está dando pasos en el sentido de cerrar el paso a los socialistas y ponerles contra las cuerdas. Cosa que algunos ya lo anunciamos que iba a pasar, pues conocemos a esta gentuza. ETA va a acusar al Partido Socialista del derramamiento de sangre que desgraciadamente parece anunciarse y cuyo prolegómeno es la serie de actos terroristas de tipo callejero que están produciéndose. Hoy mismo el Gara publica una viñeta representando la ikurriña atravesada por el peciolo de la rosa socialista clavada en ella en medio de un charco de sangre. Y el otro día en un acto impune donde, echados al monte, dos terroristas disparan al aire al más puro estilo de la Intifada. El caso es que hemos perdido unos meses fundamentales para consolidar la democracia, haciendo desaparecer, por puro ahogo, a ETA, gracias al Estado de Derecho. En este tiempo lo acontecido desde ámbitos de la fiscalía cualquier jurista calificaría como fraude de ley, quitando la venda que tapa los ojos a la imagen de la justicia. Batasuna y ETA no van a contentarse con lo que les ofrece el Gobierno. Ya lo sabíamos. Quieren la independencia. También lo sabíamos. Y no van a parar de matar hasta conseguirlo. Ya nos lo dijo en la Audiencia Nacional el asesino de Miguel Angel Blanco y de otras numerosas víctimas, como Fernando Múgica entre otros. ¿Y ahora qué?
Quimicos de redaccion o tecnicos en manipulacion
jueves 28 de septiembre de 2006
Químicos de redacción o técnicos en manipulación
Miguel Martínez
P ARECE que la redacción de cierto periódico debe haber recibido un cursillo CEAC de técnico en explosivos, o quizás sea que hayan incorporado a su plantilla algún estudiante poco aventajado de Química que les coteje ciertas informaciones que ese periódico tiene especial habilidad en conseguir. Porque de no ser así, y si dispusieran –como seguramente dispondrán- de personal realmente cualificado y entendido –o mínimamente documentado- en la materia, la que se ha montado con la cuestión relativa al ácido bórico no habría tenido lugar. Por lo tanto, hemos de concluir que este despropósito informativo no es más que un intento de manipular o -siendo suaves- desinformar interesadamente a la opinión pública; que el ciudadano de a pie -e incluso el de taxi, metro o autobús- ni sabe ni tiene por qué saber qué reacciones químicas se desencadenan para producir una explosión, ni qué papel desempeña en esa reacción cada una de las sustancias que componen un explosivo. Y lo peor es que esa intoxicación ha alcanzado a otros medios que, por ignorancia, conveniencia, o buena fe -cuando se presupone que las informaciones que provienen de medios poderosos han de ser por fuerza solventes- han sido arrastrados y convertidos en cómplices de esta desinformación. El ácido bórico es un compuesto químico de lo más polivalente. Tiene usos enormemente dispares que van desde la sofisticación de ser utilizado en las centrales nucleares para controlar la velocidad de fisión del uranio, hasta la más modesta finalidad de servir como remedio casero para el olor de pies. Puede ser también utilizado como insecticida o matarratas; es empleado en joyería para soldar oro y plata sin que el calor del soplete tizne o manche la joya; y, en medicina, ha sido usado como antiséptico para rozaduras y quemaduras pequeñas, e incluso como tratamiento frente a la candidiasis vaginal. Hasta que empezara todo este revuelo, si cualquiera de ustedes, mis queridos reincidentes, hubiera preguntado a nuestro sabio amigo Google por el ácido bórico, habría sido remitido a multitud de páginas -la mayoría de ellas referidas a sus excelencias desodorantes para con el pie humano- desde las que usted puede adquirir libremente esa sustancia en diversas formas y presentaciones y a un más que módico precio. Los malos, que son malos pero no son tontos, hace ya tiempo que descubrieron que la utilidad retardadora que el ácido bórico ejerce en la aparición de la llama bien podría proporcionar mayor estabilidad a algunos explosivos, como por ejemplo el TNT, por lo que también ha sido utilizado por grupos terroristas -y ETA lo es- carentes de especiales anhelos de volar por los aires en los procesos de manipulación y transporte del explosivo. Una vuelta de tuerca más en dicha desinformación la da ahora ese mismo medio cuando, una vez hecho extensivo a la opinión pública lo multidisciplinar y versátil que resulta el ácido bórico, se da la noticia de que dicho componente figura en una oficina de patentes norteamericana como componente de un explosivo llamado comercialmente Baracitol. Y no es que sea incierta esa información, que no lo es, pero hay que leerse más de una vez la noticia, y estar concentrado en la lectura, para deducir que la utilidad del ácido bórico en esa mezcla explosiva no es otra que la ya comentada de proporcionar estabilidad al TNT. El titular, sin embargo, reza de la siguiente manera: “Patentes de EEUU demuestran que con el ácido bórico se fabrica explosivo”, cuando lo correcto sería expresar que el susodicho ácido es añadido al explosivo para darle mayor estabilidad. Permítanme que les ponga otro ejemplo, muy similar al del ácido bórico, para que ustedes tengan otra perspectiva desde la que valorar ese titular, que, después de todo lo escrito y leído estos días, el ácido bórico da más miedo que un mono con una metralleta. Todos ustedes conocen el serrín, sustancia inocua donde las haya. Pues bien, ese socorrido polvillo de madera, también utilizado en multitud de casos y tareas, es añadido a diversos explosivos, como la dinamita, para conseguir exactamente la misma finalidad pretendida al añadir el ácido bórico al TNT, es decir, para proporcionarle mayor estabilidad. Y, de igual modo, el serrín -como el ácido bórico- aparece en las patentes de diversos explosivos comerciales para uso civil. ¿Se imaginan ustedes el titular? “Patentes de los EEUU demuestran que con el serrín se fabrican explosivos” Sigamos con el serrín. Un servidor, probablemente igual que muchos de ustedes, tiene que supervisar a menudo textos o informes de sus colaboradores antes de elevarlos a sus jefes. Imagínense ustedes en esa misma situación, pero en una Comisaría de Policía, a la que llegue un informe que rece algo así como que en casa de Fulanito de Tal se ha encontrado un saco de serrín, como el que se encontró una vez en el registro de un piso utilizado por ETA. ¿De veras creerá usted que la presencia de serrín en un domicilio sea un dato tan consistente y relevante como para ser elevado a la judicatura como informe técnico-policial que ha de ser adjuntado al mayor y más importante sumario antiterrorista que se ha llevado a cabo en este país? ¿Creen ustedes que consta habitualmente, en los informes policiales de registros domiciliarios, el hallazgo de agua, gasolina, pastillas para la garganta que contengan clorato potásico, carbón vegetal (el de las barbacoas), aceite mineral, amoniaco, hielo instantáneo, celulosa (algodón), polvos de talco, grafito (minas de lápiz), lejía, cal, jarabe de maíz, el susodicho serrín y un largo etcétera de productos, todos ellos utilizados o utilizables en mezclas explosivas y también incluidos en multitud de patentes de explosivos comerciales? Y uno, que por tener casualmente algún vago conocimiento sobre explosivos ha evitado que se la cuelen doblada con el ácido bórico, se pregunta en cuántas ocasiones habrá sido manipulado intencionadamente sobre asuntos de los que un servidor no tiene ni repajolera idea. Cuántas veces habremos defendido un dato, o una postura, creídos a pies juntillas sencillamente porque lo hemos visto publicado en el periódico “El Tal” o en “La Cual”, o en el AB-Tal, haciendo nuestras sus tesis, ignorantes de haber sido intencionadamente manipulados. Quizás lo verdaderamente útil e inteligente sea aplicarse ese dicho gallego que reza –les ruego lo lean con acento gallego, verán que gana mucho- “De lo oído, nada creído, y de lo visto, la mitad”. Acaso así, con un poco de suerte, sólo nos puedan manipular a medias.
Químicos de redacción o técnicos en manipulación
Miguel Martínez
P ARECE que la redacción de cierto periódico debe haber recibido un cursillo CEAC de técnico en explosivos, o quizás sea que hayan incorporado a su plantilla algún estudiante poco aventajado de Química que les coteje ciertas informaciones que ese periódico tiene especial habilidad en conseguir. Porque de no ser así, y si dispusieran –como seguramente dispondrán- de personal realmente cualificado y entendido –o mínimamente documentado- en la materia, la que se ha montado con la cuestión relativa al ácido bórico no habría tenido lugar. Por lo tanto, hemos de concluir que este despropósito informativo no es más que un intento de manipular o -siendo suaves- desinformar interesadamente a la opinión pública; que el ciudadano de a pie -e incluso el de taxi, metro o autobús- ni sabe ni tiene por qué saber qué reacciones químicas se desencadenan para producir una explosión, ni qué papel desempeña en esa reacción cada una de las sustancias que componen un explosivo. Y lo peor es que esa intoxicación ha alcanzado a otros medios que, por ignorancia, conveniencia, o buena fe -cuando se presupone que las informaciones que provienen de medios poderosos han de ser por fuerza solventes- han sido arrastrados y convertidos en cómplices de esta desinformación. El ácido bórico es un compuesto químico de lo más polivalente. Tiene usos enormemente dispares que van desde la sofisticación de ser utilizado en las centrales nucleares para controlar la velocidad de fisión del uranio, hasta la más modesta finalidad de servir como remedio casero para el olor de pies. Puede ser también utilizado como insecticida o matarratas; es empleado en joyería para soldar oro y plata sin que el calor del soplete tizne o manche la joya; y, en medicina, ha sido usado como antiséptico para rozaduras y quemaduras pequeñas, e incluso como tratamiento frente a la candidiasis vaginal. Hasta que empezara todo este revuelo, si cualquiera de ustedes, mis queridos reincidentes, hubiera preguntado a nuestro sabio amigo Google por el ácido bórico, habría sido remitido a multitud de páginas -la mayoría de ellas referidas a sus excelencias desodorantes para con el pie humano- desde las que usted puede adquirir libremente esa sustancia en diversas formas y presentaciones y a un más que módico precio. Los malos, que son malos pero no son tontos, hace ya tiempo que descubrieron que la utilidad retardadora que el ácido bórico ejerce en la aparición de la llama bien podría proporcionar mayor estabilidad a algunos explosivos, como por ejemplo el TNT, por lo que también ha sido utilizado por grupos terroristas -y ETA lo es- carentes de especiales anhelos de volar por los aires en los procesos de manipulación y transporte del explosivo. Una vuelta de tuerca más en dicha desinformación la da ahora ese mismo medio cuando, una vez hecho extensivo a la opinión pública lo multidisciplinar y versátil que resulta el ácido bórico, se da la noticia de que dicho componente figura en una oficina de patentes norteamericana como componente de un explosivo llamado comercialmente Baracitol. Y no es que sea incierta esa información, que no lo es, pero hay que leerse más de una vez la noticia, y estar concentrado en la lectura, para deducir que la utilidad del ácido bórico en esa mezcla explosiva no es otra que la ya comentada de proporcionar estabilidad al TNT. El titular, sin embargo, reza de la siguiente manera: “Patentes de EEUU demuestran que con el ácido bórico se fabrica explosivo”, cuando lo correcto sería expresar que el susodicho ácido es añadido al explosivo para darle mayor estabilidad. Permítanme que les ponga otro ejemplo, muy similar al del ácido bórico, para que ustedes tengan otra perspectiva desde la que valorar ese titular, que, después de todo lo escrito y leído estos días, el ácido bórico da más miedo que un mono con una metralleta. Todos ustedes conocen el serrín, sustancia inocua donde las haya. Pues bien, ese socorrido polvillo de madera, también utilizado en multitud de casos y tareas, es añadido a diversos explosivos, como la dinamita, para conseguir exactamente la misma finalidad pretendida al añadir el ácido bórico al TNT, es decir, para proporcionarle mayor estabilidad. Y, de igual modo, el serrín -como el ácido bórico- aparece en las patentes de diversos explosivos comerciales para uso civil. ¿Se imaginan ustedes el titular? “Patentes de los EEUU demuestran que con el serrín se fabrican explosivos” Sigamos con el serrín. Un servidor, probablemente igual que muchos de ustedes, tiene que supervisar a menudo textos o informes de sus colaboradores antes de elevarlos a sus jefes. Imagínense ustedes en esa misma situación, pero en una Comisaría de Policía, a la que llegue un informe que rece algo así como que en casa de Fulanito de Tal se ha encontrado un saco de serrín, como el que se encontró una vez en el registro de un piso utilizado por ETA. ¿De veras creerá usted que la presencia de serrín en un domicilio sea un dato tan consistente y relevante como para ser elevado a la judicatura como informe técnico-policial que ha de ser adjuntado al mayor y más importante sumario antiterrorista que se ha llevado a cabo en este país? ¿Creen ustedes que consta habitualmente, en los informes policiales de registros domiciliarios, el hallazgo de agua, gasolina, pastillas para la garganta que contengan clorato potásico, carbón vegetal (el de las barbacoas), aceite mineral, amoniaco, hielo instantáneo, celulosa (algodón), polvos de talco, grafito (minas de lápiz), lejía, cal, jarabe de maíz, el susodicho serrín y un largo etcétera de productos, todos ellos utilizados o utilizables en mezclas explosivas y también incluidos en multitud de patentes de explosivos comerciales? Y uno, que por tener casualmente algún vago conocimiento sobre explosivos ha evitado que se la cuelen doblada con el ácido bórico, se pregunta en cuántas ocasiones habrá sido manipulado intencionadamente sobre asuntos de los que un servidor no tiene ni repajolera idea. Cuántas veces habremos defendido un dato, o una postura, creídos a pies juntillas sencillamente porque lo hemos visto publicado en el periódico “El Tal” o en “La Cual”, o en el AB-Tal, haciendo nuestras sus tesis, ignorantes de haber sido intencionadamente manipulados. Quizás lo verdaderamente útil e inteligente sea aplicarse ese dicho gallego que reza –les ruego lo lean con acento gallego, verán que gana mucho- “De lo oído, nada creído, y de lo visto, la mitad”. Acaso así, con un poco de suerte, sólo nos puedan manipular a medias.
Informes falso y otros logros del PSOE
jueves 28 de septiembre de 2006
Informes falsos y otros logros del PSOE
Juan Urrutia
E STAS son algunas reflexiones sobre los más interesantes frutos que ha dado el PSOE a este país. “Mérida, 21 sep (EFE).- El candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que fue ratificado hoy por su partido, ha prometido a José Luis Rodríguez Zapatero repetir los mismos resultados cosechados en las elecciones autonómicas de 2003, en la que los socialistas extremeños consiguieron mayoría absoluta.” Prepárense para la catástrofe. Si el PSOE necesitó una guerra, el hundimiento de un barco y la muerte de ciento noventa y dos personas —previa ocultación de datos— para llegar a la presidencia, para ganar unas autonómicas les hará falta por lo menos, un incendio forestal o algo parecido, del que puedan culpar a la oposición. Porque argumentos, eso es algo de lo que el Partido Socialista carece desde hace años. Bayona (Francia), 21 sep (EFE).- Batasuna denunció hoy en Bayona que el proceso de paz en el País Vasco está "en crisis" y advirtió de que si no se avanza, la situación será "irreversible". Entramos en lo de siempre: la clásica tregua-trampa de ETA que sólo sirve para que la banda se rearme, coja una bocanada de aire fresco y hala, a pegar tiros por ahí. Lo grave es, y hasta ETA lo reconoce, que el Gobierno finge creérselo para ganar el voto de quienes aún tienen fe en ellos. Como ex–votante del PSOE muy cabreado, y simplemente como ser humano esta actitud me parece absolutamente indigna, repugnante así como merecedora por si misma de una moción de censura. Un gobierno que se mantiene en el poder comerciando con la sangre de las víctimas no merece seguir gobernando. Madrid, 21 sep (EFE).- El Ministerio del Interior negó hoy haber falsificado informes policiales de la investigación del 11-M tal y como sostiene el diario "El Mundo", acusación que ha llevado al PP a pedir de nuevo la comparecencia en el Congreso de Alfredo Pérez Rubalcaba para que responda a sus preguntas sobre los atentados. El Partido del gobierno dice que “era un borrador”. Seguramente ustedes ya habrán leído los famosos informes, y si no, los pongo a su disposición en mi recién creado blog: www.lacoctelera.com/vivalademocracia Cuando los lean comprobarán cómo en el “borrador” se habla del hallazgo de ácido bórico en pisos francos de ETA, lo cual es considerado un indicio de la relación entre la banda y el 11M. Dicen los socialistas que el ácido en cuestión se usa para muchas cosas. Pues sí, es cierto, —aunque un informe de la Universidad del Álamo indica que esta sustancia es frecuentemente utilizada para eliminar residuos de explosivos— pero no pretenderán que nos traguemos que los presuntos miembros de Al-qaeda —vaya usted a saber si lo eran— preocupadísimos por la terrible invasión de cucarachas de su escondite, primero usaron ácido bórico y al no darles resultado lo intentaron con dinamita pero se les fue la mano. Eso explicaría porqué los supuestos suicidas de leganés, en vez de llevarse por delante a todo quisque, —como es habitual en el terrorismo islámico— esperasen al desalojo de las viviendas colindantes y a que la policía se encontrase a una distancia prudencial para volar su piso. Un accidente casero, vamos, algo que le puede pasar a cualquiera que desinsecte su casa con explosivos.
Informes falsos y otros logros del PSOE
Juan Urrutia
E STAS son algunas reflexiones sobre los más interesantes frutos que ha dado el PSOE a este país. “Mérida, 21 sep (EFE).- El candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que fue ratificado hoy por su partido, ha prometido a José Luis Rodríguez Zapatero repetir los mismos resultados cosechados en las elecciones autonómicas de 2003, en la que los socialistas extremeños consiguieron mayoría absoluta.” Prepárense para la catástrofe. Si el PSOE necesitó una guerra, el hundimiento de un barco y la muerte de ciento noventa y dos personas —previa ocultación de datos— para llegar a la presidencia, para ganar unas autonómicas les hará falta por lo menos, un incendio forestal o algo parecido, del que puedan culpar a la oposición. Porque argumentos, eso es algo de lo que el Partido Socialista carece desde hace años. Bayona (Francia), 21 sep (EFE).- Batasuna denunció hoy en Bayona que el proceso de paz en el País Vasco está "en crisis" y advirtió de que si no se avanza, la situación será "irreversible". Entramos en lo de siempre: la clásica tregua-trampa de ETA que sólo sirve para que la banda se rearme, coja una bocanada de aire fresco y hala, a pegar tiros por ahí. Lo grave es, y hasta ETA lo reconoce, que el Gobierno finge creérselo para ganar el voto de quienes aún tienen fe en ellos. Como ex–votante del PSOE muy cabreado, y simplemente como ser humano esta actitud me parece absolutamente indigna, repugnante así como merecedora por si misma de una moción de censura. Un gobierno que se mantiene en el poder comerciando con la sangre de las víctimas no merece seguir gobernando. Madrid, 21 sep (EFE).- El Ministerio del Interior negó hoy haber falsificado informes policiales de la investigación del 11-M tal y como sostiene el diario "El Mundo", acusación que ha llevado al PP a pedir de nuevo la comparecencia en el Congreso de Alfredo Pérez Rubalcaba para que responda a sus preguntas sobre los atentados. El Partido del gobierno dice que “era un borrador”. Seguramente ustedes ya habrán leído los famosos informes, y si no, los pongo a su disposición en mi recién creado blog: www.lacoctelera.com/vivalademocracia Cuando los lean comprobarán cómo en el “borrador” se habla del hallazgo de ácido bórico en pisos francos de ETA, lo cual es considerado un indicio de la relación entre la banda y el 11M. Dicen los socialistas que el ácido en cuestión se usa para muchas cosas. Pues sí, es cierto, —aunque un informe de la Universidad del Álamo indica que esta sustancia es frecuentemente utilizada para eliminar residuos de explosivos— pero no pretenderán que nos traguemos que los presuntos miembros de Al-qaeda —vaya usted a saber si lo eran— preocupadísimos por la terrible invasión de cucarachas de su escondite, primero usaron ácido bórico y al no darles resultado lo intentaron con dinamita pero se les fue la mano. Eso explicaría porqué los supuestos suicidas de leganés, en vez de llevarse por delante a todo quisque, —como es habitual en el terrorismo islámico— esperasen al desalojo de las viviendas colindantes y a que la policía se encontrase a una distancia prudencial para volar su piso. Un accidente casero, vamos, algo que le puede pasar a cualquiera que desinsecte su casa con explosivos.
El comodin del PP
jueves 28 de septiembre de 2006
Estrategia electoral
El comodín del PP
Cristina Losada
Los estrategas socialistas se proponen que la gente se preocupe por lo que ellos quieren que se preocupe. La guerra de Irak, verbigracia. Tan alejada de los intereses de la gente, y mira tú por donde, 11-M mediante, decidió unas elecciones.
He leído que Piqué centrará su campaña electoral en lo que interesa a la gente, y no en el Estatuto ni en la cuestión identitaria. He escuchado a dirigentes del PP gallego argumentar con brillantez que no hay que entrar al trapo de si Galicia es o no una nación, sino abordar los temas que preocupan a la gente, como, qué sé yo, la cuota láctea. Y he visto que la dirección nacional de ese partido se propone hablar de las cosas que en verdad inquietan a los españoles. Cuáles son ésas las enumeraba Rajoy en el Congreso de las Nuevas Generaciones: irse de vacaciones, que se apaguen los incendios, que no suban las hipotecas, que haya agua. Total, que el PP quiere encarar las elecciones venideras pensando en la gente. Pero no en la gente que se alarma por la escalada triunfante de los nacionalismos, el terrorista incluido, de la manita de ZP. Hacia eso no dirigirá sus focos. Es decir, no hacia lo que más quita el sueño a sus votantes potenciales. Que no es la ineptitud del gobierno, sino lo contrario: su eficacia en liquidar el régimen democrático nacido en 1978.
Qué bueno sería que los problemas que citan los dirigentes populares fuesen los más graves. Serían los descosidos propios de un país normal, gobernado por una pandilla de inútiles. Y esos ciudadanos a los que presentan su oferta, mirarían por su bolsillo, esperarían una gestión competente de quienes se lo aflojan, y votarían en consecuencia. Qué bueno, si fuera cierto. Pero este país no es ése. El gobierno de ZP lo ha propulsado a una órbita distinta a aquella en la que había girado, con mayor o menor donaire, desde la Transición. Y allí está, dando tumbos con los cimientos removidos, las vigas maestras tocadas, y los derechos individuales y la libertad maltrechos. Un empujoncito más y sanseacabó. Las obsesiones de ZP, ésas en las que el PP no quiere entrar porque no preocupan a la gente, han logrado ese descalabro en dos años. Más eficiencia destructiva, imposible. Y poco importa, para el caso, que la labor de Zapa responda a un proyecto acabado o no.
Además, ¿cuántos votan con la cabeza? La seguridad, la inmigración, y esa ristra de temas que cuelgan en las encuestas preocuparán a muchos, pero de ahí a votar en función de ellos, va un trecho. Y largo. Si se eligiera papeleta atendiendo al raciocinio, ni estaría Zapatero en La Moncloa ni el felipismo se hubiera prolongado mientras crecía el paro, florecía la corrupción y se arruinaba el país. González ganó por última vez apelando a las emociones. ZP lo mismo, y sin rastro de programa viable. De lo que va a resultar que los del PP son los últimos marxistas, convencidos de que la conciencia la determinan las condiciones materiales. Aunque su estrategia recuerda más a los apóstoles del “consumo responsable”. Quieren convencer a Juanita de que compre sólo lo que necesita, y Juanita se lleva ese trasto inútil que anuncia un guaperas en la tele.
Todo eso de proponer soluciones al detall está muy bien, pero en épocas de estabilidad y sosiego. Para eludir la realidad ya está ZP, clavado en el aquí no pasa nada, España no se rompe, paz a la vista, y esto es Jauja. Prometerá más de lo mismo, y ese eterno par de ordenadores por alumno. Y el PP será el de la guerra y la mentira. Otra vez. Porque los estrategas socialistas se proponen que la gente se preocupe por lo que ellos quieren que se preocupe. La guerra de Irak, verbigracia. Tan alejada de los intereses de la gente, y mira tú por donde, 11-M mediante, decidió unas elecciones. Pues así mismo se la van a dar de nuevo al PP, si renuncia a modificar la opinión pública, pide siempre el comodín del público y se pliega a lo que diga la gente. Cómodo sí es.
Gentileza de LD
Estrategia electoral
El comodín del PP
Cristina Losada
Los estrategas socialistas se proponen que la gente se preocupe por lo que ellos quieren que se preocupe. La guerra de Irak, verbigracia. Tan alejada de los intereses de la gente, y mira tú por donde, 11-M mediante, decidió unas elecciones.
He leído que Piqué centrará su campaña electoral en lo que interesa a la gente, y no en el Estatuto ni en la cuestión identitaria. He escuchado a dirigentes del PP gallego argumentar con brillantez que no hay que entrar al trapo de si Galicia es o no una nación, sino abordar los temas que preocupan a la gente, como, qué sé yo, la cuota láctea. Y he visto que la dirección nacional de ese partido se propone hablar de las cosas que en verdad inquietan a los españoles. Cuáles son ésas las enumeraba Rajoy en el Congreso de las Nuevas Generaciones: irse de vacaciones, que se apaguen los incendios, que no suban las hipotecas, que haya agua. Total, que el PP quiere encarar las elecciones venideras pensando en la gente. Pero no en la gente que se alarma por la escalada triunfante de los nacionalismos, el terrorista incluido, de la manita de ZP. Hacia eso no dirigirá sus focos. Es decir, no hacia lo que más quita el sueño a sus votantes potenciales. Que no es la ineptitud del gobierno, sino lo contrario: su eficacia en liquidar el régimen democrático nacido en 1978.
Qué bueno sería que los problemas que citan los dirigentes populares fuesen los más graves. Serían los descosidos propios de un país normal, gobernado por una pandilla de inútiles. Y esos ciudadanos a los que presentan su oferta, mirarían por su bolsillo, esperarían una gestión competente de quienes se lo aflojan, y votarían en consecuencia. Qué bueno, si fuera cierto. Pero este país no es ése. El gobierno de ZP lo ha propulsado a una órbita distinta a aquella en la que había girado, con mayor o menor donaire, desde la Transición. Y allí está, dando tumbos con los cimientos removidos, las vigas maestras tocadas, y los derechos individuales y la libertad maltrechos. Un empujoncito más y sanseacabó. Las obsesiones de ZP, ésas en las que el PP no quiere entrar porque no preocupan a la gente, han logrado ese descalabro en dos años. Más eficiencia destructiva, imposible. Y poco importa, para el caso, que la labor de Zapa responda a un proyecto acabado o no.
Además, ¿cuántos votan con la cabeza? La seguridad, la inmigración, y esa ristra de temas que cuelgan en las encuestas preocuparán a muchos, pero de ahí a votar en función de ellos, va un trecho. Y largo. Si se eligiera papeleta atendiendo al raciocinio, ni estaría Zapatero en La Moncloa ni el felipismo se hubiera prolongado mientras crecía el paro, florecía la corrupción y se arruinaba el país. González ganó por última vez apelando a las emociones. ZP lo mismo, y sin rastro de programa viable. De lo que va a resultar que los del PP son los últimos marxistas, convencidos de que la conciencia la determinan las condiciones materiales. Aunque su estrategia recuerda más a los apóstoles del “consumo responsable”. Quieren convencer a Juanita de que compre sólo lo que necesita, y Juanita se lleva ese trasto inútil que anuncia un guaperas en la tele.
Todo eso de proponer soluciones al detall está muy bien, pero en épocas de estabilidad y sosiego. Para eludir la realidad ya está ZP, clavado en el aquí no pasa nada, España no se rompe, paz a la vista, y esto es Jauja. Prometerá más de lo mismo, y ese eterno par de ordenadores por alumno. Y el PP será el de la guerra y la mentira. Otra vez. Porque los estrategas socialistas se proponen que la gente se preocupe por lo que ellos quieren que se preocupe. La guerra de Irak, verbigracia. Tan alejada de los intereses de la gente, y mira tú por donde, 11-M mediante, decidió unas elecciones. Pues así mismo se la van a dar de nuevo al PP, si renuncia a modificar la opinión pública, pide siempre el comodín del público y se pliega a lo que diga la gente. Cómodo sí es.
Gentileza de LD
La Audiencia Nacional y el informe mutante
28-IX-2006
La Audiencia Nacional y el informe mutante
EDITORIAL
¿Qué pretende Garzón enmendando la plana a la Sala de lo Penal? ¿Embarrar el terreno con afanes ralentizadores? ¿Hacer el juego al Gobierno? Estaremos pendientes; y por supuesto, y le pese a quien le pese, seguiremos informando.
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha emitido un auto en el que sostiene que hay "indicios suficientes" para investigar si se ha cometido "al menos" un delito de falsedad en documento público por la incorporación al sumario del 11-M de un documento "alterado en su contenido y/o en la persona que realiza la pericia y la asume con su número profesional y firma". Está aludiendo, naturalmente, al informe sobre el ácido bórico, ese que en su primera versión constaba de tres folios e iba firmado por tres peritos y, luego de una oportuna mutación, acabó en el juzgado del juez Del Olmo con un folio y tres firmas de menos (y una de más), por mencionar sólo dos de los cambios que experimentó entre el 21 y el 22 de marzo de 2005.
¿Qué hará ahora el ministro Rubalcaba ("Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta") con su anunciada denuncia contra el diario El Mundo por sacar a la luz el caso del informe mutante? ¿Y el comisario Santano? ¿Volverá a Cuatro, para explicar con más detalle a la audiencia del prejubilado Gabilondo en qué consisten los "controles de calidad" que se estilan en la Policía Científica y reafirmar que "volvería a quitar" las "meras elucubraciones sin fundamento científico" que aparecían en la primera versión del documento y desaparecieron en la segunda? ¿Y los medios de transmisión gubernamental? ¿Cargarán de nuevo contra Libertad Digital, El Mundo y la COPE o se decantarán por incluir entre los desestabilizadores del sistema a los magistrados de la Sala de lo Penal de la Audiencia?
En el citado auto se remite el caso a la justicia ordinaria porque el delito que pudiera haberse cometido no entra dentro de las competencias de la Audiencia. Pese a ello, Garzón insiste en tomar declaración a Santano y a los cuatro policías implicados (los tres firmantes del informe original y el firmante del informe adulterado) en el marco de la causa que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia por los atentados cometidos en Casablanca en mayo de 2003. ¿Por qué? Porque Hassán el Haski, en cuyo domicilio apareció el ácido bórico que desapareció del tristemente célebre informe mutante, está procesado por el 11-M y se le considera también responsable de lo ocurrido en la mencionada ciudad marroquí. ¿Y eso qué tiene que ver con un delito de falsedad en documento público presuntamente cometido por funcionarios policiales españoles? Nada. Así pues, quizá sean más pertinentes otras preguntas: ¿qué pretende Garzón enmendando la plana a la Sala de lo Penal? ¿Embarrar el terreno con afanes ralentizadores? ¿Hacer el juego al Gobierno? Estaremos pendientes; y por supuesto, y le pese a quien le pese, seguiremos informando.
Gentileza de LD
La Audiencia Nacional y el informe mutante
EDITORIAL
¿Qué pretende Garzón enmendando la plana a la Sala de lo Penal? ¿Embarrar el terreno con afanes ralentizadores? ¿Hacer el juego al Gobierno? Estaremos pendientes; y por supuesto, y le pese a quien le pese, seguiremos informando.
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha emitido un auto en el que sostiene que hay "indicios suficientes" para investigar si se ha cometido "al menos" un delito de falsedad en documento público por la incorporación al sumario del 11-M de un documento "alterado en su contenido y/o en la persona que realiza la pericia y la asume con su número profesional y firma". Está aludiendo, naturalmente, al informe sobre el ácido bórico, ese que en su primera versión constaba de tres folios e iba firmado por tres peritos y, luego de una oportuna mutación, acabó en el juzgado del juez Del Olmo con un folio y tres firmas de menos (y una de más), por mencionar sólo dos de los cambios que experimentó entre el 21 y el 22 de marzo de 2005.
¿Qué hará ahora el ministro Rubalcaba ("Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta") con su anunciada denuncia contra el diario El Mundo por sacar a la luz el caso del informe mutante? ¿Y el comisario Santano? ¿Volverá a Cuatro, para explicar con más detalle a la audiencia del prejubilado Gabilondo en qué consisten los "controles de calidad" que se estilan en la Policía Científica y reafirmar que "volvería a quitar" las "meras elucubraciones sin fundamento científico" que aparecían en la primera versión del documento y desaparecieron en la segunda? ¿Y los medios de transmisión gubernamental? ¿Cargarán de nuevo contra Libertad Digital, El Mundo y la COPE o se decantarán por incluir entre los desestabilizadores del sistema a los magistrados de la Sala de lo Penal de la Audiencia?
En el citado auto se remite el caso a la justicia ordinaria porque el delito que pudiera haberse cometido no entra dentro de las competencias de la Audiencia. Pese a ello, Garzón insiste en tomar declaración a Santano y a los cuatro policías implicados (los tres firmantes del informe original y el firmante del informe adulterado) en el marco de la causa que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia por los atentados cometidos en Casablanca en mayo de 2003. ¿Por qué? Porque Hassán el Haski, en cuyo domicilio apareció el ácido bórico que desapareció del tristemente célebre informe mutante, está procesado por el 11-M y se le considera también responsable de lo ocurrido en la mencionada ciudad marroquí. ¿Y eso qué tiene que ver con un delito de falsedad en documento público presuntamente cometido por funcionarios policiales españoles? Nada. Así pues, quizá sean más pertinentes otras preguntas: ¿qué pretende Garzón enmendando la plana a la Sala de lo Penal? ¿Embarrar el terreno con afanes ralentizadores? ¿Hacer el juego al Gobierno? Estaremos pendientes; y por supuesto, y le pese a quien le pese, seguiremos informando.
Gentileza de LD
El juez Garzon avala la "paz sucia" de ZpM
28-IX-2006
El juez Garzón avala la "paz sucia" de ZP
EDITORIAL
En lugar de arremeter contra la política exterior de Aznar, más nos valdría que Garzón nos esclareciera, de una vez, si los policías del "chivatazo" a ETA perpetraron ese delito de colaboración con banda armada por cuenta propia o cumpliendo órdenes
Mientras Zapatero tranquiliza desde el Congreso a sus chantajistas compañeros de viaje manteniendo sus planes de negociación con la organización terrorista, el juez Garzón –principal instructor de los sumarios relacionados con ETA-, ha avalado en una entrevista los trapicheos del Gobierno al margen del Estado de Derecho, con la excusa de que “hay que dialogar hasta con el diablo”.
Habría que recordarle a este juez que el gobierno del 14M con quienes quiere oficialmente sentarse a "dialogar" –después de haberlo hecho clandestinamente durante los preparativos de la tregua-, no son, ni siquiera, con presos etarras rindiendo penas por sus delitos, sino con criminales fugitivos de la justicia a los que la Ley exige, en todo momento, detener. Y ese es un imperativo del Estado de Derecho que afecta, tanto a los jueces, como a los gobernantes, como a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
El chivatazo policial a miembros de ETA –valga el ejemplo-, alertándoles de que estaban siendo vigilados y de que podían ser detenidos en cualquier momento por orden del juez Marlaska, sería acorde y lógico, ciertamente, con esa aberración jurídica que se esconde bajo el manipulador pabellón del "diálogo" y del "proceso de paz"; lo que no es compatible, en absoluto, es con la observancia de la Ley.
No estaría de más, por otra parte, que las entrevistas que Garzón concede a los medios para criticar el pretérito apoyo español a la intervención militar aliada en el conflicto bélico de Irak, permitieran al juez un hueco en su agenda para que nos esclarezca, ya de una vez por todas, quienes fueron los policías que perpetraron aquel delito de colaboración con banda armada y si, con aquel chivatazo, los agentes actuaban por cuenta propia o cumpliendo ordenes de sus superiores.
Téngase en cuenta, además, que de Garzón dependen, no solo el caso del chivatazo, sino los principales sumarios de Batasuna-ETA, por lo que no estaría de más que el juez les dedicara mayores energías. ¿O es que, acaso, su dilación en estos casos, así como su acreditada lenidad ante la violación de los batasunos de la ley de partidos, pretenden ser su personal contribución a ese "proceso de paz" y a ese "diálogo" que el juez avala "hasta con el diablo"?
Finalmente, y con respecto a la persistente condescendencia de Zapatero hacia ETA, esta no obedece a una supuesta insensibilidad del presidente ante la persistencia e intensificación del terrorismo callejero, o ante los tiros al aire, o ante los amenazantes recordatorios de ETA de que su tregua, no sólo tiene como objetivo la impunidad de sus miembros, sino la consecución de la "autodeterminación de Euskal Herria". Todo lo contrario: Precisamente porque el presidente es sensible a todas estas presiones de sus chantajistas compañeros de viaje; precisamente porque se da cuenta de que sus vergonzosas cesiones a Batasuna/ETA podrían no alcanzarle para llegar en "paz" a las próximas elecciones, es por lo que no puede desdecirse, ni de "los compromisos adquiridos" en pro de la tregua, ni de su pública garantía de que con ella "todo tendría cabida, tenga el alcance que tenga".
Si la política de firmeza de Aznar marchitó las esperanzas de ETA, Zapatero, en lugar de darles la puntilla, no ha hecho otra cosa que reavivarlas poniéndole un precio a una engañosa "paz". Ahora Zapatero o logra convencer a los etarras de que va a seguir cediendo o se arriesga a que esas recuperadas e insaciables esperanzas de sus compañeros de viaje le estallen, incluso antes de las elecciones.
Gentileza de LD
El juez Garzón avala la "paz sucia" de ZP
EDITORIAL
En lugar de arremeter contra la política exterior de Aznar, más nos valdría que Garzón nos esclareciera, de una vez, si los policías del "chivatazo" a ETA perpetraron ese delito de colaboración con banda armada por cuenta propia o cumpliendo órdenes
Mientras Zapatero tranquiliza desde el Congreso a sus chantajistas compañeros de viaje manteniendo sus planes de negociación con la organización terrorista, el juez Garzón –principal instructor de los sumarios relacionados con ETA-, ha avalado en una entrevista los trapicheos del Gobierno al margen del Estado de Derecho, con la excusa de que “hay que dialogar hasta con el diablo”.
Habría que recordarle a este juez que el gobierno del 14M con quienes quiere oficialmente sentarse a "dialogar" –después de haberlo hecho clandestinamente durante los preparativos de la tregua-, no son, ni siquiera, con presos etarras rindiendo penas por sus delitos, sino con criminales fugitivos de la justicia a los que la Ley exige, en todo momento, detener. Y ese es un imperativo del Estado de Derecho que afecta, tanto a los jueces, como a los gobernantes, como a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
El chivatazo policial a miembros de ETA –valga el ejemplo-, alertándoles de que estaban siendo vigilados y de que podían ser detenidos en cualquier momento por orden del juez Marlaska, sería acorde y lógico, ciertamente, con esa aberración jurídica que se esconde bajo el manipulador pabellón del "diálogo" y del "proceso de paz"; lo que no es compatible, en absoluto, es con la observancia de la Ley.
No estaría de más, por otra parte, que las entrevistas que Garzón concede a los medios para criticar el pretérito apoyo español a la intervención militar aliada en el conflicto bélico de Irak, permitieran al juez un hueco en su agenda para que nos esclarezca, ya de una vez por todas, quienes fueron los policías que perpetraron aquel delito de colaboración con banda armada y si, con aquel chivatazo, los agentes actuaban por cuenta propia o cumpliendo ordenes de sus superiores.
Téngase en cuenta, además, que de Garzón dependen, no solo el caso del chivatazo, sino los principales sumarios de Batasuna-ETA, por lo que no estaría de más que el juez les dedicara mayores energías. ¿O es que, acaso, su dilación en estos casos, así como su acreditada lenidad ante la violación de los batasunos de la ley de partidos, pretenden ser su personal contribución a ese "proceso de paz" y a ese "diálogo" que el juez avala "hasta con el diablo"?
Finalmente, y con respecto a la persistente condescendencia de Zapatero hacia ETA, esta no obedece a una supuesta insensibilidad del presidente ante la persistencia e intensificación del terrorismo callejero, o ante los tiros al aire, o ante los amenazantes recordatorios de ETA de que su tregua, no sólo tiene como objetivo la impunidad de sus miembros, sino la consecución de la "autodeterminación de Euskal Herria". Todo lo contrario: Precisamente porque el presidente es sensible a todas estas presiones de sus chantajistas compañeros de viaje; precisamente porque se da cuenta de que sus vergonzosas cesiones a Batasuna/ETA podrían no alcanzarle para llegar en "paz" a las próximas elecciones, es por lo que no puede desdecirse, ni de "los compromisos adquiridos" en pro de la tregua, ni de su pública garantía de que con ella "todo tendría cabida, tenga el alcance que tenga".
Si la política de firmeza de Aznar marchitó las esperanzas de ETA, Zapatero, en lugar de darles la puntilla, no ha hecho otra cosa que reavivarlas poniéndole un precio a una engañosa "paz". Ahora Zapatero o logra convencer a los etarras de que va a seguir cediendo o se arriesga a que esas recuperadas e insaciables esperanzas de sus compañeros de viaje le estallen, incluso antes de las elecciones.
Gentileza de LD
martes, septiembre 26, 2006
Asi son las tacticas del pocero para hacerse multimillonario
miercoles 27 de septiembre de 2006
Así son las TÁCTICAS de EL POCERO para hacerse MULTIMILLONARIO
PRNoticias
E L equipo de investigación de PRNOTICIAS lleva ya casi un año siguiendo los pasos de la biografía de Francisco Hernando, El Pocero, y delimitando qué hay de verdad en todo lo que se cuenta de él y de sus actividades en el mundo de la construcción… y entre otras cosas ha ido descubriendo las diferentes ‘técnicas’ que Hernando ha ido empleando para sacar adelante sus proyectos supermillonarios. Nunca ha empleado la misma ‘técnica’. Y lo vamos a ver antes de comentar y descifrar sus métodos. Lean estas, de momento, 7 tácticas que le han llevado al ‘pelotazo’ de los 250.000 millones de Seseña. 1. ‘Táctica Orcasitas’. Primer ‘pelotazo Allí llegó coincidiendo con la enfermedad y muerte de Franco (1975) como un toro bravo y con una flota de 40 camiones ‘Pegaso’ y 23 máquinas excavadoras y una subcontrata para hacer todo el movimiento de tierras y el allanamiento de terrenos. ¡Parecía el general Patton con 30 años!... pero, su ambición ya estaba desatada y desde el primer día fue a quedarse con el proyecto de “mini-ciudad” (5.500 viviendas) de la empresa constructora, TERMA, y lo consiguió en un año. ¿Qué cómo? De un simple vistazo se dio cuenta que allí mandaban los líderes obreros (o sea, los sindicalistas de Comisiones Obreras) y a por ellos se fue, pero no con sobres ni comisiones ni cheques en blanco… El lince del ‘Pocero’ los emborrachaba y se emborrachaba con ellos y un día sí y otro también se llevaba un jamón pata negra y hasta que le veían el hueso (y el día que no había jamón había ‘chuletada’ o ‘paellada’) Naturalmente se hicieron íntimos amigos, tan íntimos que en esos ratos de copas se acordaban las huelgas y los paros que había que hacerle a TERMA… hasta que la empresa se arruinó y casi le regalaron la ‘miniciudad’ con tal de no seguir perdiendo más dinero. Allí ganó sus primeros 5.000 millones de las antiguas pesetas. 2. Táctica Boadilla del Monte. Segundo ‘pelotazo’ A Boadilla del Monte llegó ya con 40 años y forrado de millones (¡Ah, y con su primer yate atracado en Mallorca!) y el proyecto de una miniciudad para ricos (algo así como ‘Montepríncipe’). Pero, ya era empresa promotora, empresa constructora, empresa productora de materiales y casi un banco. Y quiso repetir lo de Orcasitas, pero como allí no había líderes obreros (en 1985 ya había cambiado el sindicalismo de clase) se inventó otra táctica: ganarse al pueblo… ¿cómo se gana un pueblo un particular que no pertenece a un Partido Político? Organizando viajes gratis, ofreciendo donativos a las asociaciones de vecinos, regalando televisores a los ancianos, ayudando al deporte local, reconstruyendo la capilla de San Isidro y la vivienda del párroco... Bueno, pues el día que se votaba su proyecto en un Pleno se volcó el pueblo en el Ayuntamiento y si no se aprueba lo incendian. 3. Táctica Villaviciosa de Odón. Tercer ‘pelotazo’ (este le salió mal y estuvo al borde de la cárcel) Lo de Villaviciosa fue tan gordo que lo trataremos a fondo en el capítulo correspondiente. Baste decir aquí que la táctica que empleó al llegar a ese bonito pueblo del Guadarrama fue ya descarada, porque en lugar de comprar líderes obreros o a todos los habitantes ‘compró’ sin más al propio alcalde. ¿Y cómo se compra un alcalde?, se preguntarán los lectores. En este caso fue sencillo: creó una sociedad nueva para recalificar terrenos y edificar (¡hasta dos cementerios!) con dos accionistas al 50%, uno de ellos era la mujer del alcalde. Naturalmente descubierto el escándalo aquel alcalde tuvo que salir por pies. Luego, y como ya estaba metido en harina, empleó otras tácticas que casi le hacen ganar la guerra… pero, al final Villaviciosa de Odón pudo con él y el todopoderoso ‘Pocero’ casi se vio en la cárcel. Hablaremos de aquellas batallas (¡si hasta fundó un partido político para hacerse con el Ayuntamiento democráticamente! y de cómo le nombraron ‘persona non grata’. 4. Táctica política. Los grandes ‘amigos’ políticos. El fracaso de Villaviciosa le hizo comprender que en un sistema de Partidos no hay que negociar con los de abajo (concejales, alcaldes, presidentes locales) y que si se quieren hacer grandes cosas, no hay más remedio que buscarse ‘amigos’ en la cúspide, o sea, en las ejecutivas nacionales… Y a ello encaminó sus pasos. No volvería a tener más problemas con un alcalde ‘gilipollas’ (ya se lo ha llamado a dos, por no aceptar sus proyectos). Y aprendió otra cosa importante: que los huevos no se pueden poner todos en una misma cesta. Si en España hay dos partidos grandes, el PSOE y el PP, -les decía a sus asesores- hay que buscar amigos en ambos. ¿Y cómo se hace amigos en un partido grande? Pues, poderoso caballero es Don Dinero. ¿Campaña electoral autonómica? ¡20 millones para unos y 25 millones para los otros! ¿Campaña de elecciones generales? ¡100 para estos y 100 para aquellos… ¡ah, y según vayan las encuestas se puede aumentar! Esos favores, esas ayudas… luego tienen sus recompensas. 5. Táctica Seseña. Cuarto ‘pelotazo’ 250.000 millones Aquí no empleo una sola táctica. Aquí empleó y sigue empleando todas las tácticas de su repertorio. Primero, al desembarcar en el erial de La Sagra, empleó la táctica Villaviciosa: ‘comprar’ o conquistar al alcalde… ¡y lo consiguió! Luego, realizados los primeros proyectos (18 chalet en la toma de contacto y 764 en el siguiente paso, o sea, más o menos 10.000 millones de ‘pelotazo’) quiso más, que su ambición no tiene límites, y planteó el ‘Manhattan’ que construye en ‘El Quiñón’. Pero, como eso ya eran palabras mayores se fue a Toledo, la capital y el centro de poder de Castilla-La Mancha, en busca de ‘amigos’. Y al primero que se conquistó fue al entonces todopoderoso Pepe Bono (el ‘Virrey’) lo que naturalmente le abrió las puertas de todo lo que vino después. Porque con el aval del Presidente todos los consejeros se hicieron sus amigos, especialmente el de Obras Públicas. Alejandro Gil Díaz y el hoy vicepresidente segundo, Emiliano García Paje, y aprobaron el PAU de las 13.508 viviendas (una ciudad de 50.000 nuevos habitantes) casi en barbecho, porque en la zona no había ni hay agua ni infraestructuras. También recurrió a la ‘táctica Boadilla’ y se ha conquistado al pueblo, con viajes a Canarias, con donaciones, con patrocinios, con ayudas al deporte, con regalos a las asociaciones culturales, con cestas de Navidad millonarias y cien cosas más. Y para cerrar el círculo ‘compró’ a medio Ayuntamiento repartiendo puestos de trabajo entre los concejales y “colaborando” económicamente con los partidos mayoritarios. (Ya es famosa la frase que le dijo al actual alcalde: ‘Manolo, no le des más vueltas, tú tienes cinco y yo tengo ocho’.) Y tampoco se olvidó de su experiencia en Orcasitas y tiene a sus 3.000 empleados dispuestos a todo ‘por su sueldo y los jamones’. Así se puede dar un ‘pelotazo’ de más de 250.000 millones de pesetas… y si hace falta más, más. ¡Que los yates son muy caros! 6. Táctica yate de oro. Explotación del pelotazo. Es el último modelo, el no va más, una táctica revolucionaria para dominar o comprar voluntades… ¡quien se va a resistir tras pasar una jornada y dar un paseo por aguas de Baleares en un yate de oro! Dicen que es una copia del ‘palco del Bernabeu’ que se montó su Rey (no se asusten), el Rey del ladrillo, don Florentino Pérez. Porque si por el palco de don Floro pasaban presidentes, ministros, secretarios generales, banqueros, famosos, divas y divos… por el yate de Don Paco (‘El Pocero’, claro) han pasado y siguen pasando los grandes de la política y el dinero. ¡Se hacían más negocios una tarde Real Madrid-Barcelona que en un año de trabajo!.. Lo que ahora pasa en el ‘Lady Mónica’. Un paseo hasta Benidorm puede dar un pelotazo de 10.000 kilos; un paseo hasta Corfú (con las mejores ostras del mundo incluidas) no se regala por menos de un ‘pelotazo’ de 250.000. En una cosa le ha ganado, sin embargo, don Paco a don Floro: que don Paco encima recoge a sus invitados con sus aviones y sus helicópteros y al Bernabeu había que ir andando. ¡Don Paco es mucho don Paco! Y si no que se que lo pregunten al pobre Presidente de Castilla-La Mancha… que sigue buscando agua para el ‘Manhattan’ del Pocero hasta en Alicante. 7. Táctica jurídica. Abogados y querellas. Y como sabía que sus ambiciones y el mundo de las recalificaciones iban a rozar casi siempre la legalidad se montó él solo un bufete de abogados y fichó a un experto en ‘argucias’ jurídicas, José Luis Sanz Arribas, precisamente uno de los defensores del ‘23-F’ que más brillaron durante el Consejo de Guerra de Campamento. Sus interrogatorios y su defensa de los capitanes Cid y Bobis causaron impacto entre los periodistas. Y no se equivocaron. Porque media vida de ‘El Pocero’ se la ha pasado – y se la sigue pasando- entre querellas, denuncias, juzgados y pleitos. Ahora mismo ya tiene ante sí y sobre su ‘pelotazo’ de Seseña a la mismísima Fiscalía Anticorrupción. ¿Saldrá de ésta airoso (airoso quiere decir sin cárcel) como en tantas ocasiones? Las cosas, y más desde lo de Marbella, han cambiado y las tramas de la corrupción que minan la construcción ya no lo tienen tan fácil, sobre todo si aparece un Juez Torres como el de las ‘Operaciones Malaya’. ‘Horpavisa’ fue un antecedente peligroso. Para más detalles es curioso señalar que el único hijo, de los cuatro que tiene, que pudo terminar una carrera fue la de abogado… y la Licenciada Doña Mónica Hernando Sanz es hoy la Directora del Departamento Jurídico de ONDE 2000. Pues bien, ese es Paco Hernando ‘El Pocero’, el hombre que construye en Seseña un ‘Manhattan’ de 13.508 viviendas y el que se va a embolsar más de 250.000 millones de pesetas en el gran ‘pelotazo’ del siglo. El rey de los pícaros españoles actuales. El hombre que se ríe de todos, convencido de que serán otros, muchos, lo que tengan que sacarle las castañas del fuego si no quieren acompañarle un día al hotel de Alhaurín o al más cercano de Alcalá Meco. Aquellos que aprobaron su disparatado ‘Manhattan’ sabiendo que no había agua, ni luz, ni carreteras, ni colegios, ni hospitales, ni nada de nada. En fin, un hombre sin escrúpulos, sin corazón, sin amigos, sin límites morales, cruel, implacable, sin alma… cuando hay un negocio de por medio. ‘Yo seré rico, aunque para ello tenga que robar’, ‘Sal, que te voy a pegar cuatro tiros’. ‘El ‘negro’ que le escribió sus ‘Memorias’ le hizo decir que ‘la familia es lo más grande que existe’, pues que le pregunten a su madre, que le pregunten a su mujer, que le pregunten a sus hermanos, que le pregunten a sus hijos (sí, que le pregunten a Paco Hernando II) y no a sus nietos porque todavía son pequeños. ¡Qué pasión de construir ni qué gaitas! ¡Dinero, millones, aviones, coches de lujo, yates de oro y más millones, poder y fama!... ¡Y mala leche, mucha mala leche!... ¡Y le llaman ‘El Pocero’! Todo lo cual demuestra que el escándalo de Seseña y el ‘Manhattan’ que allí construye ‘El Pocero’ tiene antecedentes serios. Paco Hernando no es un advenedizo al mundo de la construcción, Paco Hernando es un profesional que se conoce todos los vericuetos y todas las triquiñuelas para sacar adelante sus ‘negocios’. ¡Y hasta ahora, por lo que se ve, no le ha ido mal! Es una de las grandes fortunas de España –dicho por él mismo- y ahí está en sus yates de oro, con sus aviones, sus coches de superlujo y riéndose del mundo. Seseña sólo es la gota de agua que colma el vaso…. Eso sí una gota de 250.000 millones de pesetas. Si la Democracia, si un Estado de Derecho, si los grandes Partidos Políticos, si los grandes Medios de Comunicación… no saben detener y frenar este tipo de ‘corruptelas’ sucederá lo que señalaba el prestigioso ‘The Economist’, que España será el paraíso de la CORRUPCIÓN.
Así son las TÁCTICAS de EL POCERO para hacerse MULTIMILLONARIO
PRNoticias
E L equipo de investigación de PRNOTICIAS lleva ya casi un año siguiendo los pasos de la biografía de Francisco Hernando, El Pocero, y delimitando qué hay de verdad en todo lo que se cuenta de él y de sus actividades en el mundo de la construcción… y entre otras cosas ha ido descubriendo las diferentes ‘técnicas’ que Hernando ha ido empleando para sacar adelante sus proyectos supermillonarios. Nunca ha empleado la misma ‘técnica’. Y lo vamos a ver antes de comentar y descifrar sus métodos. Lean estas, de momento, 7 tácticas que le han llevado al ‘pelotazo’ de los 250.000 millones de Seseña. 1. ‘Táctica Orcasitas’. Primer ‘pelotazo Allí llegó coincidiendo con la enfermedad y muerte de Franco (1975) como un toro bravo y con una flota de 40 camiones ‘Pegaso’ y 23 máquinas excavadoras y una subcontrata para hacer todo el movimiento de tierras y el allanamiento de terrenos. ¡Parecía el general Patton con 30 años!... pero, su ambición ya estaba desatada y desde el primer día fue a quedarse con el proyecto de “mini-ciudad” (5.500 viviendas) de la empresa constructora, TERMA, y lo consiguió en un año. ¿Qué cómo? De un simple vistazo se dio cuenta que allí mandaban los líderes obreros (o sea, los sindicalistas de Comisiones Obreras) y a por ellos se fue, pero no con sobres ni comisiones ni cheques en blanco… El lince del ‘Pocero’ los emborrachaba y se emborrachaba con ellos y un día sí y otro también se llevaba un jamón pata negra y hasta que le veían el hueso (y el día que no había jamón había ‘chuletada’ o ‘paellada’) Naturalmente se hicieron íntimos amigos, tan íntimos que en esos ratos de copas se acordaban las huelgas y los paros que había que hacerle a TERMA… hasta que la empresa se arruinó y casi le regalaron la ‘miniciudad’ con tal de no seguir perdiendo más dinero. Allí ganó sus primeros 5.000 millones de las antiguas pesetas. 2. Táctica Boadilla del Monte. Segundo ‘pelotazo’ A Boadilla del Monte llegó ya con 40 años y forrado de millones (¡Ah, y con su primer yate atracado en Mallorca!) y el proyecto de una miniciudad para ricos (algo así como ‘Montepríncipe’). Pero, ya era empresa promotora, empresa constructora, empresa productora de materiales y casi un banco. Y quiso repetir lo de Orcasitas, pero como allí no había líderes obreros (en 1985 ya había cambiado el sindicalismo de clase) se inventó otra táctica: ganarse al pueblo… ¿cómo se gana un pueblo un particular que no pertenece a un Partido Político? Organizando viajes gratis, ofreciendo donativos a las asociaciones de vecinos, regalando televisores a los ancianos, ayudando al deporte local, reconstruyendo la capilla de San Isidro y la vivienda del párroco... Bueno, pues el día que se votaba su proyecto en un Pleno se volcó el pueblo en el Ayuntamiento y si no se aprueba lo incendian. 3. Táctica Villaviciosa de Odón. Tercer ‘pelotazo’ (este le salió mal y estuvo al borde de la cárcel) Lo de Villaviciosa fue tan gordo que lo trataremos a fondo en el capítulo correspondiente. Baste decir aquí que la táctica que empleó al llegar a ese bonito pueblo del Guadarrama fue ya descarada, porque en lugar de comprar líderes obreros o a todos los habitantes ‘compró’ sin más al propio alcalde. ¿Y cómo se compra un alcalde?, se preguntarán los lectores. En este caso fue sencillo: creó una sociedad nueva para recalificar terrenos y edificar (¡hasta dos cementerios!) con dos accionistas al 50%, uno de ellos era la mujer del alcalde. Naturalmente descubierto el escándalo aquel alcalde tuvo que salir por pies. Luego, y como ya estaba metido en harina, empleó otras tácticas que casi le hacen ganar la guerra… pero, al final Villaviciosa de Odón pudo con él y el todopoderoso ‘Pocero’ casi se vio en la cárcel. Hablaremos de aquellas batallas (¡si hasta fundó un partido político para hacerse con el Ayuntamiento democráticamente! y de cómo le nombraron ‘persona non grata’. 4. Táctica política. Los grandes ‘amigos’ políticos. El fracaso de Villaviciosa le hizo comprender que en un sistema de Partidos no hay que negociar con los de abajo (concejales, alcaldes, presidentes locales) y que si se quieren hacer grandes cosas, no hay más remedio que buscarse ‘amigos’ en la cúspide, o sea, en las ejecutivas nacionales… Y a ello encaminó sus pasos. No volvería a tener más problemas con un alcalde ‘gilipollas’ (ya se lo ha llamado a dos, por no aceptar sus proyectos). Y aprendió otra cosa importante: que los huevos no se pueden poner todos en una misma cesta. Si en España hay dos partidos grandes, el PSOE y el PP, -les decía a sus asesores- hay que buscar amigos en ambos. ¿Y cómo se hace amigos en un partido grande? Pues, poderoso caballero es Don Dinero. ¿Campaña electoral autonómica? ¡20 millones para unos y 25 millones para los otros! ¿Campaña de elecciones generales? ¡100 para estos y 100 para aquellos… ¡ah, y según vayan las encuestas se puede aumentar! Esos favores, esas ayudas… luego tienen sus recompensas. 5. Táctica Seseña. Cuarto ‘pelotazo’ 250.000 millones Aquí no empleo una sola táctica. Aquí empleó y sigue empleando todas las tácticas de su repertorio. Primero, al desembarcar en el erial de La Sagra, empleó la táctica Villaviciosa: ‘comprar’ o conquistar al alcalde… ¡y lo consiguió! Luego, realizados los primeros proyectos (18 chalet en la toma de contacto y 764 en el siguiente paso, o sea, más o menos 10.000 millones de ‘pelotazo’) quiso más, que su ambición no tiene límites, y planteó el ‘Manhattan’ que construye en ‘El Quiñón’. Pero, como eso ya eran palabras mayores se fue a Toledo, la capital y el centro de poder de Castilla-La Mancha, en busca de ‘amigos’. Y al primero que se conquistó fue al entonces todopoderoso Pepe Bono (el ‘Virrey’) lo que naturalmente le abrió las puertas de todo lo que vino después. Porque con el aval del Presidente todos los consejeros se hicieron sus amigos, especialmente el de Obras Públicas. Alejandro Gil Díaz y el hoy vicepresidente segundo, Emiliano García Paje, y aprobaron el PAU de las 13.508 viviendas (una ciudad de 50.000 nuevos habitantes) casi en barbecho, porque en la zona no había ni hay agua ni infraestructuras. También recurrió a la ‘táctica Boadilla’ y se ha conquistado al pueblo, con viajes a Canarias, con donaciones, con patrocinios, con ayudas al deporte, con regalos a las asociaciones culturales, con cestas de Navidad millonarias y cien cosas más. Y para cerrar el círculo ‘compró’ a medio Ayuntamiento repartiendo puestos de trabajo entre los concejales y “colaborando” económicamente con los partidos mayoritarios. (Ya es famosa la frase que le dijo al actual alcalde: ‘Manolo, no le des más vueltas, tú tienes cinco y yo tengo ocho’.) Y tampoco se olvidó de su experiencia en Orcasitas y tiene a sus 3.000 empleados dispuestos a todo ‘por su sueldo y los jamones’. Así se puede dar un ‘pelotazo’ de más de 250.000 millones de pesetas… y si hace falta más, más. ¡Que los yates son muy caros! 6. Táctica yate de oro. Explotación del pelotazo. Es el último modelo, el no va más, una táctica revolucionaria para dominar o comprar voluntades… ¡quien se va a resistir tras pasar una jornada y dar un paseo por aguas de Baleares en un yate de oro! Dicen que es una copia del ‘palco del Bernabeu’ que se montó su Rey (no se asusten), el Rey del ladrillo, don Florentino Pérez. Porque si por el palco de don Floro pasaban presidentes, ministros, secretarios generales, banqueros, famosos, divas y divos… por el yate de Don Paco (‘El Pocero’, claro) han pasado y siguen pasando los grandes de la política y el dinero. ¡Se hacían más negocios una tarde Real Madrid-Barcelona que en un año de trabajo!.. Lo que ahora pasa en el ‘Lady Mónica’. Un paseo hasta Benidorm puede dar un pelotazo de 10.000 kilos; un paseo hasta Corfú (con las mejores ostras del mundo incluidas) no se regala por menos de un ‘pelotazo’ de 250.000. En una cosa le ha ganado, sin embargo, don Paco a don Floro: que don Paco encima recoge a sus invitados con sus aviones y sus helicópteros y al Bernabeu había que ir andando. ¡Don Paco es mucho don Paco! Y si no que se que lo pregunten al pobre Presidente de Castilla-La Mancha… que sigue buscando agua para el ‘Manhattan’ del Pocero hasta en Alicante. 7. Táctica jurídica. Abogados y querellas. Y como sabía que sus ambiciones y el mundo de las recalificaciones iban a rozar casi siempre la legalidad se montó él solo un bufete de abogados y fichó a un experto en ‘argucias’ jurídicas, José Luis Sanz Arribas, precisamente uno de los defensores del ‘23-F’ que más brillaron durante el Consejo de Guerra de Campamento. Sus interrogatorios y su defensa de los capitanes Cid y Bobis causaron impacto entre los periodistas. Y no se equivocaron. Porque media vida de ‘El Pocero’ se la ha pasado – y se la sigue pasando- entre querellas, denuncias, juzgados y pleitos. Ahora mismo ya tiene ante sí y sobre su ‘pelotazo’ de Seseña a la mismísima Fiscalía Anticorrupción. ¿Saldrá de ésta airoso (airoso quiere decir sin cárcel) como en tantas ocasiones? Las cosas, y más desde lo de Marbella, han cambiado y las tramas de la corrupción que minan la construcción ya no lo tienen tan fácil, sobre todo si aparece un Juez Torres como el de las ‘Operaciones Malaya’. ‘Horpavisa’ fue un antecedente peligroso. Para más detalles es curioso señalar que el único hijo, de los cuatro que tiene, que pudo terminar una carrera fue la de abogado… y la Licenciada Doña Mónica Hernando Sanz es hoy la Directora del Departamento Jurídico de ONDE 2000. Pues bien, ese es Paco Hernando ‘El Pocero’, el hombre que construye en Seseña un ‘Manhattan’ de 13.508 viviendas y el que se va a embolsar más de 250.000 millones de pesetas en el gran ‘pelotazo’ del siglo. El rey de los pícaros españoles actuales. El hombre que se ríe de todos, convencido de que serán otros, muchos, lo que tengan que sacarle las castañas del fuego si no quieren acompañarle un día al hotel de Alhaurín o al más cercano de Alcalá Meco. Aquellos que aprobaron su disparatado ‘Manhattan’ sabiendo que no había agua, ni luz, ni carreteras, ni colegios, ni hospitales, ni nada de nada. En fin, un hombre sin escrúpulos, sin corazón, sin amigos, sin límites morales, cruel, implacable, sin alma… cuando hay un negocio de por medio. ‘Yo seré rico, aunque para ello tenga que robar’, ‘Sal, que te voy a pegar cuatro tiros’. ‘El ‘negro’ que le escribió sus ‘Memorias’ le hizo decir que ‘la familia es lo más grande que existe’, pues que le pregunten a su madre, que le pregunten a su mujer, que le pregunten a sus hermanos, que le pregunten a sus hijos (sí, que le pregunten a Paco Hernando II) y no a sus nietos porque todavía son pequeños. ¡Qué pasión de construir ni qué gaitas! ¡Dinero, millones, aviones, coches de lujo, yates de oro y más millones, poder y fama!... ¡Y mala leche, mucha mala leche!... ¡Y le llaman ‘El Pocero’! Todo lo cual demuestra que el escándalo de Seseña y el ‘Manhattan’ que allí construye ‘El Pocero’ tiene antecedentes serios. Paco Hernando no es un advenedizo al mundo de la construcción, Paco Hernando es un profesional que se conoce todos los vericuetos y todas las triquiñuelas para sacar adelante sus ‘negocios’. ¡Y hasta ahora, por lo que se ve, no le ha ido mal! Es una de las grandes fortunas de España –dicho por él mismo- y ahí está en sus yates de oro, con sus aviones, sus coches de superlujo y riéndose del mundo. Seseña sólo es la gota de agua que colma el vaso…. Eso sí una gota de 250.000 millones de pesetas. Si la Democracia, si un Estado de Derecho, si los grandes Partidos Políticos, si los grandes Medios de Comunicación… no saben detener y frenar este tipo de ‘corruptelas’ sucederá lo que señalaba el prestigioso ‘The Economist’, que España será el paraíso de la CORRUPCIÓN.
Nunca mas Hiroshima
miercoles 27 de septiembre de 2006
PROLIFERACIÓN NUCLEAR
Nunca más Hiroshima
Por Natividad Carpintero Santamaría
"Tras el inmenso fogonazo hubo un silencio durante unos segundos, y a continuación un ruido atronador producido por la onda expansiva. Poco después comenzó a crecer un gigantesco hongo... Unos pocos reían, otros lloraban, la mayoría de la gente estaba en silencio. Flotaba en mi mente una línea del Bhagavad Gita en la cual Krishna trata de persuadir al Príncipe de que tenía que cumplir con su deber: Me he convertido en la muerte, en el destructor de mundos. Creo que, más o menos, todos tuvimos ese sentimiento".
De este modo describía J. Robert Oppenheimer los momentos inmediatos a la explosión de la primera bomba atómica, que tuvo lugar el 16 de julio de 1945, a las 5:30 horas, en el desierto de Alamogordo (Nuevo Méjico). Se pretendía probar el funcionamiento de la bomba de plutonio que sería arrojada semanas más tarde sobre Nagasaki. La prueba se hacía necesaria porque la construcción del artefacto, harto complejo, no garantizaba al 100% que funcionara en el momento preciso.
Robert Oppenheimer fue el director técnico del Proyecto Manhattan, en el que participaron veinte premios Nobel y numerosos científicos huidos de la Alemania nacionalsocialista tras la promulgación de las Leyes de Nuremberg (1935), que legitimaban el antisemitismo. El objetivo inicial del Proyecto Manhattan era fabricar una nueva arma que utilizar contra el III Reich.
La invasión alemana de 1941 impidió a la URSS llevar a cabo su investigación nuclear, que fue retomada en 1945 de la mano de Igor V. Kurchatov, el cual dirigió, como Oppenheimer en los EEUU, un equipo técnico compuesto por científicos de primer orden. La bomba atómica soviética se hizo explotar el 29 de agosto de 1949, en el polígono de Semipalatinsk, en las estepas de Kazajistán.
A partir de aquel momento se radicalizó el concepto de Guerra Fría, y en ambos países se acrecentó el temor social a un ataque nuclear mutuo. Ello les llevó al inmediato desarrollo de las bombas de fusión nuclear (de hidrógeno, o termonucleares). El 1 de noviembre de 1952 los EEUU detonaron en el atolón de Eniwetok su primer dispositivo termonuclear, pero sería el 1 de marzo de 1954 cuando probaran su primera bomba propiamente dicha, en el atolón de las islas Bikini. La URSS hizo lo propio con una bomba de diseño exclusivo que hizo explosión en el polígono de pruebas de Kazajistán el 12 de agosto de 1953.
El interés estratégico de las bombas termonucleares hizo que siguieran fabricándose, y se trataba de aumentar el megatonaje de las mismas. El 30 de octubre de 1961 la Unión Soviética detonó en Novaya Semlya, en el Circulo Polar Ártico, lo que Andrei Sajarov llamaría la "gran bomba", que, diseñada para 100 megatones, tuvo un rendimiento real de 60, es decir unas 5.000 veces la energía de la bomba de Hiroshima. Pero sus efectos, muy inferiores a los que habrían producido 60 bombas de un megatón, disuadieron a la URSS y a los EEUU de seguir con su producción.
Poco después, y teniendo en cuenta que los diversos ensayos podrían provocar niveles preocupantes de contaminación ambiental, se suscribió un acuerdo internacional, tras complicadas negociaciones, que prohibía las pruebas nucleares en la atmósfera, bajo el agua y en el espacio exterior. Se llamó Limited Test Ban Treaty (LTBT), se firmó el 10 de octubre de 1963 y lo suscribieron inicialmente los EEUU, la URSS y el Reino Unido. Posteriormente lo firmarían 110 países más.
Este acercamiento tuvo lugar un año después de la Crisis de los Misiles en Cuba. Durante aquellos días de octubre de 1962, la inminencia de una guerra termonuclear fue tan alarmantemente real que el ataque se esperaba de un momento a otro, tanto en Washington como en Moscú. No tengo ningún testimonio por parte de la Unión Soviética, pero sí el del científico español Guillermo Velarde, que vivió hora a hora aquellos dramáticos días:
Nunca olvidaré aquellos días en que me encontraba trabajando en Atomics International, cerca de Los Ángeles. Una mañana nos dieron unos folletos en los que se indicaba que la guerra nuclear era inminente y que no había tiempo para construir refugios que protegiesen a la población (...) Por esta razón, nos dijeron que en pocas horas teníamos que adecuar una habitación para protegernos de la lluvia radiactiva. Las normas eran claras: escoger una habitación con sanitario, cubrir las ventanas con paneles de madera y tapar sus rendijas con masilla. También teníamos que taponar las juntas de esta habitación con la masilla y hacer un orificio en la puerta, tapado con papel de filtro. Debíamos almacenar agua para 15 días y, durante ese tiempo, procurar alimentarnos con pastillas de proteínas, vitaminas, etcétera, tratando de evitar en lo posible ingerir alimentos perecederos. Debíamos tener asimismo una radio con pilas suficientes para ir recibiendo las instrucciones del Mando de Protección Civil, que nos confirmaría en qué momento preciso podríamos abandonar las habitaciones y alejarnos de la zona.
Me llamó especialmente la atención la reacción de gran serenidad y disciplina por parte de la gente, factores clave en aquellos momentos, sobre todo porque sabíamos que las personas que no muriesen por la onda térmica y la onda de choque sobrevivirían si cumplían las instrucciones. Era primordial que cuando sonase la alarma se fuese cada uno de forma inmediata a las habitaciones que se había escogido como refugio, en el sitio de trabajo, en los colegios, en la casa, donde fuera. Se prohibió terminantemente que los padres fueran a buscar a sus hijos al colegio, o a los familiares ir a reunirse unos con otros. Desde luego, las instrucciones que nos dieron eran las más sencillas y adecuadas que se podían dar.
El fin de la Guerra Fría propició una nueva era de distensión nuclear, que alejaba definitivamente el fantasma de un enfrentamiento bélico a gran escala. El 24 de mayo de 2002 los presidentes Vladimir Putin y George W. Bush firmaron el Treaty on Strategic Offensive Reductions (TSOR), o Tratado de Moscú, por el que se comprometían a reducir sus armas estratégicas a unas 1.700-2.200 para el año 2012, la cifra más baja alcanzada en la historia de la proliferación nuclear. (Según los datos actualizados del Nuclear Notebook, EEUU tiene almacenadas 10.104 cabezas nucleares, y la Federación Rusa 16.000).
En su discurso oficial, Bush dijo: "Este tratado liquida el legado de la Guerra Fría y la hostilidad nuclear entre ambos países, y refleja la nueva relación estratégica entre nuestras naciones". Por su parte, Putin declaró: "Este tratado aumenta el régimen de no proliferación, y es muy apropiado en el contexto de la lucha contra el terrorismo internacional". El 15 de julio de 2006 ambos mandatarios anunciaron la creación de la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear, que se une al Tratado Internacional para la Supresión de Actos de Terrorismo Nuclear aprobado por Naciones Unidas en 2005.
Los pasados 6 y 9 de agosto hemos vuelto a conmemorar el aniversario del bombardeo atómico de 1945 que puso fin a la Segunda Guerra Mundial. En 1959 Alain Resnais llevó al cine el libro de Marguerite Duras Hiroshima, mon amour, una breve y triste pero intensa historia de amor entre una actriz francesa y un arquitecto japonés cimentada en la memoria de la guerra. Ignoro si Resnais sabía que iba a lograr una de las películas más bellas e intemporales de la historia del cine: bella, porque es una reflexión sobre el tiempo, la vida y la memoria; intemporal, porque el recuerdo permanente del bombardeo atómico unifica el pasado y el presente.
Una de las cosas que me llamó la atención cuando estuve en esa agradable ciudad japonesa es que sus habitantes expresan sus recuerdos no sólo en el Museo de la Memoria por la Paz, sino a lo largo y ancho de calles y plazas, con epitafios o pequeños monumentos que ponen de manifiesto, junto con el testimonio de los hibakusha (heridos por la radiactividad), lo que no debe volver a repetirse.
Hiroshima nos dio una trágica lección de historia, no sólo por los efectos biológicos y materiales que causó una sola bomba, sino por el gran impacto psicológico que conlleva un ataque nuclear. La amenaza nuclear creó un proceso de equilibrio internacional basado en la Destrucción Mutua Asegurada, que se ha roto con la extensión de la proliferación a diversos países. La situación actual conduce a pedir más que nunca a las potencias responsables que lleguen a un acuerdo definitivo que aleje, como sucedió en la Guerra Fría, aunque por razones distintas, la probabilidad de un ataque nuclear.
NATIVIDAD CARPINTERO SANTAMARÍA, profesora de la Universidad Politécnica de Madrid y académica correspondiente de la European Academy of Sciences.
Gentileza de LD
PROLIFERACIÓN NUCLEAR
Nunca más Hiroshima
Por Natividad Carpintero Santamaría
"Tras el inmenso fogonazo hubo un silencio durante unos segundos, y a continuación un ruido atronador producido por la onda expansiva. Poco después comenzó a crecer un gigantesco hongo... Unos pocos reían, otros lloraban, la mayoría de la gente estaba en silencio. Flotaba en mi mente una línea del Bhagavad Gita en la cual Krishna trata de persuadir al Príncipe de que tenía que cumplir con su deber: Me he convertido en la muerte, en el destructor de mundos. Creo que, más o menos, todos tuvimos ese sentimiento".
De este modo describía J. Robert Oppenheimer los momentos inmediatos a la explosión de la primera bomba atómica, que tuvo lugar el 16 de julio de 1945, a las 5:30 horas, en el desierto de Alamogordo (Nuevo Méjico). Se pretendía probar el funcionamiento de la bomba de plutonio que sería arrojada semanas más tarde sobre Nagasaki. La prueba se hacía necesaria porque la construcción del artefacto, harto complejo, no garantizaba al 100% que funcionara en el momento preciso.
Robert Oppenheimer fue el director técnico del Proyecto Manhattan, en el que participaron veinte premios Nobel y numerosos científicos huidos de la Alemania nacionalsocialista tras la promulgación de las Leyes de Nuremberg (1935), que legitimaban el antisemitismo. El objetivo inicial del Proyecto Manhattan era fabricar una nueva arma que utilizar contra el III Reich.
La invasión alemana de 1941 impidió a la URSS llevar a cabo su investigación nuclear, que fue retomada en 1945 de la mano de Igor V. Kurchatov, el cual dirigió, como Oppenheimer en los EEUU, un equipo técnico compuesto por científicos de primer orden. La bomba atómica soviética se hizo explotar el 29 de agosto de 1949, en el polígono de Semipalatinsk, en las estepas de Kazajistán.
A partir de aquel momento se radicalizó el concepto de Guerra Fría, y en ambos países se acrecentó el temor social a un ataque nuclear mutuo. Ello les llevó al inmediato desarrollo de las bombas de fusión nuclear (de hidrógeno, o termonucleares). El 1 de noviembre de 1952 los EEUU detonaron en el atolón de Eniwetok su primer dispositivo termonuclear, pero sería el 1 de marzo de 1954 cuando probaran su primera bomba propiamente dicha, en el atolón de las islas Bikini. La URSS hizo lo propio con una bomba de diseño exclusivo que hizo explosión en el polígono de pruebas de Kazajistán el 12 de agosto de 1953.
El interés estratégico de las bombas termonucleares hizo que siguieran fabricándose, y se trataba de aumentar el megatonaje de las mismas. El 30 de octubre de 1961 la Unión Soviética detonó en Novaya Semlya, en el Circulo Polar Ártico, lo que Andrei Sajarov llamaría la "gran bomba", que, diseñada para 100 megatones, tuvo un rendimiento real de 60, es decir unas 5.000 veces la energía de la bomba de Hiroshima. Pero sus efectos, muy inferiores a los que habrían producido 60 bombas de un megatón, disuadieron a la URSS y a los EEUU de seguir con su producción.
Poco después, y teniendo en cuenta que los diversos ensayos podrían provocar niveles preocupantes de contaminación ambiental, se suscribió un acuerdo internacional, tras complicadas negociaciones, que prohibía las pruebas nucleares en la atmósfera, bajo el agua y en el espacio exterior. Se llamó Limited Test Ban Treaty (LTBT), se firmó el 10 de octubre de 1963 y lo suscribieron inicialmente los EEUU, la URSS y el Reino Unido. Posteriormente lo firmarían 110 países más.
Este acercamiento tuvo lugar un año después de la Crisis de los Misiles en Cuba. Durante aquellos días de octubre de 1962, la inminencia de una guerra termonuclear fue tan alarmantemente real que el ataque se esperaba de un momento a otro, tanto en Washington como en Moscú. No tengo ningún testimonio por parte de la Unión Soviética, pero sí el del científico español Guillermo Velarde, que vivió hora a hora aquellos dramáticos días:
Nunca olvidaré aquellos días en que me encontraba trabajando en Atomics International, cerca de Los Ángeles. Una mañana nos dieron unos folletos en los que se indicaba que la guerra nuclear era inminente y que no había tiempo para construir refugios que protegiesen a la población (...) Por esta razón, nos dijeron que en pocas horas teníamos que adecuar una habitación para protegernos de la lluvia radiactiva. Las normas eran claras: escoger una habitación con sanitario, cubrir las ventanas con paneles de madera y tapar sus rendijas con masilla. También teníamos que taponar las juntas de esta habitación con la masilla y hacer un orificio en la puerta, tapado con papel de filtro. Debíamos almacenar agua para 15 días y, durante ese tiempo, procurar alimentarnos con pastillas de proteínas, vitaminas, etcétera, tratando de evitar en lo posible ingerir alimentos perecederos. Debíamos tener asimismo una radio con pilas suficientes para ir recibiendo las instrucciones del Mando de Protección Civil, que nos confirmaría en qué momento preciso podríamos abandonar las habitaciones y alejarnos de la zona.
Me llamó especialmente la atención la reacción de gran serenidad y disciplina por parte de la gente, factores clave en aquellos momentos, sobre todo porque sabíamos que las personas que no muriesen por la onda térmica y la onda de choque sobrevivirían si cumplían las instrucciones. Era primordial que cuando sonase la alarma se fuese cada uno de forma inmediata a las habitaciones que se había escogido como refugio, en el sitio de trabajo, en los colegios, en la casa, donde fuera. Se prohibió terminantemente que los padres fueran a buscar a sus hijos al colegio, o a los familiares ir a reunirse unos con otros. Desde luego, las instrucciones que nos dieron eran las más sencillas y adecuadas que se podían dar.
El fin de la Guerra Fría propició una nueva era de distensión nuclear, que alejaba definitivamente el fantasma de un enfrentamiento bélico a gran escala. El 24 de mayo de 2002 los presidentes Vladimir Putin y George W. Bush firmaron el Treaty on Strategic Offensive Reductions (TSOR), o Tratado de Moscú, por el que se comprometían a reducir sus armas estratégicas a unas 1.700-2.200 para el año 2012, la cifra más baja alcanzada en la historia de la proliferación nuclear. (Según los datos actualizados del Nuclear Notebook, EEUU tiene almacenadas 10.104 cabezas nucleares, y la Federación Rusa 16.000).
En su discurso oficial, Bush dijo: "Este tratado liquida el legado de la Guerra Fría y la hostilidad nuclear entre ambos países, y refleja la nueva relación estratégica entre nuestras naciones". Por su parte, Putin declaró: "Este tratado aumenta el régimen de no proliferación, y es muy apropiado en el contexto de la lucha contra el terrorismo internacional". El 15 de julio de 2006 ambos mandatarios anunciaron la creación de la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear, que se une al Tratado Internacional para la Supresión de Actos de Terrorismo Nuclear aprobado por Naciones Unidas en 2005.
Los pasados 6 y 9 de agosto hemos vuelto a conmemorar el aniversario del bombardeo atómico de 1945 que puso fin a la Segunda Guerra Mundial. En 1959 Alain Resnais llevó al cine el libro de Marguerite Duras Hiroshima, mon amour, una breve y triste pero intensa historia de amor entre una actriz francesa y un arquitecto japonés cimentada en la memoria de la guerra. Ignoro si Resnais sabía que iba a lograr una de las películas más bellas e intemporales de la historia del cine: bella, porque es una reflexión sobre el tiempo, la vida y la memoria; intemporal, porque el recuerdo permanente del bombardeo atómico unifica el pasado y el presente.
Una de las cosas que me llamó la atención cuando estuve en esa agradable ciudad japonesa es que sus habitantes expresan sus recuerdos no sólo en el Museo de la Memoria por la Paz, sino a lo largo y ancho de calles y plazas, con epitafios o pequeños monumentos que ponen de manifiesto, junto con el testimonio de los hibakusha (heridos por la radiactividad), lo que no debe volver a repetirse.
Hiroshima nos dio una trágica lección de historia, no sólo por los efectos biológicos y materiales que causó una sola bomba, sino por el gran impacto psicológico que conlleva un ataque nuclear. La amenaza nuclear creó un proceso de equilibrio internacional basado en la Destrucción Mutua Asegurada, que se ha roto con la extensión de la proliferación a diversos países. La situación actual conduce a pedir más que nunca a las potencias responsables que lleguen a un acuerdo definitivo que aleje, como sucedió en la Guerra Fría, aunque por razones distintas, la probabilidad de un ataque nuclear.
NATIVIDAD CARPINTERO SANTAMARÍA, profesora de la Universidad Politécnica de Madrid y académica correspondiente de la European Academy of Sciences.
Gentileza de LD
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