martes, enero 13, 2009

Un ventajista ZP nos la juega parapetado en la asfixia autonómica

martes 13 de enero de 2009
Un ventajista ZP nos la juega parapetado en la asfixia autonómica

Antonio Martín Beaumont (Elsemanaldigital.com)

C UANDO Manuel Fraga gobernaba Galicia, lo hacía como si él mismo y el PP fuesen a estar en el sillón de mando por los siglos de los siglos. Claro, ¿cómo alguien podía dudar de la españolidad de unas leyes que hacían los gobiernos del inventor del "España lo único importante"? Así, por ejemplo, surgieron leyes como la de normalización del gallego, que sirven lo mismo para un roto que para un descosido.

Don Manuel y el PP, como es natural, salieron del Palacio de Raxoy. Y quienes le sustituyeron -socialistas y nacionalistas-, ahora, utilizan la ley Fraga de la lengua autonómica para discriminar el castellano.

¿Entonces? Pues Alberto Núñez Feijoo y sus nuevos populares gallegos, ciertamente, con dificultad, con mucha dificultad, pueden patrocinar allí uno de los principios que defiende el PP en toda España.

Igual ocurre estos días con el modelo de financiación autonómica. Otro espacio de desacuerdo entre Gobierno y oposición en el que ni el PSOE quiere contar todo lo que sabe, ni el PP puede hablar alto y claro. ¿Por qué? Porque los barones populares parecen tener las manos atadas, por las necesidades de dinero para sus ciudadanos, frente a la maraña tejida hábilmente por José Luis Rodríguez Zapatero.

¿Quién gana con esta situación? Los que antes que unos euros más o menos para una Autonomía u otra, lo que de verdad buscan es implantar en este país un modelo de Estado, que no es, desde luego, el de la Carta Magna de 1978. Así de sencillo. Nos lo cuenten como nos lo quieran contar.

¿Hablaron de esto en el almuerzo del pasado jueves en Génova los presidentes autonómicos del PP con Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Javier Arenas y Cristóbal Montoro? Seguramente sí. ¿Y qué decidieron? Pues firmar el papel que ponga sobre la mesa Zapatero, aunque sin demostrar en público entusiasmo y no removiendo, "bajo ningún concepto", el meollo de la cuestión.

La descentralización autonómica de 1978 está más que terminada. En cuanto a competencias no sólo se ha alcanzado el límite constitucional sino que, por vía de delegación, se ha ido más allá. Hay Estados federales menos descentralizados que el nuestro. Y el Estatut de Cataluña ha propiciado que esta ronda de financiación autonómica se convierta en un escaparate del nuevo modelo de Estado español. Actualmente se habla ya de transferir a las Comunidades Autónomas para recaudar y gestionar el 50% del IRPF y el IVA y el 58% de los Impuestos Especiales. A partir de aquí la negociación entre el Estado y las Comunidades Autónomas, en cualquier caso, será de igual a igual.

La soberanía financiera de las Comunidades es una realidad; mientras, la viabilidad del Estado está puesta en entredicho y durará hasta que las Autonomías lo consideren necesario. De hecho, el Estado español va a quedar para garantizar la seguridad interior y exterior y para las relaciones internacionales. Para poco más van a dar los recursos de los que dispondrá.

España, con este modelo de financiación autonómica, se convierte en un Estado confederal. Sí, confederal. No es ya el Estado el que delega, transfiere o concede a todos lo mismo, sino un grupo de dieciocho interlocutores, de los cuales Zapatero es uno más. El verdadero cambio de estos días no es que las autonomías tengan más o menos dinero. Lo decisivo es que esa España constitucional, "nación única e indivisible", es historia por una decisión muy personal, sin luz ni taquígrafos, de políticos. Unos, sabiendo donde van; los otros, asfixiados por la falta de dinero.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp

No hay comentarios: