miércoles, noviembre 12, 2008

Valentin Puig, Nuevas piruetas de Zapatero

Nuevas piruetas de Zapatero

VALENTÍ PUIG

Jueves, 13-11-08
ZAPATERO ha conseguido invitarse a la cumbre económica de Washington firmándole un pagaré a Sarkozy. En poco tiempo, cuando Obama se lo pida, deberá decidir si España envía más tropas a Afganistán. El mismo Zapatero que negó la crisis económica en España y atribuyó las turbulencias a George W. Bush, este fin de semana va a aportar la solución a la recesión global según el informe ontológico-financiero que le haga Jesús Caldera. El mismo Zapatero que presentaba nuestra contribución militar en Afganistán como un puro gesto humanitario seguramente incremente la presencia de tropas en aquel sangriento conflicto, atroz y tribal. Es el mismo Zapatero que negó negociar con ETA, el que decidió no saludar la bandera de los Estados Unidos o que acusa a los demás de generar polarización cuando resulta que cree en las ventajas políticas de la tensión deliberada.
En fin: al amparo de las oleadas de efusión que provoca Obama, Zapatero podría permitirse enviar más tropas a Afganistán, porque si lo sugiere Obama está bien y estaba mal si lo reclamaba el hecho de pertenecer a la OTAN. La pedagogía pública que se deriva de tales piruetas es de retrotracción. Todo gira entorno a la supervivencia política del zapaterismo y no se articula según la prioridad de los intereses nacionales. Zapatero retiró las tropas españolas de Irak -en misión de cobertura- y va a enviar más a Afganistán en la línea de fuego. Cuánto tiempo ha pasado desde las caceroladas como protesta por la guerra de Irak. Mientras tanto, los portavoces de la nueva derecha dura le están haciendo un favor al Gobierno socialista al insultar -y no por primera vez- a la ministra Chacón. Por una vez, al margen de los pacifistas en nómina, ha dicho lo que debe decir la ministra de Defensa de un país serio que pertenece a la OTAN y que sabe lo que es el terrorismo: Afganistán es desde 2001 la base de operaciones de Al Quaeda, los talibanes han declarado «la guerra al mundo civilizado».
Los primeros pasos de Obama en el escenario mundial pueden ser anunciar el cierre de Guantánamo, matizar según las enseñanzas del general Petraeus el propósito tan explicitado de una retirada gradual de Irak, urdir un renovado plan estratégico para Afganistán concentrándose en el objetivo de atrapar a Bin Laden. Allí la OTAN -con tropas españolas recientemente atacadas por el terrorismo- vive una patente incertidumbre, mientras los jihadistas migran de Bagdad a las montañas afganas y a la frontera pakistaní. Irán puede aparecer en segundo plano, a la espera de que una posible reaproximación entre Washington y Moscú tenga como resultado la asistencia en la presión sobre Teherán en el momento en que el poder de Ajmadinejad parece erosionado. ¿Habrá transfusión de estado de gracia entre el Obama pujante y el Zapatero que ha sido visto «in fraganti» escondiendo la crisis económica debajo de la alfombra?
En el período que trascurre entre el recuento electoral de noviembre y la toma de posesión en enero, siempre se da la posibilidad de que alguien busque aprovechar el supuesto vacío de poder, la paralización transicional de la administración norteamericana. En este caso, tenía que ser Rusia: el presidente ruso, Medvedev, celebraba la victoria de Obama anunciado un despliegue de misiles de corto alcance cerca de la frontera polaca.
En este período de transición, Zapatero acude al bendito abrazo de Obama en la cumbre de Washington, pero ahí estará George W. Bush, seguramente ya con nostalgia y más comprensivo con los errores ajenos a pocas semanas de mudarse de casa. También estará Sarkozy hecho un brazo de mar, con el pagaré firmado por Zapatero en la billetera, porque no hace falta llevarla en el maletín con las claves de mando de la «force de frappe». Buena ocasión para endosarlo será cuando la presidencia de la Unión Europea esté en manos checas. El historiador Niall Ferguson cree que Obama promete un sentimiento de cambio, no necesariamente un cambio real: «En conjunto, esta crisis tiene que ver con la confianza y la seguridad en uno mismo». Es una verdad elemental que rige también para España. Si es así, la pirueta no es el mejor sistema para vertebrar credibilidad y contribuir al aliento. Hay en Afganistán terroristas dispuestos a morir matando.
vpuig@abc.es

http://www.abc.es/20081113/opinion-firmas/nuevas-piruetas-zapatero-20081113.html

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