domingo, noviembre 23, 2008

Jose Vilas Nogueira, La inopia generalizada

lunes 24 de noviembre de 2008
JOSÉ VILAS NOGUEIRA CATEDRÁTICO DE CIENCIAS POLÍTICAS
memoria de los días

La inopia generalizada

Naturalmente, ya sé que el Diccionario de la Real Academia dice que "estar en la inopia" significa ignorar algo que otros conocen. Y no voy a cuestionar tan sabia y providente autoridad cuando, ¡qué remedio!, debo rendirme a tanto cacique corrupto y analfabeto que nos desgobierna desde todos los niveles territoriales imaginables. Pero propondría yo a aquella docta institución, con todos los "súplicos" y pólizas que hubiese menester, que añadiese la acepción de "inopia generalizada" para significar la babélica situación presente en la que todo el mundo ignora todo lo que el resto del mundo cree conocer, y viceversa.

Por ejemplo, todo el mundo, o casi, había llegado a la convicción de que la elección del señor Barack Obama como presidente de los Estados Unidos, iba a suponer un cambio histórico sin precedentes, para beneficio de su nación y del mundo mundial. Lo llamativo no es que él lo dijese, qué va a ofrecer un candidato. Sólo personajes excepcionales, como Winston Churchill, en situaciones excepcionales como la amenaza de la invasión nazi, alentada por la cobardía de Chamberlain, pueden prometer "sangre, sudor y lágrimas". Pero volviendo a Obama, lo llamativo no es, como digo, lo que prometía, sino la generalizada credulidad con que fue acogido. Tengo la impresión de que la quiebra de la vigencia social de la fe cristiana no ha dado paso a una racionalidad atea o agnóstica, sino a un milagrerismo, en la que los intelectuales progresistas ofician sacerdotes (en infatigable prédica de la modesta aldea a la gran metrópoli). Bueno, pues resulta que incluso antes de tomar posesión, el Barack éste anuncia un gobierno nutrido de pesos pesados del establishment de Washington. O sea, con mañas zapateriles, el cambio es continuidad pura y dura, que el inquilino de La Moncloa que negó la crisis, no tres veces como Pedro, sino tres mil, dice ahora, con rostro de cemento armado, que fue el primero en alertar de su existencia y gravedad, mientras los palmeros de la secta lo proclaman indiscutible "líder de la reactivación mundial". Y hay que decir que "chove", so pena de que te llamen franquista o loco, que con estos sujetos no se sabe qué es peor.

Y si en cuestiones como ésta que deberían estar al alcance del común de los ciudadanos, pues teóricamente somos nosotros los que elegimos a tan conspicuos gobernantes, ha de concluirse que vivimos en la inopia, qué decir en aquellas más abstrusas que requieren conocimientos y capacidad de juicio particularmente informados. Por ejemplo, resulta que una petrolera rusa, Lukoil, quiere comprar gran parte del capital de Repsol. Zapatero no ve problemas en la operación. Su ministro Sebastián está decididamente en contra (pero este hombre dice tantas tonterías que su opinión no merece mucho crédito). También Felipe González se opone. El PP creo que se opone, aunque no se sabe bien, pues últimamente suele oponerse asintiendo y suele asentir oponiéndose. Así, nunca se equivoca del todo, pero nunca acierta. Como todas estas gentes son incompetentes en la materia (y a veces también deshonestas) me quedo en la inopia, en la acepción ya establecida.

Pero el hecho de que, según cuentan los informadores especializados en estas materias, la compañía rusa adquiera el 29% del capital de Repsol (una porrada de miles de millones de euros) sin desembolsar un solo euro, y el que los presidentes de las cinco grandes compañías españolas implicadas se muestren encantados, ya no se puede explicar sólo porque yo esté en la inopia. Ha de explicarse, necesariamente, porque lo estamos todos: es la "inopia generalizada".

http://www.elcorreogallego.es/index.php?idMenu=13&idEdicion=1077&idNoticiaOpinion=368103

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