jueves, noviembre 20, 2008

Miguel Martinez, Yo tampoco vi la entrevista

viernes 21 de noivembre de 2008
Yo tampoco vi la entrevista

Miguel Martínez

C UANDO uno se asocia a causas presuntamente perdidas y luego resulta que no lo son tanto, o que ni que sea por casualidad se consigue el fin pretendido, experimenta una dulce sensación similar a la de la victoria inesperada. Y es que un servidor, al que mis queridos reincidentes ya han visto a través de estas páginas sumarse a iniciativas varias contra quienes nos toman por tontos sin el más mínimo disimulo, le va mucho eso de apuntarse a campañas internautas que, de funcionar, pondrían de manifiesto que pertenecemos a una sociedad aún capaz de reaccionar ante la injusticia y ante la prepotencia con la que algunas empresas y/o colectivos tratan al ciudadano de a pie.

Así, este columnista se sumó a aquella campaña que proponía la no utilización del teléfono móvil durante un día fijado, para protestar contra la maniobra de las principales operadoras de telefonía móvil, cuando reaccionaron con una subida de tarifas a la imposición gubernamental de facturar por segundos en vez de por minutos. Aquel día, cuando éste que les escribe comprobaba el escaso seguimiento de la iniciativa en su círculo más cercano -personas que bien podían haber prescindido un solo día de su vida del puñetero móvil, pero que no lo hacían por motivos prácticos y de comodidad- albergó cierta sensación de desánimo y de estar haciendo el primo, pues aquellas 24 horas de desconexión le supusieron algún contratiempo y algún reproche, máxime sabiendo que a la postre no sirvió de nada, pues las operadoras siguieron manteniendo sus tarifas y el que más y el que menos sigue igual de colgado al móvil, ya cobren el minuto a ocho o lo cobren a ochenta.

Del mismo modo, y también adhiriéndose una campaña iniciada en la red, quien les escribe se impuso, y así lo explicó en su día a sus queridos reincidentes, la obligación de no repostar jamás de los jamases en las gasolineras de dos grupos petroleros, con la ilusa esperanza -hubiese funcionado si todos hubiésemos hecho lo mismo- de que esas dos empresas, al verse ignoradas por los consumidores, reducirían precios, momento en el que se cambiaría de compañía petrolera a boicotear, evitando esta nueva vez a aquellas que mantuviesen más altas sus tarifas. Así, cada vez que un servidor pasaba frente a alguna de las gasolineras de esas dos compañías, le daban ganas de increpar a los usuarios llamándoles individualistas, comodones, esquiroles, insolidarios, colaboracionistas y descastados. Huelga decir que, como ocurriera con la anterior, la citada campaña no alteró ni un céntimo el precio del combustible, ni en ésas ni en las otras estaciones expendedoras. Pese a ello, y aunque sea por pura cabezonería, servidor de ustedes no ha vuelto a pisar ninguna estación de servicio perteneciente a aquellas multinacionales. A ver quién se cansa antes, ellos de no venderme o yo de no comprarles. Será por gasolineras…

Y así, cuando al abrir el correo me aparece otra nueva campaña, y encontrándola justa y acertada –ahora les cuento- este columnista hizo el propósito de obrar en consecuencia, pero sin el entusiasmo de otras ocasiones: sin reenviar el correo a sus contactos y con el pleno convencimiento de que, una vez más, la campaña no iba a servir absolutamente de nada.

En esta ocasión la iniciativa, les decía que también distribuida por correo electrónico, invitaba a los internautas a no ver cierto programa de Telecinco en el que iban a ser entrevistados, en diferentes entregas, Luís Roldán y Julián Muñoz, remitiendo dicho correo al sitio web www.yonoverelaentrevista.com, y a diversos vídeos colgados en You Tube, apareciendo en uno de éstos una imagen fija en la que podía leerse, con la música de la sintonía de Gran Hermano de fondo, el siguiente texto: “Yo no veré la entrevista a Julián Muñoz porque los 350.000 € se los podrían haber gastado en una de esas 12 causas que tanto predican”. Asimismo, desde esa página, se lanzaba el eslogan “La telebasura ha muerto si tú quieres”.

La campaña también se hacía extensiva a los anunciantes, para que retiraran sus anuncios de esos programas, y –especialmente- a aquellos televidentes que tuviesen instalados audímetros en sus domicilios, todo ello con el fin de que Telecinco comprobara que no le traía cuenta entrevistar a delincuentes.

Les confieso que a un servidor le pareció una idea magnífica, considerando que tenía mucha guasa que Telecinco premiara a dos ladrones –se puede decir con la boca grande, pues ya han sido condenados por haber robado dinero público, o sea, de todos nosotros- con una morterada de billetes a cambio de exhibir su anatomía fofa y sus excusas ante la caja tonta.

Así que, sin que le supusiera ningún esfuerzo, que a este pulsateclas le trae al pairo lo que digan o dejen de decir ni Roldán este viernes ni el Cachuli el próximo, dedicó el tiempo de la entrevista a leer una novela, también de policías y delincuentes, y olvidó el tema hasta que, a la mañana siguiente, sintió curiosidad de ver cómo habían ido las audiencias.

Con la seguridad de que la entrevista a Roldán habría obtenido unas buenas cifras, rebusco en la red y compruebo –sorpresa- que no tanto. Que sólo quince de cada cien espectadores que en aquel momento veían la televisión se interesaron por los cuentos y las cuentas de ese impostor, eso es, que el ochenta y cinco por cien prefirió otras opciones. Hasta aquí bien. Campañas organizadas en la red 1 – Telebasura 0.

Sigo leyendo y –mi gozo en un pozo- resulta que la máxima audiencia en esa misma franja horaria se la lleva “Donde estás corazón”, donde se entrevista a la hermana de la viuda del que fuera exmarido de la Jurado.

Siendo optimistas, podríamos determinar que la campaña ha tenido éxito y que muchos televidentes pasaron del delincuente Roldan, aunque me temo que, siendo realistas, más parece que la campaña de marras funcionara exactamente igual que las que les comentaba anteriormente, y que lo que muestran los datos de las audiencias televisivas del pasado viernes es que lo que más interesó a los televidentes de este país fue conocer los asuntos privados de la Mosquera. Apaga y vámonos.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4927

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