miércoles, noviembre 05, 2008

Urbaneja, Obama viene a cambiar el mundo

jueves 6 de noviembre de 2008
Obama viene para cambiar el mundo

Fernando González Urbaneja

Cuando la situación aprieta la gente se preocupa y se ocupa. Los norteamericanos han votado masivamente para los usos de ese país, más de 155 millones inscritos en las listas de votantes (más del 70% de los posibles), de los cuales han votado más del 80%, una participación que se sitúa en las más altas de la historia en número y en porcentaje.

Ha sido una campaña larga e intensa, como casi todas, pero quizá un poco más en este caso. Un poco más en gasto, en esfuerzo, en inteligencia, en intensidad, y también en novedades de todo tipo. El mayor error de la campaña lo cometió, probablemente, McCain cuando eligió una compañera de candidatura que sólo ha aportado ruido, color y poca sustancia. Un segundo error, la agresividad contra el adversario, cuando no son éstos tiempos para la ira y la furia, más bien para el trabajo serio y la disciplina. Pragmatismo más que relativismo. Y el mayor acierto o enseñanza de la campaña, la movilización (ahora se llama empatía) y el rigor del candidato demócrata, que pese a ser un inexperto (?) no ha cometido un solo error y ha desplegado una estrategia implacable hacia el éxito.

Han competido dos personajes que no estaban previstos hace un año, cuando empezaron las agotadoras primarias. Ni Obama ni McCain eran los favoritos de los partidos, de las encuestas y de los pronósticos. El uno por peculiar, por raro, y el otro porque ya había fracasado cuatro años atrás y no respondía al perfil, más allá de unos méritos militares que tampoco son apabullantes, más bien emocionales. En Europa la trayectoria de ambos no les daría oportunidad para llegar tan lejos.

Los dos candidatos se asentaron por méritos propios, en el caso del demócrata, y por deméritos de sus adversarios, en el caso de McCain. Ahora Obama es el líder del partido y del país, ha destronado a los Clinton (que es mucho destronar) para convertirse en el dueño del balón, el que reparte juego, decide la alineación e impone el ritmo. Cuando forme equipo sorprenderá en sus designaciones y en sus estrategias. Dicen que es hábil para tejer acuerdos y para emprender políticas trasversales, y también firme en sus posiciones. Frío como un témpano, tal y como puso de relieve en todos los debates con H. Clinton y con McCain. Y será inexperto en la gran política, pero llega con las mejores credenciales académicas de los 44 presidentes de la historia (tanto como Wilson y Clinton), con juventud que sólo mejoraron por poco Clinton, Kennedy y T. Roosevelt, y con una libertad de movimientos como pocos otros presidentes. Otra cuestión es que hereda una situación difícil y que puede acabar tan mal como su predecesor.

Obama es inverosímil en otro país que no sea Estados Unidos, su historia y ascenso sólo es posible en una sociedad tan abierta y compleja como la norteamericana. Estamos ante un personaje que llegó a la política con vocación de cambiar lo que le rodea. Cuando dice que quiere "cambiar el mundo" no es una frase hecha, quiere hacerlo de verdad, sin aventurerismo ni fanatismo.

Puede equivocarse, pifiarla, puede ser devorado por la maquinaria del poder como ocurrió con algunas de las iniciativas de Clinton, pero este personaje es de otra pasta, viene con otro designio y sustituye un proyecto fracasado, el de Bush con otro por acreditar.

http://www.estrelladigital.es/ED/diario/51821.asp

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