jueves 13 de noviembre de 2008
DEMETRIO PELÁEZ CASAL
AILOLAILO
Botellones, comisiones, foros y coñas marineras
Nada hay nada mejor que crear una comisión si lo que de verdad persigues es dilatar un problema en el tiempo. Las comisiones son políticamente correctas, tienen un toque dialogante que mola mucho y no suelen servir para nada, pero al menos puedes excusarte ante la sociedad diciendo eso tan tópico de que "ya hay una estudio en marcha". Pues qué bien, chavalotes. El caso es que la comisión creada para analizar el tema del botellón en Santiago, bautizada con el pomposo nombre de Foro de Civismo Ciudadano, ya ha sacado sus conclusiones después de siete meses de trabajo y, como esperábamos los militantes en el batallón de los escépticos crónicos, el citado trabajo huele a milonga-milonguita-milonguera que tira patrás. ¿Qué han descubierto los foreros? Pues cosas tan interesantes como que los botelloneros beben alcohol -¿de verdad?-, que algunos se pasan de la raya y acaban en el hospital con coma etílico -carallium, vaya novedad-, que en dichas reuniones an torno a las litronas participan bastantes pipiolos menores de edad -no nos digáis eso, por Dioossss-, y que tal moda suele causar muchas molestias de ruido nocturno e higiénicas a cientos de vecinos, cosa hasta ahora desconocida y que ahora, gracias a esta comisión, conocemos (manda carallo).
Reconocidos estos puntos tras el sesudo análisis de tantos meses, los integrantes de esta comisión creen que todavía quedan flecos por atar y estiman que es necesario "profundizar (más aún, se entiende) en el conocimiento del problema" y difundir "la cultura de la convivencia", concepto muy progre y muy útil para diluir la responsabilidad que tienen quienes nos gobiernan a la hora de garantizar derechos tan básicos como es poder dormir por la noche y caminar por calles liberadas de cristales rotos, vomitonas y meadas. De todas formas, el punto más interesante de todos es en el que los autores de este trabajo inciden en la necesidad de "actuar de xeito transversal, garantindo que o vector civismo siga presente en grande parte da actuación municipal, incidindo sobre todos aqueles factores sociais que poidan dexenerar en incivismo" (qué gran belleza encierra esta frase, sobre todo eso de actuar de xeito transversal y lo del vector civismo).
Entre tanta vaguedad y filosofía barata, el alcalde, al menos, ha decidido tomar un par de medidas concretas: prohibir la venta de alcohol a partir de las 22.00 horas -mal asunto, pues jorobará más a los bebedores caseros que a los botelloneros, ya que éstos suelen cargar por la tarde en los híper- y multar a los bares que dejen sacar bebidas fuera. Lo extraño de todo esto es que si beber en la calle está prohibido, ¿por qué no se multa a quiénes incumplan esta prohibición y nos dejamos de coñas foreras? Pues eso.
http://www.elcorreogallego.es/index.php?idMenu=13&idEdicion=1066&idNoticiaOpinion=364234
miércoles, noviembre 12, 2008
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