miércoles, junio 18, 2008

Joes Melendez, La desaceleracion de Solbes

miercoles 18 de junio de 2008
La desaceleración de Solbes

José Meléndez

P EDRO SOLBES, vicepresidente segundo y ministro de Economía del gabinete de Zapatero tiene aspecto de buda feliz, una voz conventual, tenue y pausada y treinta años de militancia en el alto nivel de la administración pública, tanto en Madrid como en Bruselas, de los que en diez ha ocupado la cartera de Economía con Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Esto le da un aval de indudable experiencia para desempeñar un puesto que es, por antonomasia, el más ingrato y antipático de todos los que conforman un gobierno porque han de representar el papel de guardián del arca nacional frente a los codiciosos embates del resto de los ministros que lógicamente tiran hacia las necesidades de sus propios ministerios Pero para el mejor desempeño de su difícil misión, un ministro de Economía ha de contar imprescindiblemente con el apoyo de su jefe de gobierno. Y ese es el gran problema de Solbes.

Zapatero es un presidente de gobierno que va por libre, no hace caso a nadie –aunque tenga mas de 600 asesores- y supedita todas las políticas de su gabinete, incluso las económicas, a sus propios designios y objetivos. Y Solbes se ha encontrado con el difícil dilema de optar entre el arca o el cargo. No es equivocado asegurar que ha optado por el segundo, porque para conservarlo, se ha plegado al estilo y los conceptos de su jefe, aunque éste se haya aprendido los económicos solamente en dos tardes.

La primera lección que se aprendió Pedro Solbes ante el actual momento económico español es la de asegurar que no hay crisis y usar profusamente el término sustitutivo de “desaceleración”, tal como Zapatero tiene ordenado. Y una sola vez que al ministro se le escapó la palabra crisis tuvo que rectificar rápidamente con el consabido sistema de “donde dije digo...” asegurando que se habían equivocado en la transcripción de sus palabras, aunque fonéticamente crisis se parezca a desaceleración igual que monja a cocodrilo.

Han sido muchas las veces que Solbes ha tenido que desdecirse para no contradecir los métodos en los que Zapatero apoya su antropológico optimismo, que no es mas que una cortina de humo para esconder la realidad de sus designios y los fracasos que colecciona al ponerlos en marcha. Un ejemplo de esto es que, en plena campaña electoral, cuando Zapatero lanzó su promesa del regalo de 400 euros a los contribuyentes –no a todos- aventuró que la dádiva era arriesgada para inmediatamente después aceptarla como viable, aunque advirtiendo que “agotaba el margen de maniobra del gobierno”, lo que en otras palabras quiere decir que se comía el tan cacareado superavit en el que Zapatero basa el bienestar de sus gobernados. Y ahora, ante la penuria de medidas gubernamentales para paliar la crisis económica, Solbes usa los 400 euros como la primera de un paquete de medidas encaminadas a frenar lo que ahora llama “desaceleración acelerada” (lo que podría equivaler a “un cachondeo cachondo”) y que todavía no se sabe bien cuales son. Eso sí, los 400 euros se darán a plazos, 200 ahora y el resto en cómodas entregas mensuales de 16.50 euros. Y no se puede negar que 16.50 euros mas al mes solucionan muchos aspectos de la economía familiar. Por lo menos hay para los chuches de los niños, si no son muy golosos. Además, como el regalo se presenta como una rebaja en las retenciones por el IRPF y, por tanto, incrementa la renta, este impuesto subirá en la próxima declaración, con lo cual la dádiva se reduce como una magdalena en el café con leche. Y a pesar de eso, nos la comeremos todos tan contentos con la magnanimidad de nuestro gobierno.

El gran problema es que tanto a Zapatero como a Solbes se les viene encima la terca realidad de los hechos por mucho esfuerzo que hagan buscando en el diccionario términos sustitutivos para calificarlos. Y la realidad dice que la inflación está en el 4.7 por ciento, un punto mas que la media europea que tanto preocupa al Banco Central Europeo, que el superávit ya no existe, que la tasa de desempleo es la mas alta de Europa, que la productividad baja y las exportaciones también, que el precio del petróleo continúa con su alocada carrera alcista sin que nuestra economía haya podido ajustarse a su peligroso nivel, como en otros países desarrollados y que la reciente huelga del transporte y de los pescadores ha supuesto unas enormes pérdidas y un encarecimiento de los productos porque la codicia de los intermediarios aprovecha cualquier coyuntura. Y, sobre todo, que la construcción se hunde con las terribles secuelas que eso significa en el desempleo, en la fabricación de materiales y en la escasez de viviendas. Para todo esto, la única receta que nos brinda Pedro Solbes, además de los famosos 400 euros, es la de apretarse el cinturón y esperar a ver si escampa. Las fases en economía son cíclicas y no son eternas ni las boyantes ni las desastrosas y el trabajo de los gobernantes honrados es procurar ahorrar en las buenas para poder afrontar las malas. Eso dice Zapatero que ha hecho su gobierno, pero es mentira, porque en la fase boyante ha tirado la casa por la ventana con su costoso nuevo modelo de ordenación territorial y sus generosas dádivas y subvenciones para fomentar el clientelismo y ahora se encuentra con que puede no tener recursos para atender las demandas financieras de las autonomías, la enorme factura del creciente desempleo y la reducción de ingresos fiscales que supone la disminución del consumo y de la productividad de las empresas. Donde Solbes va a necesitar la aceleración de sus neuronas es para confeccionar el presupuesto nacional del próximo año, cuando el arca está deteriorada y el crédito exterior de España ha descendido notablemente.

Todos los analistas económicos, incluso las instituciones nacionales y extranjeras, hablan de crisis en la economía española y las Cajas de Ahorros aventuran una “recesión intensa” para finales de este año y el próximo. Las previsiones de los organismos europeos sitúan el crecimiento económico español en menos del 2 por ciento, cifra tabú que el secretario de estado de Economía, David Vegara, acaba de aceptar a regañadientes.

Así que a apretarse el cinturón y a esperar tiempos mejores, que es la mejor arma que tiene Zapatero para afrontar los problemas y hasta ahora le ha resultado bastante útil.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4684

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