viernes, diciembre 01, 2006

UKAN, el virus con txapela

viernes 1 de diciembre de 2006
UKAN, el virus con txapela
Ernesto Ladrón de Guevara
T RAS veinticinco años de cuento euskaldun y más de medio billón (quinientos mil millones de las antiguas pesetas) gastado en políticas de euskaldunización se han dado cuenta de que la ratio de eficacia de la política lingüística ha sido ridícula. Desde la atalaya del Régimen de Sabino Arana dotado de un himno y una bandera originarios del PNV, y de una neolengua que no es la lengua euskara ancestral sino una neolengua de laboratorio según el legado testamentario de Sabino Arana, se ve con preocupación el deficiente estado del uso social del euskera. Ello a pesar de años de presión nacionalista, de la exclusión de los vascos castellanohablantes aunque tengan ancestros que batallaron en la formación de Castilla, de estigmatización de quienes clamábamos diciendo que las lenguas no tienen derechos y que éstos son de las personas, etc. Tras años de segregación laboral de los castellanohablantes en el acceso a los puestos de trabajo de las administraciones públicas, tras años de sufrimiento de cientos de funcionarios (sobre todo en la enseñanza) provocando enfermedades psicosomáticas por las draconianas exigencias lingüísticas para ocupar puestos de trabajo obtenidos por oposición y, en la mayor parte de los casos, con anterioridad a las transferencias educativas. Tras producir múltiples agresiones a los derechos individuales de padres y alumnos, por ejemplo con el impedimento al derecho a la educación que consiste en que se de a cada alumno lo que en virtud de sus aptitudes y necesidades requiere para el óptimo desarrollo de sus potencialidades o el de elegir el tipo de educación que quieren los padres para sus hijos. Etc. Tras todo ello se dan cuenta ahora de que el sistema de neolengua con carácter impositivo siguiendo el modelo de “1984” de Orwell no ha dado el resultado apetecido. Por ello, nos hacen entrar en una nueva fase: la de la modelación del subconsciente colectivo por la vía subliminal, es decir, mediante el etiquetado de las personas por el estigma del que no entra en la categoría de “buena persona”. Aquellos eslóganes diseñados antaño que definían al “vasco de verdad” o buen vasco, que era el que correspondía con un nacionalista, con rh negativo, con txapela (boina), habitual de los batxokis, con un grado de alcoholemia suficiente, y que tras una buena jamada acabara la velada con el grito de rigor: “¡Gora Euskadi askatuta!”, han quedado en desuso por pura inanición cognitiva. Ahora cambian el tercio buscando nuevas formas de guía del rebaño en el país del queso de Idiazábal. Han diseñado el prototipo de “buena persona”. Según la propaganda institucional del Gobierno Vasco para promover el uso social del euskera se pontifica diciendo que... “Una buena persona sólo puede ser, con placer y provecho, bilingüe”. Es decir, que como un servidor es monolingüe, aunque conozca ligeramente otros tres idiomas, no es buena persona con placer y provecho, o lo que es lo mismo: no existe placer ni provecho y por tanto es imposible que sea buena persona. También puede entenderse que como no tengo ni placer ni provecho, ya que no puedo gozar de las cosas de la vida como la de hablar euskera, es imposible que sea buena persona. O también cabría interpretarlo que sin ser bilingüe no puedo aprovechar debidamente el placer de ser buena persona. La verdad es que podríamos seguir buscando interpretaciones hasta el infinito, porque la frasecita es conceptualmente complicada de narices, como si se buscara que en un cripticismo sincrético la gente no se pare en pensar demasiado y se quede con la idea de que no es buena persona si no habla euskera y por tanto debe hablarlo y si no... ¡al infierno por haber pecado excesivamente, tantas veces como usara el castellano para comunicarse! ... ¡Al confesionario de cabeza...! ¡Vaya con el virus UKAN, que es el que visualiza la campaña! Ha conseguido lo imposible, que es que consideremos el euskera un virus que ha generado una verdadera pandemia: la de la idiotez.

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