domingo, diciembre 03, 2006

Rosa Regás, Derechas e izquierdas

domingo 3 de diciembre de 2006
Derecha e izquierda
ROSA REGÀS

Si nuestros abuelos pudieran levantar la cabeza y salir de sus tumbas y vieran el paisaje que hoy ofrece la política no lo reconocerían. Tanto si hubieran sido de derechas como si hubieran sido de izquierdas se encontrarían con un panorama en la forma de comportarse las comunidades políticas que nada tiene que ver con lo que eran en sus tiempos.Tradicionalmente, es decir, desde siempre, la izquierda tenía como prioridad la movilización. La izquierda era luchadora y la derecha, conservadora. Frente a un problema la izquierda salía a la calle mientras que la derecha, tal vez segura de que el poder seguía en sus manos, miraba las manifestaciones desde el balcón ocultándose tras los visillos, y oía los gritos de los trabajadores que entonces sí eran de izquierdas esperando tranquilamente la hora de la cena.Todo ha cambiado. La economía ha convertido a los pobres en clase media y a los de la clase media, en ricos constructores o en otras formas de combinar con acierto ley e industria que alcanzan la ecología, la agricultura, las transacciones financieras y la política, como afirmó y ha demostrado recientemente un líder bien conocido. El hecho es que, hoy, la izquierda ya no sabemos muy bien en manos de quién está. Pero lo que sí comprobamos es que de alguna forma la derecha le ha arrebatado la movilización, esa prerrogativa de la izquierda, de los trabajadores, de los intelectuales. Y todos a una -la derecha me refiero- siguen los dictados del líder sin atender a los motivos por los que se les convoca a una movilización, y salen a la calle precedidos de obispos, de políticos, futbolistas o racistas, sin rechistar más que cuando gritan eslóganes que a sus abuelos, los elegantes y cultos conservadores de antaño, les habrían sumido en la vergüenza y el oprobio. La misma vergüenza y oprobio que habría hecho sonrojar a los abuelos de la izquierda al ver el miedo a la acción que domina a sus nietos -o la prudencia, que viene a ser lo mismo- al comprobar hasta qué punto sus nietos exigen de la política lo que ellos le entregaban, y darse cuenta de que el desánimo, la indiferencia o la decepción han venido a sustituir la fe, el entusiasmo, el amor a los ideales que a ellos los llevaron a la lucha y al progreso. Pero es que hoy ni el progreso ni la solidaridad iluminan comportamientos y justifican existencias. Las bases de la derecha lo que quieren es el poder, y en cuanto a las bases de la izquierda, visto lo poco y mal que se expresan, es difícil saber lo que quieren.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tenía tiempo que no leía un artículo más reaccionario y burgués: ¿y esta señora se dice de izquierdas? ¡Si parece una señorona hablando de lo mal que se portan la servidumbre de la casa!
Pena es lo que da.

Murcielago dijo...

Vamos a ver, la señora Regás, es reaccionaria desde su nacimiento, no asi su padre que era todo un caballero,natualmente desde su sectarismo no es capaz de ver qeu solo la "derecha" es la unica que la mantiene en su puesto, ya que si no llega a ser tan sectaria no tendria el puesto que dice desempeñar