domingo, diciembre 03, 2006

Ni mas ni menos autonimia, pero un Estado eficaz

domingo 3 de diciembre de 2006
Ni más ni menos autonomía, pero un Estado eficaz

3 de diciembre de 2006. El PP ha propugnado en la Conferencia política celebrada este fin de semana bajo el título de Un Estado eficaz la adaptación a nuestro Estado de las Autonomía del mismo criterio que ha guiado la última reforma del federalismo alemán: ni más ni menos federalismo, sino un mejor federalismo. Se formula así la primera alternativa seria a los procesos de reforma estatutaria que amenazan con hacer inviable el Estado por la vía de convertirlo en una confederación de diecisiete voluntades a las que aquél se tendría que amoldar.Ya durante el segundo mandato de José María Aznar en la presidencia del Gobierno, el PP se había decantado por el "cierre" del Estado de las Autonomías, en un doble sentido: poner fin a las inacabables reivindicaciones de mayor descentralización en un país que ya había alcanzado uno de los niveles de descentralización más altos en el ámbito comparado, y reforzar la función del Estado como garante de la igualdad de los ciudadanos, en un nuevo contexto que tendría que estar presidido por el perfeccionamiento de los mecanismos de cooperación y coordinación entre el poder central y las Comunidades autónomas. También se apostó entonces por prestar al mundo local la atención que hasta entonces se le había negado, con una "segunda descentralización" que debería ir de las Comunidades autónomas a las Administraciones locales.Sin embargo, todo esto se vio frustrado, como tantas otras orientaciones políticas de los Gobiernos populares, por la llegada al poder del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero. Éste ha abierto la puerta a unos procesos de reforma estatutaria dirigidos en muchos casos, no a consolidar y perfeccionar el entramado institucional de las Comunidades autónomas después de veinticinco años de existencia de las mismas, sino a blindar a los grupos de poder periféricos a costa de la propia viabilidad del Estado y a espaldas de las verdaderas necesidades y aspiraciones de los ciudadanos.Consumados o a punto de consumarse esos procesos, ya no basta con agarrarse al texto original de una Constitución que, en casos como el del nuevo Estatuto catalán, se ha visto impune y deslealmente ignorada por la mayoría parlamentaria de este momento, formada por socialistas y nacionalistas. Por eso el PP de Mariano Rajoy ha asumido en la Conferencia que terminó ayer que una reforma constitucional es la única manera de devolver racionalidad y viabilidad a un Estado de las Autonomías al que, por lo demás, no hay por qué renunciar.Los populares proponen un decálogo de medidas que se pueden resumir en tres: consenso para la reforma de los Estatutos de Autonomía, con mayorías de dos tercios en los Parlamentos autonómicos y en las Cortes; reforzar el papel del Estado, tanto en lo que se refiere a las competencias irrenunciables que son inherentes a la soberanía, como en su papel de garante de la igualdad de todos los españoles; y cerrar el sistema impidiendo nuevas transferencias competenciales a las Comunidades autónomas y modificaciones del mapa autonómico contra la voluntad de los ciudadanos, como la anexión de Navarra al País Vasco.

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