jueves 20 de noviembre de 2008
Secuestro político del CAC
Wifredo Espina
E L Consell de l’Audiovisual de Catalunya ,CAC, nació con pecado original. Y esto no hay bautizo que lo pueda borrar. Ni que todos sus miembros se sumergieran en las aguas del Jordán.
Siempre pesará sobre este organismo regulador la sospecha, que es lo peor que le puede ocurrir a un ente de estas características y con una misión social tan importante como la que tiene encomendada. Misión que consiste, nada menos, que en velar por el buen funcionamiento, pluralismo y calidad de los medios audiovisuales (televisiones y radios) y la distribución según la normativa y con criterios de neutralidad de las nuevas licencias de emisión.
Cuando sus miembros no sólo han sido propuestos por cuotas de partido sino que además unos son políticos con carné y otros han ocupado muy recientemente cargos políticos de confianza en la administración o en partidos, esta sospecha de politización y de falta de neutralidad en sus decisiones, aún en los casos en que no sea cierta, está más que justificada.
Cuando las quejas de partidismo e injusticia en la reciente concesión y distribución de frecuencias radiofónicas proceden tanto de El Periódico, como de la COPE y de Onda Rambla (Luis del Olmo), por citar unos ejemplos bien distintos, es razonable pensar que las cosas no se han hecho bien.
Y a esto ha de responder con argumentos claros y convincentes el CAC, si no quiere que aquel pecado original, aumentado en lugar de ser expiado, derive en un clamor de petición de dimisión de sus miembros -remunerados a precio de oro-, de disolución del organismo – necesario y que he defendido si cumple correctamente su función- o de reforma a fondo para salvarlo del actual secuestro político. Secuestro del que ni la calidad humana de sus miembros podrá liberar
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4924
miércoles, noviembre 19, 2008
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