Un portavoz de quita y Pons
TOMÁS CUESTA
Lunes, 03-11-08
CUANDO González Pons hizo efectivo el cheque al portavoz que le extendieron en Valencia ya quedó claro que ese hombre iba a darnos sobradas alegrías convertido en oráculo de ingenios. Para empezar (o sea, para abrir boca; al fin y al cabo, hablamos de un vocero), extrajo del armario una metáfora digna del «spaguetti-western». «A partir de este momento, todos los pistoleros de gatillo fácil tendrán que pasar por mi oficina y rendir la herramienta», dijo, sino tal cual, aproximadamente. ¡Caramba con don González Pons! ¡Qué aplomo! ¡Qué solvencia! Quedaba claro, pues, que el nuevo «sheriff» era un peliculero y que los tipos como el señor Zaplana, por poner un ejemplo, no valían ya ni para extras.
Zaplana se daba un aire a Wild Bill Hickock, un figurín letal, tan replanchado siempre, que sacaba el revolver sin arrugar el ceño. A Wild Bill le metieron un tiro por la espalda mientras jugaba al póquer en uno de los garitos de la localidad de Deadwood y las cartas -afirma la leyenda- cayeron una a una sobre el tapete verde. Había ligado dobles de ases-ochos y, aún hoy, los burlangas curtidos, continúan hablando de «La mano del muerto». También a Wild Eduardo le despacharon a traición y con alevosía manifiesta aunque haya acabado en un despacho telefónico, que no es mal cementerio. Pero esa es «another history», sentenciaría Rudyard Kipling, otro reaccionario hasta la médula.
El caso es que la guardia pretoriana del fortín marianesco -tras despejar el panorama de jaques pendencieros- sacó del baúl de los secretos el genuino Plan Pons Belleza En Siete Días, o cómo convertir el asperón en terciopelo. La estrategia prescribe, en líneas generales, que hay que pedir perdón y no ir pidiendo guerra. Que quedan prohibidos los duelos lenguaraces y los mandobles dialécticos. Que los perros de presa han de llevar bozal y los gallitos de pelea envainarse la cresta. Vuelo gallináceo y cuerpo a tierra. «Tengo un equipo que no me lo merezco», confesaba Rajoy hace unos días en un súbito arrebato de modestia. Pero la generosidad de líder no se compadece con sus méritos. Bien merecido se lo tiene.
Que Esteban González Pons no es de gatillo fácil, resulta, a estas alturas, por demás evidente. Es un hacha, no obstante, del gatillo medroso y el gatillazo intrépido; del disparo sin rumbo y el disparate a ciegas. «De lo que no se puede hablar es mejor callar», dictaminó el gigantesco Ludvig Wittgenstein al alcanzar, después de mucha brega, el territorio del silencio. Pretender que un señor de quita y Pons se abisme a pulmón libre en el «Tractatus» y se cosa los labios hasta que acabe de leerlo, sería una crueldad innecesaria, amén de una pérdida de tiempo. La lógica no parece ser su fuerte y los dilemas metafísicos deben sonarle a sacristía y beaterio. Así que bastará con que copie cien veces que no hay peor manera de meter la pata que introducir la lengua en un lugar inconveniente.
¿A santo de qué el megáfono de Génova ha amplificado el runrún de las comadres que zurean en torno a la figura de la Reina? El ínclito González Pons no se imagina hasta que punto le ha hecho el caldo gordo a Rodríguez Zapatero y que flaco servicio le ha prestado a sus huestes. Aún blasonando de cinéfilo, es complejo pasar de las calles de Tombstone (con los hermanos Earp en plena balacera) a bailar con Sissí en la corte de Viena sin pasarse tres pueblos. González Pons se ha pasado siete. Además, eso de que Doña Sofía es un símbolo mudo que desempeña el mismo papel que la bandera es una comparación ramplona, inexacta y perversa. A ver si nos entendemos: las banderas, «per se», son un dechado de elocuencia y su naturaleza es someterse al capricho del viento. O sea, que la dichosa alegoría únicamente se sostiene si se le aplica al asta no a la tela. Demostrado que el señor González Pons es tela de ocurrente, ¿no habrá a quién se le ocurra que lo de quita y Pons se lleve a efecto? Un mono con dos pistolas -por concluir en el comienzo- es una nadería al lado de un portavoz con verborrea.
http://www.abc.es/20081103/opinion-firmas/portavoz-quita-pons-20081103.html
domingo, noviembre 02, 2008
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