El presidente Tibidabo
TOMÁS CUESTA
Lunes, 17-11-08
EN aquel tiempo, le dijo Zapatero a Sarkozy: «Te daré cualquier cosa si me llevas a Washington». Y éste, cargándole en sus brazos, sobrevoló el abismo de recelos, domeñó al Leviatán de los agravios, y logró transportarle, sano y salvo, hasta las mismas puertas de la anhelada Casa Blanca. ¿A qué, contado así, con un poco de salsa evangelizante, el episodio parece menos chabacano?
-No se pase de listo, que tampoco es para tanto. La supuesta agudeza suena a la Biblia en verso y, encima, mal rimada.
-Oído barra, no hay nada que objetar: el lector es el que paga y el que manda. De ahora en adelante queda absolutamente prohibido dedicarse a jugar con la Palabra.
Lo singular, en cualquier caso (a pesar de que nadie lo haya destacado), es que el señor Rodríguez Zapatero, en su empecinamiento por estar en la pomada, ha llegado a emplear, con rigor escolástico, una fórmula idéntica a la utilizó el Maligno al tentar a Jesús con las riquezas terrenales. «Haec omnia tibi dabo, si cadens adoraveris me». Aquella fue la última oferta del comprador de almas.
-Una vez más se pasa de frenada. ¿A santo de qué tirar de latinajos? Si lo que quiere es presumir, eche mano del griego (del arameo está excusado). Pero si lo que intenta es que le lea alguien, exprésese en cristiano, hombre de Dios, y sea coherente con el asunto del que trata.
-«Todo esto te daré si, de hinojos, me adorases», me ha quitado la frase del teclado. Conste en acta, no obstante, que lo que pretendía el latinajo no era, en modo alguno, enmascarar nuestra insignificancia, sino, por el contrario, revestir a Satán de la solemnidad que corresponde a sus poderes y a su rango. En una sociedad amorfa, relativista y desfibrada, el papel del demonio sólo es papel mojado. Y vamos a peor: cada día que pasa, el Enemigo está menos presente, sin dejar de estarlo. Antes, al menos, el presidente Bush, encarnaba dignamente al personaje. Pero el Ángel Caído ha caído tan bajo que incluso Zapatero -un Belcebú de cuatro cuartos- se atreve a presentarse en el Elíseo como si fuera un diablejo cojitranco. «Todo te lo daré» («Haec omnia tibi dabo»). De ahí procede el nombre del templo expiatorio que pone al «sky line» de Barcelona el toque amable y «kistch» de un «tortell» de nata. O sea, el Tibidabo. ¿No será usted de los que piensan que el latín no es más que una coartada filológica para endosarles el gentilicio de egabrenses a quienes han nacido en Cabra?
Basta de cháchara y al grano. ¿Qué le ofreció Zapatero a Sarkozy en esa mendicante invocación al «tibi dabo»? ¿Cuánto pagó el aprendiz de Mefistófeles por compartir almario con el G-veintitantos? Ahora que ha regresado de la «tournée» de dios aún más endiosado es menester que la leal oposición sea leal con sus votantes y le exija que de cumplida cuenta del viaje y, en especial, de los viáticos. Admitiendo que la política exterior es un continuo «do ut des» («Yo te doy y tu me das», se coló el latinajo), los usos democráticos obligan a buscar un punto de equilibrio entre el donante y el tomante. Vamos, que se supone que el abacial Rajoy (o, en su defecto, Repipi Calzaslargas) preguntará al Gobierno a qué nos compromete la generosidad de Francia. No cabe pensar que el señor Zapatero, haciendo gala de su luciferino encanto, haya obtenido los favores gratis. Tampoco es verosímil que Sarkozy se resistiese a rechazar un ofertón palmario. «Pídeme lo que quieras»: la tentación la pintan calva y Nicolás el zascandil no tiene un pelo de tonto. Ni de santo.
¡Transparencia, transparencia!, braman los populares. Esperemos (sentados) a ver si, por azar, suena la flauta y la famosa transparencia se concreta en algo. La espera será larga, banal y estomagante. Imaginemos pues, que estamos en las nubes haciendo compañía a los padres de la patria y, de repente, un chorreón de voz despierta al Parlamento de su modorra interminable: «Una piedra del camino me enseñó que mi destino era tomar y tomar... Tomar y tomar». Y lo que tomaremos, cuate.
http://www.abc.es/20081117/opinion-firmas/presidente-tibidabo-20081117.html
domingo, noviembre 16, 2008
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