domingo, noviembre 16, 2008

Puja por el voto proetarra

Puja por el voto proetarra

Lunes, 17-11-08
EUSKO Alkartasuna es un partido nacionalista que siempre ha tenido un problema de identidad política. Nació como escisión socialdemócrata del Partido Nacionalista Vasco, pero su vida institucional ha estado condicionada a las alianzas y coaliciones con esta formación. Fuera de los pactos con el PNV, Eusko Alkartasuna apenas ha tenido oportunidades, limitadas también por la tenaza que forma su falta de historia propia, como la que tiene el PNV, lo que merma su credencial nacionalista, y por la competencia de otros grupos nacionalistas que le ganan por la izquierda, como Aralar o el entramado batasuno de ETA. Después de confirmar que se presentará en solitario a las próximas elecciones autonómicas en el País Vasco, EA ha decidido girar su atención política hacia la izquierda abertzale, ofreciendo a este sector de la familia nacionalista un frente independentista que contraste con la actitud ambigua del PNV. Quizá EA salte de la sartén al fuego, porque las relaciones con la izquierda abertzale proetarra siempre son peligrosas. En el planteamiento de EA puede estar la fórmula de Nafarroa Bai, constituida como una casa común del nacionalismo, pero las condiciones en el País Vasco son distintas porque en esta comunidad gobierna un partido nacionalista que ha sabido aprovechar los resortes del poder para crear una red de servidumbres políticas y económicas. A la hora de pactar, para ETA y su entramado es más rentable el poder, lo que se reflejó en el pacto de Lizarra y con el apoyo a los planes del lendakari Ibarretxe. Por otro lado, cualquier frente nacionalista con la izquierda abertzale nacerá con la discordia por el liderazgo, porque la dirección de ETA siempre ha querido asumirlo y cuando no lo ha conseguido, el resultado ha sido la ruptura del acuerdo, como sucedió con el de Lizarra y la tregua posterior. Con más motivo querrá ETA dirigir un teórico movimiento independentista liderado por un partido a la baja y minoritario como es EA.
La opción estratégica del partido que fundó Carlos Garaicoechea tampoco es novedosa. Realmente, los principales planes de los partidos nacionalistas que gobiernan el País Vasco consisten, desde 1998, en atraerse el nicho de votos del independentismo radical, creyendo que la presión policial o la situación de debilidad provocada por la aplicación de la Ley de Partidos Políticos es motivo suficiente para seducir al entramado batasuno. Es un error despreciar la capacidad de reacción del mundo proetarra. Aún así, esto es lo que viene haciendo el PNV desde el pacto de Lizarra y con los planes soberanistas del lendakari, difícilmente superables por EA. Ahora reincide en esta vía EA, que, a falta de poder político, ofrece a la izquierda proetarra el valor de su marca democrática, lo que pudiera llegar a ser un problema legal, porque las listas infiltradas por militantes batasunos serían susceptibles de ser anuladas por la Ley de Partidos Políticos, aunque estuvieran presentadas por un partido legal, siguiendo la peculiar doctrina que estableció la Fiscalía General del Estado con la anulación parcial de las candidaturas de ANV.
El problema de fondo de esta oferta a la desesperada de EA a la izquierda abertzale es que demuestra que los planes del nacionalismo gobernante están orientados únicamente hacia el extremismo soberanista. PNV y EA parecen enganchados a una subasta independentista para pujar por el apoyo de los más de ciento cincuenta mil votos que ETA suele tener reservados. Esta deriva radical dice mucho de la situación de la política vasca y de la necesidad histórica y ética de que existe un cambio de gobierno en el País Vasco, promovido por una mayoría parlamentaria no nacionalista formada por PP y PSOE, que es la única fórmula no empleada en el gobierno de esta comunidad. Todas las demás -coaliciones PSOE-PNV y frentes nacionalistas- ya se han probado con un fracaso evidente en la implantación de un régimen democrático de libertades y derechos para todos los vascos. No es hora de seguir experimentando con planes soberanistas ni de dar más oportunidades al nacionalismo, sino de aplicar, por vez primera, la Constitución y el Estatuto de Guernica en su integridad.

http://www.abc.es/20081117/opinion-editorial/puja-voto-proetarra-20081117.html

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