miercoles 12 de noviembre de 2008
Rajoy y Zapatero juegan con fuego
Pablo Sebastián
En las circunstancias actuales es mejor la transparencia y la verdad que el bonito juego de "la confianza". Como se dice en España: ponerse una vez rojo mejor que ciento amarillo. Porque empieza a dar la sensación que tanto el presidente Zapatero como el líder de la oposición, Rajoy -cazado en esa bonita jaula del consenso y la responsabilidad-, están jugando la partida de la confianza, mientras otros líderes europeos y americanos están, en esto de la crisis financiera, por la labor de la clarificación y el cortar por lo sano, al precio que sea y caiga quien caiga, en vez de por el disimulo a la española, estrechamente ligado a la presunción de que somos los mejores del mundo y que por eso debemos estar en la Cumbre de Washington.
Y todo apunta a que un día de éstos se va a levantar el telón o el portón de los sustos y vamos a ver de verdad cómo estamos. De momento, la Bolsa se dio ayer un sonoro batacazo al hilo de la gran ampliación de capital que ha puesto en marcha el Banco Santander, dicen que para aumentar su solvencia pero creando inquietudes naturales, especialmente entre los accionistas, que ven diluida su participación. Si a ello sumamos el secretismo que le exigen al Gobierno las entidades bancarias para recibir las ayudas del Estado, y su negativa de que dichas ayudas vayan acompañadas de la presencia de los representantes del Estado en los consejos de administración -entre otras cosas para garantizar que las ayudas estatales lleguen a las empresas y a los ciudadanos-, como se ha hecho en Estados Unidos y en varios países europeos, empezando por el Reino Unido, veremos que caminamos por la senda del ocultismo, como el camino que se ha escogido en España, en un pacto tácito o secreto hallado entre primeros responsables de las entidades bancarias y, también, primeros responsables del Gobierno del PSOE y de la oposición del PP.
De manera que, si todo está también, ¿por qué los bancos necesitan ayudas del Estado, y por qué temen que se conozca quién las recibe? Y, además, ¿si el sistema financiero español es tan bueno por qué ni el PSOE ni el PP ofrecen garantía plena a todos los ahorradores españoles, como hicieron otros países europeos, como Alemania, Irlanda, Grecia, Portugal, etc.? Y ¿qué es eso de que los bancos venderán los activos saneados y se dejarán dentro de sus entidades los activos corrompidos? En Estados Unidos se ha hecho todo lo contrario para lograr sanear bancos y grandes empresas (las aseguradoras, por ejemplo), mientras que en España estamos tan bien que, por lo visto, no hay activos contaminados o podridos, sino muy saneados. Por eso se supone que somos la octava potencia económica del mundo y tenemos derecho a un sillón en la Cumbre de Washington, prestado por Francia y sin garantía de continuidad en los trabajos venideros, cuando Francia abandone la Presidencia de la UE en el próximo mes de enero. De ahí la recomendación de Rajoy a Zapatero, pidiéndole que intente seguir en ese sitio y con una silla propia, lo que ya se verá cómo se articula y si es posible a partir del próximo año (Obama proveerá, piensan en la Moncloa).
Por lo demás, y sobre el encuentro de ambos, Zapatero y Rajoy, ayer en el Congreso, no hay nada nuevo sino recomendaciones sobre obviedades que forman parte del espectáculo personal a mayor gloria de Zapatero, para disfrazarse de estadista a propósito de la Cumbre de Washington. Sólo para eso se ha entrevistado con Rajoy, los banqueros, la CEOE y los sindicatos (que deberían estar ocupados de los trabajadores que van al paro, en vez de tantos cafelitos en la Moncloa), horas antes de iniciar su "viaje triunfal" a Washington. Porque si Sarkozy lleva a esa cita la posición unánime de la Unión Europea, donde está España, ¿para qué sirven estas reuniones que Zapatero se ha montado a última hora? Y que, en cualquier caso, debieron celebrarse antes de la cumbre de Bruselas del pasado día 7. O todo esto va a significar que Zapatero llevará a la capital americana propuestas distintas a las de Sarkozy y la UE, y las lanzará desde la silla de Francia?
Hemos asistido a una pantomima en el beneficio de Zapatero, y mucho nos tememos que, tanto el Gobierno como la oposición, que se ha subido a su carro de "la confianza", no nos están diciendo la verdad o toda la verdad sobre la verdadera salud o enfermedad del "portentoso" sistema monetario español, que dicho sea de paso es una nimiedad si se lo compara con otros grandes países. Para hacernos una idea de nuestra ridícula pretensión basta con recordar que, no hace mucho, el valor de Volskwagen era superior a todo el Ibex 35 de España.
Que Zapatero siga jugando con el peligroso fuego de la confianza es algo natural en un político exento de credibilidad que hasta hace pocos meses negaba la existencia de la crisis económica. Ahora bien, que Rajoy se suba al carro de la farsa sin a lo mejor saber lo que ya sabe el Banco de España, eso, además de un posible error, puede ser una temeridad. Porque puede que nos pase lo de las hipotecas subprime, que eran sólo un problema de Estados Unidos, cuando aquí teníamos la gigantesca burbuja inmobiliaria a punto de estallar, como ha ocurrido, sobre nuestras cabezas. De manera que menos optimismo antropológico y financiero y más transparencia y verdad.
http://www.estrelladigital.es/ED/diario/53318.asp
martes, noviembre 11, 2008
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