martes, noviembre 18, 2008

Miguel Savatierra, El negocio del terror

El negocio del terror

MIGUEL SALVATIERRA

Martes, 18-11-08
Hombres, mujeres y niños sin un lugar a donde escapar del horror. Ni un campo de refugiados, ni un hospital, ni un país vecino en el que estar a salvo de una violencia brutal. Así es la situación que describen las ONG en el este del Congo mientras la comunidad internacional centra toda su atención en la crisis económica. Víctimas de una decena de milicias o de un Ejército más o menos regular, más de 350 mujeres y niñas son violadas cada mes, hay casi dos millones de desplazados y unos 7.000 niños combaten como soldados arrancados a sus familias. Los robos y el pillaje alcanzan hasta los míseros plásticos con los que tratan de guarecerse miles de refugiados.
Crece el temor a que la rebelión del general Laurent Nkunda desate otra guerra regional o la prolongue un conflicto que empezó hace diez años y que se ha cobrado más de cinco millones de vidas. En su raíz, la guerra del Congo es la rapiña de sus recursos naturales a través de la manipulación de los poderes sobre el terreno. Los efectos depredadores que produjeron los diamantes en Sierra Leona o Liberia los cumple hoy el coltán, insustituible en móviles, videoconsolas, Mp3 o televisores.
Los criminales, los encargados de la parte sucia del negocio están a pie de obra, pero si se tira del hilo se encuentra a quienes manejan las fichas del tablero: grupos chinos, indios, alemanes, belgas, suizos, rusos y un largo etcétera que operan a través de oscuras empresas interpuestas. Son estos intereses los que financian y atizan la guerra para tratar cómo sea que la situación les sea favorable. Pero ahí nadie osa hurgar demasiado. Se opta por enviar más tropas, condenar las matanzas, acusar a la ONU de ineptitud o describir lo salvajes que son los jefes locales. Fuegos de artificio y retórica. Mientras alguien pague de forma oculta y sin importar ni cómo ni a quién, no habrá respiro para la aterrorizada población civil. Cualquier tipo de embargo al Congo y a otros países implicados parece inviable, pero desenmascarar esas conexiones, incluidos los países que están detrás, unido a la presión de la opinión pública, puede ser un primer paso

http://www.abc.es/20081118/opinion-firmas/negocio-terror-20081118.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

La comunidad internacional se centra en la crisis económica y en lamentar el Holocausto judio, y condenar innumerables veces a los malvados Nazis, y pedir que no se repita algo así de nuevo.
Está claro que Africa no existe.