jueves, noviembre 06, 2008

Luis Pousa, El contrato necesario

LUIS POUSA
CELTAS SIN FILTRO

El contrato necesario

Es verdad que sólo conociendo los problemas y asumiéndolos se puede enfrentar a ellos, por más duro y terrible que resulte. Enfrentarse desde la convicción de que en la lucha renace la esperanza. El yes, we can de Obama es una acertada síntesis del espíritu de los luchadores; de una lucha fundamentada en unos valores democráticos -del pueblo, por el pueblo y para el pueblo- que son el correlato americano de los que inspiraron la Revolución francesa: libertad, fraternidad e igualdad.

Es sabido que para una parte del pensamiento conservador eso es puro buenismo, cuando no relativismo moral, heredero del sueño kantiano de la supremacía de las leyes de la razón frente a las leyes de la jungla marcadas por una realidad hobessiana, sustanciada por George Bush en el paradigma del "eje del mal".

Aunque la nota relevante en estos momentos sea la euforia desatada por el nuevo presidente de los Estados Unidos, resulta perfectamente audible el rechinar de dientes de quienes en esta orilla apostaban por la victoria de McCain, tan incapaces como muchos de los seguidores republicanos de aceptar la derrota con la elegancia, el estilo y el sentido del compromiso con su país con el que lo hizo el candidato perdedor.

Desde la perspectiva gallega, el bello discurso que Obama pronunció ante sus seguidores en Grant Park contiene aspectos dignos de una reflexión comparativa, y que cada cual haga los suyos si le place y los gobierne como mejor le parezca o entienda.

Pero frente a quienes estos días utilizan la crisis económica para ahondar en el pesimismo y arremeter a gritos e insultos contra todo quien ose ver un rayito de luz en los contados signos positivos que nos llegan, hay una frase del líder estadounidense que resulta concluyentemente retadora: "Mientras respiremos, tenemos esperanza".

Una frase así es posible escucharla de la boca de quienes creen en el hombre y en el futuro, obviamente no como algo que venga llovido del cielo, sino como algo por lo que es preciso trabajar, por lo que es preciso levantarse cada vez que se caiga; por lo que es preciso retomar cuantas veces haga falta el proyecto de mejorar la calidad de vida de las personas, de respetar el medio ambiente porque la naturaleza es parte inexcindible del ser humano, y de asumir la pluralidad cultural.

Eso va también por quienes consideran que el cambio es cosa fácil y basta con tomar decisiones contundentes o muy drásticas para que triunfe. Modificar las resistencias violándolas es una crueldad inaceptable, condenada históricamente al fracaso.

Volviendo al discurso de Obama: "El camino por delante será largo. La cuesta será pronunciada. Puede ser que no lleguemos ni en un año ni en un mandato..., pero llegaremos". Las lágrimas abundantes de Jesse Jackson parecían asentirle.

De lo visto hasta ahora no parece que sea disparatado colegir que la actual crisis económica, como ya pasó en la de 1929, reclama la intervención de la política. Cuestiones que van desde la revisión de los acuerdos de Bretton Woods y el papel del FMI, hasta la recuperación de la inversión y el consumo, pasan por respuestas globales, luego matizadas en cada caso por los efectos a escala. De ahí que ciertas frivolidades partidistas sean un insulto al contrato necesario.

http://www.elcorreogallego.es/index.php?idMenu=13&idEdicion=1060&idNoticiaOpinion=361985

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