LUIS POUSA
CELTAS SIn FILTRO
Audiofobia y partidisa
La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, viajó a Galicia portando un mensaje: el AVE llegará en 2012. Lo que, como no podía ser de otra manera, no gustó nada a la oposición, cuya consigna es "cuanto peor, mejor". Un lema que, mutatis mutandi, tiene su mejor correlato en el síndrome de la audiofobia. Audiofobia: trastorno producido por la pérdida del poder político, simbolizado en el coche oficial y en el despacho, y los irrefrenables deseos de reconquistarlo cuanto antes.
Cabe esperar que esa enfermedad no degenere en una cruzada inquisitorial a la vieja usanza, de consecuencias imprevisibles, contra quienes conducen un Audi o similar y han remozado su oficina, aunque sólo sea porque los populares acabarían teniendo la guerra en casa y siendo víctimas de sí mismos, no en vano son la fuerza política con mayor número de militantes que cumple los dos supuestos citados.
En su afán desmedido por aprovechar la crisis para ahondar todavía más de lo que ya ha ahondado en el pesimismo y la desconfianza, justo el binomio contra el que con más ahínco hay que luchar, la oposición parece decidida a conseguir que Galicia no tenga tren de alta velocidad en la fecha prometida por el Gobierno central.
Desde que los pepés dejaron la Xunta, optaron por situar la fecha de conclusión de las obras del AVE en Galicia en torno al año 2020 y dar por hecho que los retrasos acumulados hacen imposible cualquier intento por acortar los plazos. Eso explicaría por qué, contradiciendo lo que ellos habían defendido cuando gobernaban en Galicia y en España, se inclinaron por exigir que fuese modificado el trazado a su paso por Serrabal, pese a saber que eso supondría un retraso de cuatro años en la ejecución del proyecto.
La semana pasada se supo que el PP ha presentado una enmienda en el Congreso para reducir a 120 los 254 millones de euros consignados en los Presupuestos del Estado para Ourense-Lubián, una cifra que consideran "demagógica". Ese recorte impediría que Fomento cumpliese con sus previsiones de licitar en 2009 todos los tramos que faltan en el trayecto entre Ourense y Zamora. Paso fundamental para poder situar el AVE gallego en el horizonte del año 2012.
Pareciera que a los populares gallegos no les interesa la estrategia en positivo de librar la batalla del 2012, y prefieren la negativa de quejarse por los retrasos en que incurrió Fomento, sumarse a aquellas protestas de la sociedad civil que conlleven una demora de las obras, y, cuando ya nada de eso surte los efectos deseados, enmendar los presupuestos para recortar las partidas destinadas a recuperar el tiempo perdido. Todo ello para así castigar al presidente Touriño.
La perversidad de una política tan partidista es de muy difícil legitimación, mucho más en tiempo de crisis económica. Pues es precisamente en tales circunstancias cuando acelerar las inversiones en infraestructuras es una de las herramientas de que disponen los gobiernos para hacerle frente a las consecuencias de la crisis; siendo una de las consecuencias el paro y siendo uno de los remedios la obra pública. Lo que importa en este caso no es si se ayuda o no al Gobierno bipartito, sino si los intereses generales de la sociedad gallega se anteponen a las ambiciones particulares de las elites de un partido.
http://www.elcorreogallego.es/index.php?idMenu=13&idEdicion=1058&idNoticiaOpinion=361104
martes, noviembre 04, 2008
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