viernes, noviembre 14, 2008

Ignacio Marco Gardoqui, Claridad, por favor

Claridad, por favor

14.11.2008

IGNACIO MARCO-GARDOQUI

L a historia raya en el esperpento. El viceprimer ministro ruso se entrevista con el ministro español de Industria y no le comenta nada. Pero luego lanza la primicia de que Gazprom está interesada en la compra del 20% de Repsol que posee Sacyr. Sebastián le pide explicaciones y Zhúkov le dice que «no tiene ni idea» de la operación. Al parecer, Del Rivero asegura que no ha negociado nada con Gazprom, pero que sí lo ha hecho con Lukoil. El Gobierno declara no opinar sobre «operaciones privadas y empresariales», y la oposición objeta que de privada nada, que Gazprom es un monopolio controlado por un gobierno con graves carencias democráticas.
El dilema es el habitual. Al principio el Ejecutivo hace ademán de no querer intervenir, pero Solbes acaba advirtiendo de que «le chirría» el asunto. Recuerden el caso Endesa. ¿Con qué criterios actúa el Gobierno? Pues con unos que mudan en función de las características mercantiles del interesado, de su nacionalidad, del valor estratégico del objeto de su interés, del monto de la operación y, cómo no, de la coyuntura política en la que se desarrollan los acontecimientos. Es decir, interviene siguiendo un esquema que es cualquier cosa menos objetivo y previsible.
¿Qué debería hacer en este caso? Esta operación podrá ser mercantil, pero desde luego no es privada; así que resulta urgente una aclaración total de hechos y planteamientos, y muy necesaria una decisión motivada del Gobierno. Intervenga o no intervenga, debe justificar detalladamente su actuación. Gazprom, Lukoil y Rusia juegan un papel capital en el tablero energético europeo, y la operación cambiaría sustancialmente las reglas del juego.
Aunque podríamos abrir otro debate. ¿Qué aportan Gazprom o Lukoil y Sacyr a Repsol? Por de pronto, la primera dispone del 17% de las reservas mundiales de gas y la otra es la segunda compañía privada con mayores reservas de petróleo, unas materias primas que necesitamos en abundancia. Mientras que Sacyr no tiene gas ni petróleo, ni dinero para mantener su participación en Repsol a flote. ¿Qué hace entonces Sacyr en Repsol? Una buena pregunta que el lector sabrá contestar perfectamente. Entonces, ¿por qué no se impidió en su día su entrada en Repsol? Porque el Gobierno carecía de argumentos para ello. Pues que los busque ahora para evitar que Gazprom o Lukoil hagan lo mismo. Pero que sean argumentos claros, razonados y firmes. Las arbitrariedades públicas no son mejores que los excesos privados.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20081114/economia/claridad-favor-20081114.html

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