domingo, noviembre 16, 2008

Albeto Sotillo, Sapos en Afganistan

Sapos en Afganistán

ALBERTO SOTILLO

Lunes, 17-11-08
Hubo un tiempo en el que creíamos posible aterrizar en un campo de drogas regido por señores de la guerra y azotado por la violencia y la superstición, y ahí mismo construir con armas y sacos de dinero un estado moderno, con su democracia, sus partidos conservador-liberal y social-reformista, su división de poderes y emancipación de la mujer. Afganistán, sin ir más lejos. Tal vez nuestras intenciones fueran más arcangélicas, pero en esencia la misión no diferían de lo que intentaron los colonialistas británicos en el siglo XIX y los soviéticos, en el XX. Con escaso éxito. Un estado no se construye en un par de años con un puñado de soldados extranjeros y una elite de afganos «afrancesados» o «rusificados» por más telefonía móvil, internet, instructores de policía y bombas a mansalva que les tiremos. No podemos hablar de «state building» y «nation building» con la alegría de quien planea que con la construcción de un estadio de fútbol el vecindario de perdularios nos quedará eternamente agradecido. Si en Irak aprendimos que no nos conviene destruir un estado por más que nos disguste el gobierno que lo rige, en Afganistán estamos aprendiendo que una intervención militar exterior no construye un estado.
Los planes de futuro de Obaasumen tal realidad. Pero este nuevo neorrealismo en política exterior pasa por olvidar los viejos sueños de redención y empezar a tragar ideas como sapos. Por ejemplo: «La negociación con los talibanes con los que es posible negociar» pasa por repartir el poder con unos individuos anclados en el alto medievo, ultrafundamentalistas, ultrarreaccionarios según nuestros criterios. Si alguna afgana se había deshecho de su burka ya puede ir a recuperarla. La destrucción de cultivos de droga ya no es realista. Así que igual lo conveniente es comprar la cosecha en bloque, como hacía la UE con ciertos cultivos subvencionados que luego iban a la hoguera. Y el fundamentalista régimen iraní pasará a ser reconocido como potencia regional que jugará un esencial papel en una solución regional del conflicto. El realismo conservador tiene mucho de cinismo, cierto, aunque menos peligro que el experimento neocon.

http://www.abc.es/20081117/opinion-firmas/sapos-afganistan-20081117.html

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