Alarma social tras la muerte de Álvaro Ussía

jueves 20 de noviembre de 2008

Alarma social tras la muerte de Álvaro Ussía

Por fin jueves. Ésta ha sido una semana informativamente complicada y en pocas horas tuvimos que olvidarnos de la esperada cumbre para salvar al moribundo capitalismo y de las sonrisas de Zapatero embelesado frente a Bush, de la inauguración de la polémica cúpula de Barceló y hasta del secuestro de un inmenso petrolero a manos de los piratas somalíes. No podía ser de otra forma, nada más había que comentar sobre la reunión de los grandes en Washington, y las demás informaciones quedaron algo escondidas ante la irrupción de un asunto más sangriento y más cercano. De esos que crean alarma social, de los que todo el mundo habla. Álvaro Ussía, a quien desgraciadamente ahora todos conocemos, moría en la madrugada de un sábado programado para la diversión.

El desgarro mortal del corazón del joven Ussía bajo el peso, presuntamente, de unos tipos muy grandes y extremadamente violentos, ha sacudido a la sociedad igual que un terremoto inesperado. Y hemos vuelto a hablar del peligro que suponen en la noche algunos cancerberos de película de miedo y, de paso, del extendido incumplimiento de las normativas por parte de locales emblemáticos de la noche madrileña. Y como son los escándalos los que al final acaban por mover las cosas y poner un poco de sentido en la burocracia, Gallardón y Aguirre tuvieron que buscar hueco en sus agendas para recibir, en una misma tarde, a los compañeros de clase del chico asesinado y anunciar la adopción de medidas con carácter inmediato. Pues ya era hora.

Los escolares han pedido al alcalde y a la presidenta que se regule la actividad de los que deben vigilar la seguridad en las discotecas y también que les den alternativas de ocio. Gallardón ha contestado enseguida, prometiendo un importante incremento de la presencia policial en las zonas de ocio e incluso dentro de las salas. Supongo que, aunque esto lo hayan pedido ahora los chicos, serán los padres quienes más celebrarán una medida que, de haber sido tomada en otras circunstancias, no creo que hubiera contado con el entusiasmo de los adolescentes, por naturaleza independientes y que odian sentirse vigilados.

Por su parte, Esperanza Aguirre ha asegurado que el reglamento de los porteros será aprobado esta misma semana, después de un lustro de negociaciones sin que nunca se hubiera llegado a nada. ¿Lo ven? Cuando hay verdadera intención, ya sea personal o política, las cosas salen adelante y no existen excusas de plazos ni de mayorías. Y es que no hay nada como el sentido común. Me pregunto si éste habrá tenido algo que ver también en la decisión del juez Garzón para declararse incompetente en la causa por las desapariciones de la Guerra Civil. No creo. El caso es que, por fin, ha confirmado que mi madre no estaba en un error cuando me despertó una mañana de hace 33 años para decirme que no había “cole” porque Franco acababa de morir. Ocurrió esa mañana o alguna otra, antes o después, pero Franco está muerto. Los que aún conmemoran hoy el aniversario de la muerte del dictador, que en este mundo hay gente para todo, pueden marchar tranquilos al Valle de los Caídos.


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