Enrique Vazques, Cambio de paradigma

Cambio de paradigma

30.09.2008

ENRIQUE VÁZQUEZ

C ambiar el régimen es una cosa y «refundar el Estado» otra más solemne que refleja deseo de continuidad. En Ecuador, tras un proceso escrupuloso que comenzó con la conquista de la presidencia y pasó por la elección de una Asamblea para redactar la nueva Constitución, Rafael Correa ha acabado saliéndose con la suya ganando el referéndum sobre la nueva Carta Magna.
Pero siendo irreprochable el procedimiento y esforzada su victoria frente a adversarios de peso, como la Iglesia y los medios empresariales, es previsible que el camino emprendido por Correa se tope con dificultades porque el proceso de reforma, como los impulsados en Venezuela y Bolivia, adolece de un defecto básico: un elevado número de ciudadanos, alrededor de un 28%, no la quiere y eso es potencialmente letal para una Constitución que debió ser elaborada con ánimo más integrador.
El precedente venezolano ha debido estar presente en la mente de constituyentes y votantes ecuatorianos, porque allí los ciudadanos, que habían votado sin reservas a Hugo Chávez en diversas elecciones, en diciembre de 2007 se negaron a aprobarle una Constitución bolivariana. En Bolivia soplan vientos parecidos. Según el presidente Morales el proyecto de nueva Carta Magna debería ser aprobado en diciembre, y a partir de su aprobación se hablaría de «constitucionalizar» el tema crucial de las aspiraciones autonómicas de ciertas regiones.
Sea como fuere los tres textos representan la consagración formal de un proceso político y social que significa un genuino cambio de modelo. La democracia liberal es una epidemia felizmente extendida hoy por Latinoamérica, con la sola excepción cubana. Pero en Venezuela, Bolivia y Ecuador se registran fuerzas que tienden a modificar el paradigma liberal, con tres notas comunes de peso: la devolución al Estado del rango de actor económico insoslayable sobre el discurso de la propiedad pública de las riquezas naturales, un indigenismo explícito que reivindica para sí el orgullo nacional de raíz precolombina y un nacionalismo contrario a todo cuanto pueda ser tachado como interferencia foránea.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080930/mundo/cambio-paradigma-20080930.html