viernes, septiembre 26, 2008

Carlos Luis Rodriguez, Camarada Neron

viernes 26 de septiembre de 2008

CARLOS LUIS RODRÍGUEZ
a bordo

Camarada Nerón

¿Era Nerón ferrolano? No consta. ¿Pertenecía a algún tipo de Izquierda Unida? Es posible. Ningún historiador de la antigüedad lo niega taxativamente, y lo que acaba de pasar en Ferrol permite aventurar que algún parentesco político pudiera haber entre el emperador y esta coalición, radical en sus soluciones urbanísticas.

Hay un problema en la plaza de Armas de la ciudad, allí donde se asienta la Casa Consistorial, y la asamblea local de IU propone demoler el Ayuntamiento y trasladarlo a un sitio que no se menciona, siguiendo una añeja tradición que empezó con el Prestige. A diferencia de los planteamientos neronianos, en este caso se supone que el recinto sería previamente desalojado, lo cual es un alivio para los políticos que trabajan en él, y tal vez una suave decepción para el ciudadano estoico que los soporta.

Con la caída del edificio se matarían dos pájaros de un tiro. Al tiempo que se supera un obstáculo para remodelar la plaza, se acaba con un símbolo del franquismo, que fue quien lo levantó en los años cincuenta. Así se completaría un trabajo de memoria histórica que no solo debiera dedicarse a desenterrar cadáveres, sino igualmente a enterrar monumentos infames.

¿Solo del franquismo? He ahí otra limitación en la que no parecen haber reparado los miembros de la asamblea local de Esquerda Unida. El Ayuntamiento de Ferrol tiene paternidad franquista, pero la Muralla de Lugo o la Torre de Hércules son una consecuencia imperialista, y la catedral, una secuela de la opresión religiosa de la que ahora nos queremos liberar, señalando incluso con el dedo a los magistrados creyentes que llegan a la cúpula del poder judicial.

O sea, que cuando llegue IU al sóviet local de esas ciudades, que no le extrañe a nadie que su asamblea proponga el derribo de estos monumentos, y su traslado a otro lugar más pertinente. Un intercambio podría ser una posibilidad imaginativa: la torre de Hércules al Obradoiro, y la catedral en Fonsagrada para que no parezca que somos autonomía confesional.

Rezuma franquismo la casa consistorial de Ferrol, pero la asamblea local ésa poco tiene en sus genes de aquel Partido Comunista sensato, cartesiano y mártir que tuvo en esos lares su gran cuna. Aquella izquierda se ocupaba de los temas importantes, sin poder imaginar que andando los años nacería un marxismo de Groucho que, en vez de tocar la lira, se toca otras cosas.

A todo esto, y hablando de esa poderosa asamblea que decide lo que tienen que votar los concejales de IU, habría que hacerse alguna de las preguntas que se formulaba Perales en su canción: ¿y quiénes son ellos, a qué dedican el tiempo libre? ¿cómo ha logrado el partido reunir bajo su sigla a individuos que propone estas cosas?

Si el mandato de Nerón sirvió para comprobar los excesos a los que puede llevar un emperador trastornado, la asamblea local de Esquerda Unida avisa de las consecuencias del asamblearismo. Unos cuantos iluminados suplantan a los electores, dominan a los concejales y optan por tirar el Ayuntamiento y hacer otro por ahí.

Lo bueno y lo malo del asunto es que pocos se han escandalizado de la neroniana ocurrencia. Todo el mundo sabe que algunos políticos de hoy son así, y que hay que hacerles tanto caso como al adolescente que viene a casa con sus rarezas. No, no consta que Nerón fuese ferrolano, pero de vivir ahora iría corriendo a la asamblea local dichosa para hacerse de Izquierda Unida. ¡Tampoco le gustan los cristianos!

http://www.elcorreogallego.es/index.php?idMenu=13&idEdicion=1018&idNoticiaOpinion=346806

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