La emancipación de Puri
IGNACIO CAMACHO
Miércoles, 01-10-08
«EL mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos», le decía Bogart-Rick Blaine a una Ilsa Lund arrobada de pasión en medio de la catástrofe. Bibiana Aído no es Ingrid Bergman, pero mientras el capitalismo se desploma sabe permanecer atenta a los detalles que verdaderamente importan: ha logrado retirar de la circulación un anuncio machista y zafio de las Letras del Tesoro. Justo es anotar que esta clase de preocupaciones trascendentes en plena hecatombe financiera son políticamente transversales, como se dice ahora, y que la protesta partió de una senadora del PP; la policía de costumbres está a salvo de diferencias ideológicas. El caso es que Solbes, como tiene poco trabajo estos días, se ha visto obligado a despertar de su siesta de buda feliz para ordenar que cese el reclamo -casposo hasta la náusea- de «las croquetas de Puri». En la España del siglo XXI, la Arcadia feliz y próspera del igualitarismo, no hay sitio para otros estereotipos que los optimistas.
Aquí los bancos no pueden quebrar, ni el capitalismo hundirse, ni la gente tiritar bajo la inquietud de que se evaporen sus ahorros, ni Puri hacer croquetas para un marido imbécil. (Ni Solbes colocar Letras del Tesoro, pero ésa es otra historia). En realidad, Puri no es Puri; es Bibi, una mujer progresista llena de energía y futuro que en cualquier momento puede llegar a ministra. Y su marido es un cretino, sexista y rancio, que pronto irá al paro como el que creativo que alumbró la parida. Resulta profundamente enternecedor que nuestra clase política conserve bajo el fragor de los truenos una sensibilidad y un celo moral a la altura del mejor de los modelos de sociedad líquida.
A falta de otras tareas que emprender desde los Ministerios-burbuja (vacíos y flotantes) creados por el zapaterismo, la dirigencia pública se dedica a la vigilancia de los mantras que encierran la nueva filosofía del poder. Y lo hace con mucha más eficacia que la que presta a las rutinas de la gobernanza convencional. La inestabilidad financiera, el déficit público, el gasto social, la crisis de pánico popular y demás contingencias actuales son quincalla política secundaria ante la estricta observancia de los valores-fetiche del pensamiento dominante. Y en el peor de los casos, nos caeremos por el precipicio de la más negra ruina, pero con la dignidad de género intacta. Seremos pobres, pero decentes y, sobre todo, políticamente correctos.
Socialistas y populares colaboran con alegre entusiasmo en este clima tántrico. El procedimiento es de una eficiencia demoledora: la oposición denuncia una anomalía en el Senado, la ministra de turno recoge el testigo de la queja y a las pocas horas el departamento responsable de la irregularidad la corrige entonando la correspondiente disculpa. He aquí un modelo funcional de altísima efectividad; con tan imperativa energía aplicada en todo el orden político y administrativo de esta atribulada nación, la crisis nos duraría dos telediarios y Puri, la de las croquetas, sería en efecto una mujer felizmente emancipada.
http://www.abc.es/20081001/opinion-firmas/emancipacion-puri-20081001.html
martes, septiembre 30, 2008
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