lunes, septiembre 29, 2008

No son las infraestructuras

martes 30 de septiembre de 2008

No son las infraestructuras

Lo había adelantado el presidente Zapatero en su viaje a Galicia de principios de septiembre y se lo confirmó el pasado viernes en Santiago la ministra de Fomento al presidente Touriño: las inversiones en infraestructuras en la comunidad autónoma, consignadas en los Presupuestos del Estado para 2009, crecerán algo más del 8%. Es decir, bastante por encima del incremento del gasto total en infraestructuras que el Gobierno central ha previsto para el próximo año: un 4,5% respecto a 2008.

Dado que estamos en un escenario de crisis económica internacional, en el que las cuentas públicas deben combinar dosis de austeridad en el gasto con un nivel de endeudamiento que reconduzca y reactive la actividad económica, un análisis medianamente serio sobre el significado de ese 8 por ciento no puede sustraerse a esa realidad e interpretarse haciendo como si el contexto pudiera pasarse por el alto.

En política no todo vale, aunque haya quienes entiendan que la política les legitima para el todo vale, y en esa premisa empieza y concluye su responsabilidad. Del mismo modo y bajo similar argumento, parecen dar a entender que el rechazo y la crítica lleva implícita una propuesta alternativa. Lo cual no es cierto.

Así, por ejemplo, cómo se puede decir que los Presupuestos para 2009 traerán más paro y más crisis, debido al endeudamiento, por quienes públicamente defienden una bajada de impuestos en plena crisis, crisis que está provocando una reducción apreciable de los ingresos tributarios por IVA e impuesto de sociedades, y una caída en el ritmo de crecimiento de la cantidades aportadas por las rentas del trabajo (IRPF).

Como se puede clamar contra el endeudamiento y, al mismo tiempo, avalar toda cuanta protesta surge de colectivos cuya rentabilidad marginal depende de las subvenciones que reciban. Cuando por otra parte, y desde una perspectiva no solo de justicia social ­sino también de ayuda al sostenimiento de la demanda interna, parte clave del PIB, el Gobierno debe hacerle frente al gasto en desempleo y proveer el presupuesto de los fondos correspondientes sobre la previsión de que el paro seguirá aumentado durante parte del próximo año.

Al contrario de lo que dice la oposición, si en algo parecen pecar los Presupuestos del Estado para 2009 es que su montante se queda corto para hacerle frente a la crisis económica, y no tanto por el lado de las infraestructuras como por aquellos pilares que sostienen un mejor crecimiento económico en el mar embravecido de la globalización, caso de la competitividad. A este respecto, Mauro F. Guillén y Emilio Ontiveros sostienen que España necesita aumentar la productividad con el fin de atraer inversión extranjera destinada a la exportación, cuyo objetivo sea crear nuevos empleos y no controlar las empresas españolas más atractivas en infraestructuras y servicios. Y lo anterior alguna relación guarda con la educación, la I+D+i y esas gaitas que tanto irritan a los necios.

Para Galicia, el problema de los Presupuestos del Estado para 2009 no está en las infraestructuras ni en el empleo, sino en robustecer aquellas dotaciones de capital público que redunden en un crecimiento de calidad de la economía gallega y en la convergencia con la media europea y española.

http://www.elcorreogallego.es/index.php?idMenu=13&idEdicion=1022&idNoticiaOpinion=348086

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