lunes, septiembre 29, 2008

Quintano, De haber sabido que el franquismo era Urtain

De haber sabido que el franquismo era Urtáin

Martes, 30-09-08

IGNACIO RUIZ QUINTANO
PRIMERO fue Massiel, cuando Franco compró a las corruptas democracias europeas el voto de Eurovisión para su Lalalá, y ahora es Urtáin: el último grito de nuestro teatro nacional es que Franco obró la caída del «morrosko». ¿Y por qué no el Gal? Después de todo, cuando Urtáin se tiró del balcón, Franco llevaba diecisiete años en el Valle de los Caídos, ese mausoleo donde el hispanista/sopista Ian Gibson quiere poner una bomba.
Nuestro teatro nacional nos cuesta un ojo de la cara porque es el depositario de las tres casillas que tenemos para los tópicos teatrales: la alta comedia, el drama de la mesocracia y el drama del pueblo bajo.
Los mendas de nuestro teatro nacional que ahora recurren al Tigre de Cestona para arrancarle un pelo al lobo de Franco, que es lo que hace manar la subvención, son especialistas en drama del pueblo bajo. Por el costumbrismo sabemos que, de ordinario, en estas obras hay un trabajador que tiene una novia y un patrono que intenta seducir a esta mujer; en el último acto, el trabajador mata al patrono, el público ruge de furor y alguna voz ronca grita entonces: «¡Abajo el capitalismo!». Entonces la crítica asegura que estamos ante una obra de tendencias sociales.
Los mendas de nuestro teatro nacional ignoran que a los boxeadores no los matan los generales, sino las novias. En presencia de El Fary -Elvis español- se lo dijo a José-Miguel Ullán el gran Luis Folledo:
-Lo único importante en esta puta vida es saber dónde está el hormiguero para meterla.
Así de duro es el boxeo.
Hasta Rouco, un príncipe de la Iglesia a quien el ministro de Cultura de Zapatero trata de «estimado señor» en las cartas, harto de que lo tomen por duro, ha salido a decir:
-Hombre, como pinta de boxeador no tengo.
Isidoro Gastañaga, para los neoyorquinos el heredero natural de Paulino Uzcudun, murió asesinado de un tiro al salir de una taberna en la América del Sur, y Ruano escribió:
-He aquí que estamos frente a la triste historia del muchacho vasco a quien la milonga le perdió. ¿Se emborrachó de «pernod»? Vedlo ahora en tierras argentinas. Hasta el tango arrabalero baila a la francesa. Grises ángeles de lluvia pirenaica lo llaman; él no oye. Sus bíceps descansan en la cómoda vida criolla. Sus narices anchas huelen perfumes de mujer. Su puño empuña la fina copa de champaña. ¿Qué estás haciendo, Isidoro? ¿Quién te ha engañado así? Pero él no oye. Tiene treinta años. Treinta años vascos y boxeadores. Menos años, pues.
Aunque a Ruano le gustaba más estar entre capotes que entre toallas, estos hombrones no dejaron nunca de llamar su atención literaria. De Uzcudun decía que era igual que Pla. Por él, precisamente, sabemos que Uzcudun, que fumaba caldo de gallina, tuvo tres aficiones: la iglesia, el frontón y el hacha.
-Yo soy el primer español que ha luchado contra el comunismo.
Su primer combate profesional fue, en efecto, contra el ruso Tourof. Después, en América, cenó con Al Capone.
-Sería un gangster, pero yo le digo que era un tío muy simpático. Gordo y alegre. Tenía en la cara una cicatriz de un tiro que le dieron en Chicago.
Luego venía Umbral y, sin tema para escribir, hacía la gracia castiza de decir que Uzcudun mataba «a hostias» a los rojos que le echaban, como decía que Manolete toreaba rojos y los estoqueaba, que con eso basta hoy para ganarse uno un prestigio intelectual en España.
Pero la literatura es otra cosa. La literatura es «El oro y la oscuridad» del prodigioso Alberto Salcedo Ramos, la crónica periodística de la vida de Antonio Cervantes Reyes, para el mundo Kid Pambelé, que ahora recorre el país, Colombia, vendiendo libros y haciendo gala del don de la ubicuidad: lo ven en todas partes, casi siempre envuelto en alucinógenos y líos. De García Márquez se cuenta que un día, siendo anunciada su llegada a Madrid como la del hombre más importante de Colombia, movió la cabeza en forma teatral, como buscando a alguien en la estancia, y respondió:
-¿Dónde está Pambelé?

http://www.abc.es/20080930/opinion-firmas/haber-sabido-franquismo-urtain-20080930.html

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