jueves 5 de junio de 2008
El Parlamento se calienta
Pablo Sebastián
Parece que, por fin, el curso parlamentario recupera su pulso y sale de su letargo tras las elecciones generales y la crisis de varios partidos —del PP, ERC, IU y PNV—, que le han dado un respiro al Gobierno de Zapatero pero que, a pesar de sus dificultades internas, empiezan a ejercer la oposición. Comenzando por el Partido Popular, que ha hincado el diente, y con razón, en tres cuestiones de máxima actualidad, como el escándalo de la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, a todas luces implicada en casos de clara incompatibilidad —y ya veremos si delictiva—, la crisis de la economía, que el presidente del Gobierno sigue empeñado en devaluar, y sobre la que ayer Mariano Rajoy le pidió a Zapatero opiniones y acciones políticas y no sólo juicios de “comentarista”, y el referéndum anunciado por Ibarretxe.
Sobre la galopante crisis económica hay que subrayar que quien sí parece haber reaccionado con eficacia y celeridad es el ministro de Industria, Miguel Sebastián, recortando de manera sensible subidas esperadas de las facturas de la luz y favoreciendo a las familias más necesitadas, lo que contrasta con el tancredismo y la proverbial parálisis del vicepresidente Solbes, que ni sabe qué hacer, ni quiere actuar.
Es verdad que la alarma social, como dice Zapatero pidiendo prudencia al PP, empeora la crisis. Pero también es cierto que el disimulo del Ejecutivo, que desmiente la cruda realidad que perciben en su casa y familia la gran mayoría de los ciudadanos, acaba empeorando la situación porque, además de los problemas cotidianos, se sienten engañados y muchos piensan que la situación que vivimos y la que se aproxima es muchísimo más grave de lo que dice el Gobierno de la nación.
El tercer problema, el del desafío del referéndum de Ibarretxe, está vivo, y aunque el Gobierno parece mantener una posición firme y decidida para no permitir la consulta ilegal, cuando se conozca —si el Parlamento de Vitoria sigue adelante con el desafío— el veredicto del Tribunal Constitucional, es legítimo que desde la oposición, Soraya Sáenz de Santamaría le exija al Gobierno una actitud más firme y decidida frente al PNV, en vez de eso del “vuelva usted mañana”, como lo declaró la portavoz del PP. La que, otra vez, recibió una destemplada y agria respuesta de la vicepresidenta De la Vega, metiendo la mano en la herida del PP vasco, en vez de responder con datos y argumentos políticos, por lo que la vicepresidenta volvió a perder el debate frente a la diputada del PP.
Sin embargo, la cuestión de fondo y políticamente más candente es la de la crisis de la presidenta del Tribunal Constitucional, cuya posible dimisión o procesamiento podría tener graves consecuencias no sólo para la alta Corte sino también para los debates en curso de dicho Tribunal, como ocurre con el Estatuto de Cataluña. Porque la caída de Casas volvería a dejar en franca minoría a los magistrados progresistas del Tribunal que habían recuperado el control tras la repentina —y extraña— muerte del magistrado conservador García-Calvo. ¿Qué va a pasar? El hecho de que el diario gubernamental El País haya lanzado, a cuatro columnas y en portada, las grabaciones que dan fe de la implicación de la presidenta del Constitucional da una idea de la gravedad de la situación y de las posibles consecuencias del escándalo en el que ha entrado de lleno el primer partido de la oposición.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=05/06/2008&name=manantial
miércoles, junio 04, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario