jueves, junio 12, 2008

Gobierno superado

jueves 12 de junio de 2008
Gobierno superado
LA segunda legislatura de Zapatero no ha hecho más que empezar y su Gobierno ya exhibe una inquietante impotencia ante una etapa económica y política que requiere lo que los socialistas no están en condiciones de dar: confianza y seguridad. Los bloqueos en las carreteras y los desabastecimientos de bienes de consumo y de gasolina en las ciudades son episodios que pueden herir de muerte a cualquier Gobierno, por mucho que se crea ungido por el optimismo antropológico, si no replica con un ejercicio de más autoridad, simultáneo a un imprescindible despliegue negociador.
Es evidente que Zapatero no tiene la culpa de la subida del petróleo y de los tipos de interés, pero sí es responsable exclusivo de la estrategia de confusión que está llevando a cabo su Ejecutivo desde hace un año, al negar a los ciudadanos, primero, que el ciclo favorable estaba llegando a su fin y, ahora, que la situación económica está claramente inmersa en una crisis. Zapatero y Solbes ya no se enfrentan a los vaticinios de instituciones financieras y gabinetes de estudio, sino a la realidad que constatan los ciudadanos en los costes habituales de su vida familiar y profesional. El Gobierno se refugia en la escalada de precios del petróleo y los alimentos para amparar su inactividad, pero ésta viene de lejos, antes incluso de que el barril de crudo superara los cien dólares, cuando los avisos de que el ciclo alcista de la economía estaba llegando a su fin eran más que evidentes. El Gobierno no ha fallado en sus previsiones: simplemente las hizo engañosas, lo que a la mala gestión añade el desprestigio de quienes deberían dar soluciones. El equipo económico que dirige Solbes auguró para primavera -o dicho con otras palabras, para las pasadas elecciones de marzo- la moderación de la inflación y la recuperación del empleo. Por supuesto, los intereses hipotecarios habían tocado techo en otoño de 2007 y según la anterior ministra de Vivienda, Carme Chacón, sólo unos pocos tenían que apretarse el cinturón. Quienes mostraban más realismo -y, por tanto, hacían previsiones más pesimistas- eran tachados de antipatriotas o se les negaba solvencia técnica en sus cálculos, luego todos confirmados e incluso superados por los acontecimientos.
Los resultados de las últimas votaciones en el Senado, donde el PP sumó el apoyo de CiU para aprobar diversas mociones sobre financiación local, empleo y tarifas eléctricas, demuestran que el Gobierno socialista se encuentra obligado a buscar con mayor realismo y sinceridad el acuerdo con los demás grupos parlamentarios, sobre todo en una coyuntura que requiere pactos a gran escala para dar a la sociedad un mínimo de seguridad frente a tanta incertidumbre. Sin embargo, el presidente del Gobierno sigue enrocado en un discurso desacreditado, como el que exhibió ayer en las sesiones de control parlamentario al negar a las cosas el nombre que tienen. La opción de Zapatero es negar la crisis para no tener que actuar en coherencia, pero los datos son tozudos y si no reacciona a tiempo, el deterioro económico puede pasar por encima de su Gobierno de manera implacable. La imagen de ausencia y de incompetencia que está transmitiendo el Ejecutivo socialista -pese a los intentos de última hora de Rubalcaba por poner al fin orden en las carreteras con multas y detenciones de miembros de piquetes violentos- azuza los temores de los ciudadanos. Toda sociedad aspira en momentos de preocupación a contar con un liderazgo fiable, capaz de crear un contexto de buen gobierno en el que los sacrificios propios de toda crisis tengan un sentido. Pero Zapatero -y Solbes y Magdalena Álvarez y Corbacho y...- parecen estar a otra cosa. El Euribor está en máximos históricos. La inflación es la más alta de 1995. El paro puede descontrolarse aún más en los próximos meses, cuando la construcción cierre obras a la vuelta del verano. La economía crece a duras penas unas décimas y la caída de la confianza ciudadana no tiene freno. Zapatero actúa como si presidiera el Gobierno de un país imaginario.

http://www.abc.es/20080612/opinion-editorial/gobierno-superado_200806120253.html

No hay comentarios: