miércoles, marzo 05, 2008

Marcello, Todos a juego

miercoles 5 de marzo de 2008
Todos a juego

La única novedad que aporta la campaña electoral es la de homologar el nivel del debate político y periodístico en las cotas más bajas de la reciente historia de la democracia española. Como diría Camilo José Cela, políticos y publicistas van “a juego”, es decir, con el mismo ropaje de la mediocridad y del fanatismo de sus respectivos colores. Y buena prueba de ello la han dado la gran mayoría de los dirigentes del PSOE y del PP y de los medios de comunicación afines a las dos primeras formaciones políticas del país, así como sus fanáticos tertulianos y opinadores, incapaces de la menor reflexión, autocrítica o reconocimiento de los aciertos del contrario, y de los errores de su gente.
Los desoladores debates políticos, marcados por el diálogo de sordos, las mentiras descaradas y la ausencia de moderadores de prestigio que actúen como periodistas y no como simple cronometradores han dado ejemplo de vuelo rasante en el que se mueve la política española en tiempo de mucha incertidumbre política, económica e institucional sobre la que nadie se ha esforzado en aportar un poco de claridad y un proyecto que esté a la altura de las circunstancias que se avecinan, aquí incluidas las dificultades que se anuncian para la formación de un nuevo gobierno donde los nacionalistas van a tener, a pesar de una posible pérdida de presencia parlamentaria, un papel determinante.

Por mucho que se esfuerce Gabilondo, y pone en ello todo su empeño, el locutor de la Cuatro no alcanzará los niveles de despropósito del locutor de la COPE, Jiménez Losantos, que sin lugar a duda sigue siendo el campeón de España en el arte de insultar, aunque luego ante los tribunales escurre el bulto y la entereza para decir que sus habituales agresiones sólo son frases de un lenguaje “coloquial”. Gabilondo no usa sal gorda, pero tampoco le va a la zaga al de la COPE a la hora de descalificar, con una militancia tonta y ciega a favor del PSOE y de Zapatero, que merecería un inventario —en Youtube— de todas sus soflamas televisivas que, en cierta manera, demuestran el creciente deterioro informativo y empresarial del Grupo Prisa. La portada del diario El País sobre el segundo debate con el gran titular de “Zapatero tumbó a Rajoy” es más propia de un diario sensacionalista y enloquecido que de un rotativo que se vanagloria de ser el primero de España y diario “de influencia y referencia”. ¿Referencia de qué y de quién?

La verdad y el sosiego brillan por su ausencia. Y lo mismo ocurre en el otro bando de los medios escritos del PP, ABC, El Mundo y La Razón, que dan la victoria en los debates a Rajoy, como si no hubieran visto el desarrollo de los mismos, o como si hubieran confundido al líder del PP con Rambo. El propio Aznar, vestido de rosa, con la melena al viento, y haciendo sonar sus pulseras como el cascabel de una serpiente, reconoció que Rajoy “no entusiasma” a nadie, salvo a la prensa del PP, por lo que se lee.

Incluso los pretendidos líderes ocultos, o presuntos estadistas —que no lo son— del PSOE y del PP, González y Aznar, han dado, en esta campaña, la talla de lo que son y de lo que han sido, poniendo en una clara evidencia su respectiva amargura por sus fracasos finales y malas despedidas del PP. El uno llamando “imbécil” a Rajoy, y el otro afirmando que Zapatero está, en estos momentos, negociando con ETA.

Y si bajamos de ahí, y de los directores y grandes comunicadores de todos los medios audiovisuales (donde sin duda hay contadas excepciones) a los niveles inferiores, sean ministros del Gobierno —Mariano Bermejo con su amenazante “yo no olvido”—, o dirigentes del PP como el inefable y soez Gabino de Lorenzo, alcalde de Oviedo —un portento del disparate capaz de superar al Gabino Diego de las películas de Torrente—, o los tertulianos de la bronca habitual, se verá que los dirigentes, gobernantes y periodistas de partido están a ras del suelo y, en algunos casos, por debajo de ese nivel y a la altura del basurero.

Y lo peor del deprimente espectáculo es que todo apunta a que semejante situación, a corto plazo, no tiene remedio y todavía puede empeorar. Y no sólo en el campo de los grandes, porque en el ámbito del nacionalismo no hay nada que envidiar, basta ver los somatenes de bárbaros agresores que, por su cuenta o por encargo, han entrado en campaña electoral. O sea, que todos a juego y a continuar. En realidad todos viven de eso, los políticos de la política y los periodistas de su fanatismo particular. Quedan, es verdad, políticos de nivel en el ostracismo, gobernantes de excepción en ciertas localidades y algunas columnas, programas audiovisuales y pocos medios de comunicación independientes. Medios donde cualquiera puede ver lo que pasa y sacar sus propias conclusiones, pero son casos contados a los que no se deja participar en el circuito nacional.

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=05/03/2008&name=marcello

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