miercoles 5 de marzo de 2008
¿Hay política exterior?
Germán Yanke
Nadie creía que podría ocurrir, pero Mariano Rajoy se nos ha vuelto, al filo del segundo debate, seguidor de César Vallejo que, en un famoso poema, recomienda con ironía insistir en lo que nos critican, que es lo que realmente somos. Si hasta muchos de los más partidarios se mesaban los cabellos con la metáfora de la niña con la que cerró la primera discusión con el presidente Rodríguez Zapatero, el candidato popular volvió a ella en la segunda, aunque de modo un poco más recatado. Debe ser algo así como eso de si no quieres caldo, dos tazas, para demostrar que nadie le hace el discurso. Pero no deja de resultar llamativo que una ocurrencia tan criticada entre los dos debates, que debería haber sido apartada para entrar de lleno en asuntos que no merecían distracción, se repita por segunda vez.
Si la ausencia de la niña (por cierto, Vallejo escribió otro poema en el que se encuentra a una niña, aunque ya ha pasado el tiempo y se ha casado) habría tenido sentido, lo que no tiene justificación es que los líderes de los dos grandes partidos, los únicos que pueden ser presidente del Gobierno tras las elecciones del próximo domingo, hayan convertido en inexistente la política internacional. Y la europea, salvo breves referencias a que la inmigración debe ser una política común de la Unión. En el primer debate, además, se dijeron cosas sobre la globalización, que es otro de los grandes temas del presente, que sonaban a redacción colegial.
Ni cuando Rodríguez Zapatero puso arteramente sobre la mesa la guerra de Iraq (y Rajoy se enredó con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU) fueron capaces de debatir sobre el papel y el sentido de las misiones de paz internacionales en las que participa España. Claro que, en esto, se seguía la pobreza intelectual de la confrontación en la legislatura que acaba, en la que unos sólo han llegado a balbucir que las misiones son “legales” y nos las agradecen, y los otros a levantar la voz pidiendo que se reconozcan los riesgos.
Viejas cuestiones como la relación atlántica, asunto tan caro al PP en otros tiempos, pasaron a la inanidad. La política de seguridad, como si España fuera un país enfermo de autismo, parecen ser sólo el número de empleos públicos para las fuerzas de seguridad en el interior. La OTAN, nada. ¿E Iberoamérica? Lo mismo, incluso en una jornada en la que se vivieron tensiones importantísimas en aquel continente. Y así hasta el infinito.
Si el presidente del Gobierno quiso, según sus palabras al comienzo del mandato, volver los ojos a Europa, no sólo ha fracasado en lograr una real influencia de nuestro país en la Unión (como si se fuera sólo a Bruselas a mantener por algún tiempo los fondos), sino que tampoco hubo ni una sola propuesta seria en esta cuestión clave y que, para nosotros, ya no es un tema “exterior”. El líder de la oposición tampoco aprovechó el flanco ni nos hizo saber su modelo y sus puntos de vista.
No solamente es triste el empequeñecimiento de España a lo largo de estos años. Lo más grave es que, en el mundo interdependiente en el que vivimos, casi nada de lo mucho que los dos candidatos dicen que van a resolver se puede conseguir sin tener una visión geopolítica y estratégica del escenario internacional. Así que... a seguir remando, al menos hasta que la niña se case.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=05/03/2008&name=german
miércoles, marzo 05, 2008
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