martes 4 de marzo de 2008
Blázquez o Rouco
Vamos a ver cómo salen las elecciones de la Conferencia Episcopal que se celebran hoy, en plena agitación política y con muchas cosas en juego. Son, en el campo ideológico y espiritual de la derecha española, unas primarias en las que los conservadores y los liberales (dentro de un cierto orden, por supuesto) del episcopado español van a ser liderados, respectivamente, por el cardenal Rouco y el arzobispo Blázquez.
El cardenal en pos de un tercer mandato intermitente y el arzobispo para renovar su presidencia, y cabe esperar que esta vez para mandar y no para dejarse pisar la sotana por el trío integrista de la Conferencia en el que se integran los purpurados Rouco, García Gasco y Cañizares, promotores del último mitin político de la plaza Colón de Madrid, en el que se llegó a decir que la democracia y los Derechos Humanos estaban en peligro por culpa del Gobierno de Zapatero (como si en la Iglesia —monárquica absolutista y misógina— estuvieran en condiciones de dar cursos de democracia). Luego, todos juntos, hicieron público un comunicado pidiendo los votos católicos para el PP, que, por supuesto, es su partido.
No han querido los obispos trasladar sus elecciones a la semana posterior de los comicios generales españoles, por miedo, quizás, a que el resultado pudiera condicionar su propio proceso electoral. Sobre todo si el que gana es Zapatero, porque visto lo que les acaba de decir y advertir el líder de los socialistas a la Iglesia, señalando que les pondrá “los puntos sobre las íes”, tanto en Madrid como en Roma más de uno se tentaría la sotana a la hora de apoyar a Rouco porque, en caso de victoria de Zapatero, ello pondría en entredicho los “acuerdos específicos” que regulan las relaciones del Estado español con el Vaticano y la Iglesia española, asunto del que los obispos no quieren ni hablar, por la cuenta que les trae (virgencita, que me quede como estoy, dirán en sus plegarias), sobre todo en lo que a la financiación pública se refiere.
Por supuesto, cabe imaginar que al Papa Benedicto XVI le interesaría más la victoria del cardenal Rouco, que está más en línea con su pensamiento conservador, que la de Blázquez. Y, a buen seguro, les será más fácil un milagro a favor de Rouco que un milagro a favor de Rajoy, aunque para ellos el doblete sería lo ideal, por más que los sondeos señalan como más probable un empate de Blázquez y Rouco, que entre Zapatero y Rajoy.
De la misma manera que el sentido común señala que Blázquez sería, en todo caso, el mejor presidente de la Conferencia Episcopal a la hora de entenderse tanto con Zapatero como con Rajoy, mientras que Rouco sería un casus belli para el PSOE y puede que un dirigente incómodo para el PP, como ha quedado claro en los pasados meses con la presencia más que intempestiva del cardenal de Madrid, quien, lejos de favorecer posiciones del PP, las ha empeorado porque los ha empujado más a la derecha de lo que ya estaban, alejándolos del centro político. Algo similar ha ocurrido con la COPE episcopal, y con sus predicadores de la catástrofe que, como la Iglesia, no han aportado ningún voto de centro al PP —más bien espantado muchos— aunque se han dado el gustazo de jalear los peores instintos de los ultraconservadores y ultramontanos, dando alas a un Zapatero y un PSOE que, presos de sus muchos errores, tuvieron la oportunidad de distraer a sus votantes con los excesos de los obispos.
Naturalmente, el futuro de los predicadores violentos de la COPE también dependerá del resultado electoral de los obispos, que tras haber entrado en franca colisión con el Gobierno serán copartícipes del resultado de estas elecciones generales que, además de legislativas, tendrán una lectura de corte plebiscitario para ciertas cuestiones fundamentales, aquí incluida la relación de la Iglesia con el Estado, y con el Gobierno. Si gana Zapatero, el presidente le dirá a los obispos: el pueblo ha hablado, y ha aplaudido todas y cada una de las reformas sociales que les afectan de la pasada legislatura y también las que están por venir: los matrimonios gays, el divorcio exprés, la reforma de la ley del aborto con plazos, y la revisión de la financiación eclesiástica y puede que también del profesorado de enseñanza religiosa.
Vamos a ver hoy cómo mueve los hilos el Vaticano en estos comicios de la Conferencia Episcopal, cómo revolotea el Espíritu Santo, y qué presidente de los obispos españoles anunciará la fumata blanca que ahora está a punto de subir al cielo de Madrid.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=04/03/2008&name=marcello
martes, marzo 04, 2008
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