martes 4 de marzo de 2008
Gaza, sin salida
Alberto Míguez
Dos centenares de palestinos, entre ellos muchos niños y mujeres, han fallecido en los últimos días a causa de las reiteradas ofensivas de las fuerzas armadas israelíes que respondían así a los cohetes artesanales Kassan lanzados desde el enclave de Gaza contra territorios del Estado hebreo.
En Gaza sigue sin haber comunicación con el exterior, no hay transportes terrestres ni electricidad, ni agua, los hospitales funcionan difícilmente y cada vez que se produce una masacre, la gente sale a la calle clamando venganza.
Las milicias de Hamas, que hasta ahora dominaban el territorio, parecen haberse unido a ciertos grupos de a Yihad islámica procedentes de el Líbano.
Tanto el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como otros organismos internacionales, entre ellos la Liga Árabe y la Conferencia Islámica, han condenado los ataques israelíes para pedir a continuación a Hamas y a los otros grupos armados palestinos que se abstengan de hostigar a las poblaciones fronterizas israelíes. Los resultados de todas estas reluciones y peticiones han sido nulas y todo apunta a que esta nueva guerra entre palestinos e israelíes continuará.
No hay instrumentos diplomáticos o políticos capaces en estos momentos de convencer a la Autoridad Palestina —cuyo poder es escaso— para que apacigüe a Hamas, Al Fatah y la Jihad Islámica.
Si las cosas siguen así los especialistas ven muy difícil evitar una guerra abierta en la que obviamente los palestinos y, sobre todo, la población civil palestina llevaría las de perder.
Cuesta trabajo desde cualquier perspectiva que se contemplen las hostilidades pensar que no hay el suficiente sentido común por parte palestina e israelí (sobre todo palestina) para declarar una tregua o un alto el fuego, permitir que el enclave de Gaza sea abastecido y los países supuestamente amigos (Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y España) no puedan hacer nada para frenar esta masacre. Supuestamente, debería ser Estados Unidos —cuya secretaria de Estado suele visitar con cierta facilidad la región— quien convenciese a sus principales amigos y aliados israelíes para que cesaran en responder con tanta ferocidad a los cohetes de Hamas, aunque debe reconocérsele que por parte de la opinión pública israelí una decisión de estas características produciría una reacción civil pésima.
Si por azar los actuales enfrentamientos en la frontera con Gaza cesaran y el ejército israelí dejara de bombardear, las posibilidades de la siempre frustrada esperanza de conversaciones bilaterales para lograr la paz abrirían en la región una nueva etapa.
Tal como están las cosas sin embargo ahora, esa posibilidad resulta simple y llanamente imposible. Dos no discuten si los dos no quieren dice el refranero español. Y eso exactamente es lo que está sucediendo en la frontera entre Gaza e Israel. Ambas partes quieren seguir a la greña.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=04/03/2008&name=miguez
martes, marzo 04, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario