jueves, marzo 06, 2008

Felix Arbolí, Dudas y consideraciones ante el voto

jueves 6 de marzo de 2008
Dudas y consideraciones ante el voto

Félix Arbolí

D ECÍA Mazzini, el político y filósofo italiano que contribuyó al proceso de unificación de Italia, que “las promesas son olvidadas por los príncipes, nunca por el pueblo”. Creo que la pérdida de memoria es un defecto muy extendido tanto entre gobernantes y políticos, como en el mismo pueblo, ya que una y otra vez acude a sus mítines, aplaude sus proclamas y cree en sus promesas hasta el extremo de volver a votar al que le ha estado engañándole impunemente. Este tipo de masoquismo es un defecto muy extendido entre el electorado español. En aquellos tiempos, finales del siglo XIX, Europa estaba gobernada mayormente por monarquías e Italia no figuraba como una sola nación, sino que estaba constituida por una serie de principados independientes y beligerantes en muchas ocasiones entre si. Hoy la Monarquía aunque sigue vigente en muchos países del viejo Continente, incluso en aquellos que parecía haber desaparecido para siempre, ha perdido muchas de sus prerrogativas y privilegios. Incluso el de gobernar, que ha pasado al líder del partido más votado o al del que no siendo el más favorecido consigue gobernar a base de extraños apaños con esas minorías que cambian sus escasos votos por una parcela de poder, que no guarda relación al número de escaños conseguidos.

En la actualidad a los monarcas les asignan el cargo honorífico de reinar sin voz ni voto. Su firma refrenda lo que otros han decidido. Le atribuyen el papel de árbitro de la situación, cuando le dejan, y el de custodio de una Constitución guardada entre sedas y protegida en una vitrina, con más viso de documento histórico que de normativa legal, a la que sólo se acude cuando al político o jurista le conviene. ¿Cuántos artículos de esa llamada “Carta Magna” se incumplen a diario por los políticos y ciudadanos?. Al Rey corresponde también la función de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, aunque ignoro qué han querido interpretar con este nombramiento, si en realidad a sus mandos, misiones, nombramientos y demás asuntos, los maneja y mueve el jefe del Gobierno a través de su ministro de Defensa. ¿Quién es realmente el Comandante en Jefe?.

La frase del político genovés cobra enorme vigencia en el periodo electoral que estamos viviendo con las consabidas y mutuas descalificaciones y promesas engañosas acostumbradas. La parafernalia que han montado es una prolongación del pasado Carnaval, donde no faltan los coros y comparsas entonando consignas torciteras y manifiestos insólitos. Tampoco falta la mascarada de ese dedo sobre la ceja que han ideado, con más apariencia de jugada de mus que de identificación partidista. Claro que eso va en gustos y concepto del ridículo. Al final de esta farsa teatral, (y nunca mejor empleado este símil), se podrá saber si por fin hemos enterrado a la sardina o es el boquerón el que queda bajo tierra. La realidad nos dice que la mayoría de las veces no gana el mejor, sino el más favorecido en su aspecto físico. .

Tenemos una derecha que no se decide a dar el do de pecho. Toda su reacción queda reducida a un rechinar de dientes casi bíblicos y el derecho al pataleo cuando ya no hay remedio para enmendar fallos y cobardías. Se empeñan en aferrarse al trío de sotas, sin preocuparse en cambiarlo por un trío de ases o de damas que siempre serán mejores y más seguros cuando el juego se descubra. Renovarse o morir. Tenemos unos políticos a la diestra más preocupados en guardar las apariencias ante su electorado y conservar sus puestos que en utilizar la savia nueva de su partido y todos los medios disponibles y necesarios al objeto de incrementar los votos favorables y superar ese techo electoral en el que parecen hallarse estancados. Confían con exceso en esas amistades influyentes y financieras que creen sinceras y son más falsas que la moneda de la famosa copla, porque no tienen ideología propia, sino que van al sol que más calienta, venga del norte o del sur. Hoy te sonríen, abrazan y bendicen y mañana descuelgan el teléfono para evitar tu llamada. Si caes en desgracia no te acompañará ni tu propia sombra.

Los de la gaviota han dejado alejarse hasta perderse en lontananza los grandes acorazados de su flota y se han empeñado en continuar navegando en unos buques obsoletos y faltos de artillería, con escaso calado y una tripulación no muy experta en el oficio de marinear. Eso sí, con buenos deseos y hermosas ambiciones. Cualquier tempestad capaz de originar una marejada los mandaría a pique, (que no a Piqué, como sería lo aconsejable). Han perdido importantes bazas sin hacer nada para evitarlo, con la sonrisa de la inconsciencia a flor de labios. La izquierda más cuca en estas cuestiones en lugar de desechar, echa manos de sus antiguos portaviones (González y Guerra) y ofrece una exquisita golosina a otra de sus figuras carismáticas, Bono, para que regrese al redil y se una al coro de los “cantores de Ferraz”. ¡Cuando aprenderán a tener picardía y ser más sagaces los del “PP”!. .

No tengo nada contra el señor Pizarro, ni conozco sus aptitudes políticas y electorales. Lo hago constar. Más aún le creo un hombre preparado y capacitado plenamente, pero tiene el inconveniente de que es un completo desconocido para el pueblo sencillo y llano que emite el voto. Han caído en el mismo error que cayó el PSOE al proponer para Alcalde a un hombre ignorado popularmente, aunque tuviera sobresaliente “cum laudem” en toda su carrera, frente a un peso pesado como Ruiz Gallardón y en este caso los del PP frente a Solbes. Es la dichosa manía “pepeísta” de no mover piezas, ni airear fichas de reserva, que las tiene y muy buenas en todos los terrenos, para conseguir un juego más positivo y de mejores resultados.

Es un error incomprensible e imperdonable que en un partido donde hay tanto talento, ingenio, galanura y preparación política y profesional, como para entusiasmar y levantar a España, solo figuren los mismos mosqueteros como únicos e incuestionables líderes. Así no podrán ofrecer las nuevas y adecuadas perspectivas capaces de incrementar el número de votantes, aunque cuenten con la inestimable ayuda de un gobierno que no ha dejado muy buen recuerdo entre los ciudadanos en muchísimos aspectos. . Es un clamor y un reproche que se le viene haciendo al PP desde hace tiempo. ¿No hay nadie en ese partido capaz de echarle un vistazo a los miembros que componen los puestos secundarios o se hallan ausentes o excedentes, para lanzarlos al ruedo de la política y asegurar un triunfo que podría ser memorable?. Sí, ya me doy cuenta que ha pasado el tiempo de las decisiones. Ahora es demasiado tarde para enmendar errores y buscar soluciones. .

Conste que no me gustan los cuadros del PSOE. Éstos deben cambiar de técnica y programa si quieren inspirar confianza entre los votantes no fanatizados. Los llamados indecisos que unos y otros han de procurar movilizar para conseguir su voto e impedir que lo hagan en blanco o se abstengan. Ya están demasiado vistos Pepiño, Caldera, Bermejo, Rubalcaba, Alonso, Moratinos y demás compañeros mártires, que no vírgenes, sin olvidar por supuesto nuestra super elegante Vicepresidenta y sus cambios constantes de vestuario. A mi lo que más me sorprende de ella, aparte de no poder cogerla repitiendo uno de sus modelitos, es su manera de proclamar solemne y sentenciosa las consignas de su partido, como si intentara dogmatizar y hablar “ex cátedra”, como el mismo Papa. Véanla en sus ruedas de prensa y comprueben su expresión tajante, grave y enfática cuando hace la reseña de lo tratado en el Consejo de Ministros y adusta, severa y amenazadora cuando trata de demonizar al “PP”. Es el Alfonso Guerra de Zapatero, aunque me hacía más gracia y tenía más ingenio el primero, a pesar de que no fueran rosas y requiebros lo que lanzara a sus enemigos. Pero se le notaba la agudeza y la chispa sevillana. Algo con lo que se nace y se muere.

Lo que no comprendo es ese afán de prometer un paraíso en sus proclamas electorales, con una seriedad y certeza que hasta se engaña a sí mismos y que los electores se lo crean. Hemos visto a Zapatero prometer y afirmar muy serio obras y mejoras para el año 2020, como si su permanencia en el cargo fuera permanente. ¿Otro Chaves venezolano que piensa eternizarse en la presidencia?. ¿Cómo se puede hablar ante toda la nación de realizaciones y empeños para dentro de doce años si su nuevo mandato, caso de ganar, solo duraría cuatro?. ¿Es que nos tacha de idiotas o se considera predestinado a una presidencia permanente?. No se puede opinar de otra forma tras oír su proclama y sus promesas. Ninguno de los mensajes, opiniones y comentaristas vistos y oídos en los posteriores debates tuvo la ocurrencia de preguntar ¿ por qué no había realizado todos esos prodigios que prometió en los cuatro años que lleva gobernando?. ¿Quién se lo impidió si ha contado con una Cámara que le ha brindado la mayoría en sus decisiones por la fidelidad de sus diputados y el concurso de esas minorías que han sacado suculentas tajadas utilizando sus escasos votos obtenidos?. Es increíble que partidos que no debían figurar ante la escasez de apoyo popular sean los árbitros y mentores de nuestra política nacional.
Tampoco se mencionaron temas como el aborto, un auténtico crimen encubierto y protegido; el aumento de la criminalidad entre los menores sin exponer las medidas adecuadas para aminorarla; la disparatada y obligatoria asignatura de la “Educación de la ciudadanía”, un engendro literario que aún no acierto a comprender lo usen como modelo educativo para nuestros hijos y nietos a pesar de la objeción de los padres y educadores, que deben ser los únicos responsables y tutores de su educación y conducta, siempre que no incurran en algo que pueda perjudicarles. ¿Es que estamos en la antigua Rusia comunista para que sea el Estado el que tutele a la ciudadanía y se encargue de adoctrinar a la infancia, sin derecho a réplica?. Nada de eso se habló en el debate, ni se menciona debidamente en los mítines y proclamas. Unas bazas importantes que a Rajoy y su partido no se les ha ocurrido exponer y criticar.

Estamos en vísperas de unas elecciones muy importantes para nuestro futuro y mucho más para el de España, que debe ser nuestra máxima preocupación a la hora de votar. Tal como están las cosas, solo pueden votarse ideologías, olvidando los hombres que han de interpretarlas. Es la única opción que nos brindan y hemos de aceptar a la hora de entregar nuestras papeletas. Lo ideal sería que las votaciones se realizaran eligiendo a la persona que más confianza nos inspirara, independientemente del partido al que perteneciera. Al que verdaderamente queramos aunque su nombre figure en décimo lugar de una lista. Esto nos evitaría constantes decepciones a la hora de conocer los resultados y responsabilizaría y espabilaría a los aspirantes, ya que no contarían con la fuerza de su partido, sino con sus propios méritos.

Ignoro qué ocurrirá. el “ 9-M”. Si nos fiamos de las encuestas, no nos debe servir para nada ir a votar, ni que los políticos se desgañiten y gasten un dineral en campañas cuyos resultados se conocen de antemano. Sería como apostar en un combate de boxeo que sabemos por anticipado quién será el ganador. No me creo que se pueda conocer el sentido del voto de treinta millones de españoles, o el número que sea, interrogando a mil quinientos o incluso a diez mil ciudadanos, si es que llegan a preguntar a tantos y todos ellos, milagros de la vida, revelan su intención de voto que es secreto y personal. Me consultaron por teléfono y con amabilidad le respondí que ese era un asunto confidencial y no tenía el menor interés en revelarlo. Pero incluso suponiendo que se llegasen a consultar a esos diez mil en un esfuerzo titánico que duraría meses y no los días que emplean ellos, y que consiguieran que todos ellos rompieran su secreto, tampoco me convencerían que esos mil quinientos, diez mil o veinte mil, serían suficientes para garantizar y confirmar el resultado en toda España. Hay muchos factores religiosos, sociales, económicos, residenciales, profesionales, de edades, localidades, etc que influirían en la respuesta y es casi imposible que se tengan en cuenta en las proporciones adecuadas, a pesar de los parámetros, funciones experimentales, logaritmos naturales y de base y medios de muestreo utilizados. La estadística pertenece a las matemáticas y éstas son consideradas una ciencia exacta, pero no me inspira la misma consideración el hombre que las interpreta, maneja y descifra. ¡Hay mucho que hablar del bacalao!

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4486

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