domingo, diciembre 03, 2006

Jose Ramon Onega, En tiempos de videos y pornos

POR JOSÉ RAMÓN ÓNEGA
villa y corte
En tiempo de vídeos y pornos
El vídeo ha pasado a ser el arma política más destructiva, más que las armas de Sadam ­Hussein que nunca aparecieron. Los políticos han descubierto un filón y, como los romanos, explotan la mina hasta el final.
Primero fue el vídeo del doberman socialista, después vino el sutil de Convergéncia i Unió, luego el equivocado de Astarloa, del PP, sobre seguridad en Colombia, y ahora el de José Blanco sobre las relaciones del Gobierno de Aznar con ETA y la tregua de 1998.
Curiosamente, estas producciones fílmicas coinciden con crisis solapadas y catástrofes de anticipo. Casi todos los políticos tienen vocación de actores y muchos lo son. Así que filmar argumentos insólitos y escenas de intención es lo normal. Se gastan un pastón en producirlos y no se sabe a quiénes llegan en realidad.
Nunca he logrado ver ninguna de estas creaciones inteligentes ni siquiera las que vomitaba el abogado Rodríguez Menéndez con intención mafiosa de hundir a Pedro J.
Parece que este vídeo del PSOE va ya por 300.000 inter­nautas que lo han degustado. Responde, dicen, al eco de la manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo curándose en salud ante el previsible fracaso del proceso de paz.
Los vídeos son para difundir lo mismo que las bicicletas son para el verano. Pepe Blanco anunció que el equipo de comunicación del partido producirá periódicamente otros sobre temas de actualidad. ¿Para qué? Para difundirlos por internet a través de la televisión del PSOE.

Así que la guerra acaba de empezar, o continúa, esta vez en las redes cibernéticas. Siempre dije que el PSOE lleva la delantera al PP en el uso de las nuevas tecnologías. Se lo tengo dicho a altos jefes populares y no me han hecho caso; se lo anuncié a los pocos amigos que me quedan en la política y miraron para otro lado como si les hablase en chino mandarín.
El PP va retrasado en la tecnología aplicada. Poco o nada aprendieron de la movida del 11-M cuando los socialistas pusieron en marcha un sistema de comunicación inédito en nuestro país: el mensaje pásalo que copiaron del pónselo.
Como actores que son, los políticos practican lo que decía Marlon Brando: "Un actor es una persona que no te escucha a menos que estés hablando de él".
Hoy tenemos a dos gallegos en el poder y en la resistencia, José Blanco y Mariano Rajoy. Blanco ha salido astuto, perspicaz y guerrero. Ve los toros desde la barrera y sale al quite cuando el Gobierno está en peligro. Rajoy es un estadista, que desayuna todos los días tortilla jurídica y jurisprudencia opositora.
Aunque ambos parezcan ­lunnis yéndose a la cama, es Blanco el que se columpia en la provocación, el que destila réplicas a dosis intensas. Blanco es capaz de convocar un casting para los ayuntamientos con problemas de listas electorales y seleccionar una sueca para el spot. Lo dijo Humphrey Bogart: "No eres una estrella hasta que no saben escribir tu nombre en Karachi". O sea, que Pepe Blanco piensa exhibir el vídeo de Aznar no sólo en Karachi, sino en Palas de Rei, donde es más difícil ser profeta.
Al PSOE le ha dolido la marcha de las víctimas del terrorismo. Siempre he dicho que la izquierda no se resigna a compartir la calle porque cree, como Fraga, que es suya. Y más cuando ve que ese tipo, con gafas de miope, llamado Francisco José Alcaraz, ceceante y menudo, un desconocido, emplaza al Gobierno con descaro y saca a la calle lluviosa y desapacible de un sábado, a miles de españoles con pancartas y banderas.

Y es la quinta vez, que tiene mérito. Encima lee las grabaciones de jerarcas del PSOE y se lo cuenta a la masa que le sigue. ¿Qué pasa aquí? ¿Pierde poder la izquierda? ¿Es la derecha quien detenta ahora el tarro de las esencias heroicas? Algo está cambiando y por eso Pepe Blanco ha convocado a sociólogos, comunicadores, informáticos y otras gentes de escrutinio y sondeo, para montar los vídeos.
Se equivocan en una cosa: en contar los manifestantes. Sale Alfredo Prada, uno de los que le sirven el té a la presidenta Esperanza Aguirre, y dice que en la mani estuvieron un millón y trescientas mil almas con sus cuerpos. Pero va la Delegación del Gobierno y lo pone en unas cien mil y algo. Alguien está ciego o borracho.
Algunos se ponen a respirar y les salen manifestantes, a otros, política aritmética o aritmética política que no es lo mismo. Como en el cine. "Intentar esconder los atributos de Kim Novak es como intentar esconder un elefante en una cabina de teléfonos", filosofó Joshua Logan, que la dirigió en la película Picnic, lo cual traducido a la política de vídeos y reproches, quiere decir que las banderas y paraguas pudieron ser cien mil, pero las manos que los llevaban se veían en la tele.

Por lo demás, esta y otras romerías desembocan en el abismo. Siguen saliendo a los juzgados, ahora en Baleares, los ladrillos delincuentes y los urbanizadores surfistas que son los únicos que no tienen política de partido. La tienen de la recalificación que es su democracia y por las noches cuentan los sacos de cemento como si fuesen votos.
Quien pierde es el personal comprador de viviendas que sospecha que sus ladrillos y tejas, además de la firma del promotor, en algún caso, llevan la grúa de los partidos.
En fin, que la crisis de la política representativa, que tuvo su eclosión en Cataluña, pasa ahora por los vídeos. Los estudiantes de periodismo audiovisual tienen un gran porvenir.
Vomitó el batasuno Arnaldo Otegi que con este vídeo del PSOE el Gobierno se jacta públicamente de haber hecho mucho menos en los contactos con ETA que el PP. El proceso de paz pasa por horas bajas, por no decir que está invernando.
La detención de Zigor Garro, dirigente del aparato logístico de la banda, y de dos de sus colaboradores, acusados de robar las 350 armas y munición en la armería de Nimes, parece un serio aviso a los etarras. La incógnita, no obstante, es saber si el Gobierno autorizará las listas electorales de la izquierda aberzale para las municipales de mayo.
Además, hay otro código a descifrar: el PSOE no desea pactar con el PP porque no quiere compartir con nadie el éxito de la lucha contra el terrorismo. Y el PP, que lo sabe, se entretiene en tirarle golpes al hígado a ver si afloja la presa.

El próximo vídeo será una película porno, pues otra vocación de los políticos es desnudarse. Lo hizo Albert Rivera, de Ciutatans de Catalunya, pues si el guión lo exige, se quedarán en pelotas.
Como Esperanza Aguirre, que acaba de presentar el libro de su vida y milagros, escrito por Virginia Drake, en el que saca las mantecas a sus colegas de partido y, entre ellos, al alcalde Alberto Ruiz-Gallardón. Me dicen que Mariano Rajoy estuvo sembrado en el acto de presentación, recuperando la frase del conde de Romanones, "Joder, qué tropa".
Tropa, sí, y si lo dice Rajoy que sabe de la fiesta, nada que añadir. Empiezan por un vídeo, siguen por un libro y acaban con un cameo porno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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