viernes 1 de diciembre de 2006
El vídeo
F. L. CHIVITE f.l.chivite
Somos ciudadanos? Supongo que sí. Aunque también creo que eso hay que demostrarlo. Una y otra vez. De lo que no hay duda es de que somos 'público'. Espectadores. Los que hoy rondamos los cincuenta años, la llamada generación del poder, nacimos con la televisión. Para nosotros, sentarnos ante la pantalla no es una mera costumbre. Es algo más. Yo diría que no es algo que hacemos, sino algo que somos: entes televidentes. Los políticos lo saben hace tiempo. Y saben que para conseguir triunfar en su profesión (aunque habría que discutir si la política debería ser considerada una profesión) tienen que aprender a actuar ante las cámaras. A conseguir transmitir una imagen que suscite confianza y resulte verosímil. O sea, que se parezca a la verdad. Aunque no lo sea. Porque la verdad, en política y en cualquier ámbito de la vida, es algo esquivo. Algo que todo el mundo cree conocer muy bien pero que casi nadie acierta a definir con claridad cuando hace más falta. De ahí que todo político se da cuenta enseguida, por muy angélico que haya sido en sus años juveniles, que si quiere llegar a algo tendrá que saber representar en cada ocasión el papel que le digan. Transigir, contemporizar, fingir, impostar, desdecirse y callar son funciones del político. Y omitir. Y olvidar, si es preciso. Distintas maneras de ejercer con sutileza el elevado arte de la mentira, la ficción, las exigencias del guión, llámenlo como quieran. He visto el vídeo que ha sacado el PSOE, 'La otra tregua'. Cualquiera puede verlo. Dura 18 minutos y 30 segundos. Se muestran unas cuantas declaraciones de Aznar (y de algún otro miembro de su Gobierno), en las que aparecen repetidas, en distintos momentos, las palabras esperanza, perdón, generosidad y diálogo. El PP cometió una pifia doble lanzando el vídeo de la inseguridad ciudadana. No sólo dio una imagen cutre al servirse de escenas que no se correspondían con lo que pretendía denunciar, sino que le ha puesto en bandeja al PSOE la oportunidad de una réplica que no ha desaprovechado. Con cierta ironía, Zapatero alardeaba de que las imágenes de su vídeo no son falsas. Y no hace falta que lo jure. Sin embargo, lo realmente sarcástico al final es que pone en evidencia una cosa: que si el PP se aparta ahora de la generosidad, el diálogo y todo lo demás, es porque considera que no le conviene que el fin de la violencia se logre durante un mandato socialista. No puede ser por otra cosa que por eso. Además, ha iniciado una nueva manera de disputa política, la guerra de vídeos, y me da la impresión de que no le favorece. En cualquier caso, será algo con lo que habrá que contar a partir de ahora.
viernes, diciembre 01, 2006
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