Rubalcaba, víctima de su demagogia

17-II-2009
Rubalcaba, víctima de su demagogia
EDITORIAL
La verdadera "rectificación" en el Gobierno es la que ha pasado de pedir de forma frívola "papeles para todos", a la que ahora casi reclama la detención de todos los que no los tengan. Un cambio en el que la hipocresía sigue primando sobre la eficacia.

La polémica desatada por una orden interna distribuida en la Comisaría de Villa de Vallecas, en la que se trasladaba las instrucciones de la Jefatura Superior de Policía de Madrid para detener un cupo semanal de inmigrantes ilegales en función de la población de cada distrito, ha obligado al Ministerio del Interior a dictar este lunes una nueva instrucción, a través de la Dirección General de Policía y Guardia Civil, por la que se excluye de los "objetivos numéricos" las infracciones a la Ley de Extranjería.

Lo cierto es que en todo este asunto el Ministerio de Interior ha sido victima de una demagogia de la que el Gobierno de Zapatero ha sido uno de sus principales responsables: una demagogia que lanzaba a los abismos del "fascismo" a cualquier propuesta para luchar contra la inmigración ilegal o que censuraba como "políticamente incorrecta" la referencia a cualquier estadística que señalara el alto índice de delitos entre la población inmigrante irregular; una demagogia que, al tiempo, reivindicaba irresponsablemente el "papeles para todos", tal y como sucedió en la regulación masiva de inmigrantes, en tiempos de Caldera; una demagogia que se salda con un volumen absolutamente inasimilable de inmigrantes, y con la incesante e inmensa tragedia que supone la muerte de muchos ellos, tal y como acaba de ocurrir con 21 personas frente a las costas de Lanzarote.

Sin embargo, y por mucho que esto lleve ahora a muchos a rasgarse la vestiduras, el establecimiento de objetivos –incluidos los cupos numéricos– en la lucha contra el delito –y la residencia ilegal lo es en forma de infracción– forma parte de la organización y operatividad de cualquier actuación policial, dentro y fuera de nuestras fronteras; más aun cuando los propios sindicatos policiales, que ahora tanto se quejan de la aplicación de criterios de productividad, reconocen que el 85 por ciento de los irregulares que ingresan en los Centros de Internamiento de Extranjeros tienen antecedentes penales o policiales que sobrepasan el hecho de no tener 'papeles'.

Cosa bien distinta, sin embargo, es que en aras de dar prioridad a la detención de los inmigrantes irregulares se descuide la persecución de delitos mucho más graves que la mera infracción que supone no tener en regla la documentación. O que en aras de la misma se incumplan comportamientos exigidos a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para garantizar los derechos de las personas detenidas y bajo custodia policial, sean o no inmigrantes.

Sin embargo, esto es una cuestión completamente ajena a la de los "objetivos numéricos" que, como sigue reconociendo la nota "rectificativa" de Interior, "han demostrado reiteradamente su validez para mejorar la eficacia de la actuación policial y elevar los niveles de seguridad ciudadana". De hecho, como también insiste la nueva orden de Interior, "estos objetivos numéricos se establecerán, como se viene haciendo hasta ahora, con el fin de llevar a cabo los objetivos estratégicos fijados en los planes operativos y siempre en función de los criterios delincuenciales y poblacionales; y se aplicarán específicamente en el ámbito de las infracciones penales".

Aunque esto lleve a excluir de los "objetivos numéricos" y de su "reiterada validez y eficacia" a la lucha contra las infracciones consistentes únicamente en no tener en regla la documentación, la verdadera "rectificación" que se ha dado en el Gobierno es la que ha pasado de pedir de forma frívola "papeles para todos", a la que ahora casi reclama la detención de todos los que no los tengan. Un cambio en el que la hipocresía sigue primando sobre la eficacia.

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