jueves 12 de febrero de 2009
Actualidad movidita
Miguel Martínez
D ESDE luego que de la misma manera que está mal repartido el mundo, están mal repartidas las noticias, que hay semanas en las que uno no sabe de qué escribir mientras que en otras, como la presente, lo verdaderamente complicado es elegir un tema con el que darles a mis queridos reincidentes mi habitual tabarra semanal.
Me apetecía hablarles de Botín. Quién lo ha visto y quién lo ve, ahora -respondiendo a la premura con la que el gobierno acucia a los bancos a aflojar la mosca- va y larga que no se sueltan la melena dando créditos porque éstos hay que darlos con responsabilidad. ¡Olé sus narices! Y fue uno de sus empleados el que hace unos añitos, a la hora de solicitar la hipoteca un servidor, insistía en colocarme una hipoteca con “cinco millones más, y así te compras, además de la casa, un BMW y lo devuelves todo junto a interés hipotecario, que yo te lo arreglo con el tasador”. Parece ser que Botín olvida que no sólo en EEUU se han hartado de vender subprimes, y que si los bancos hubiesen sido la mitad de responsables de lo que ahora presumen ser, otro gallo nos cantaría. Por suerte nunca me han gustado excesivamente los BMW por aquello de la tracción trasera, pero manda trillos que se acuerde ahora don Botín de la responsabilidad.
Pasa uno página en el periódico y se encuentra con que ya son 37 imputados por corrupción, y a la Cospedal poniendo el grito en el cielo porque, según ella, huele a maniobra en la que Gobierno, jueces, policías y ministerio fiscal se han conjurado para perjudicar al PP. Cospedal, hija… pero si en este país tres no se ponen de acuerdo ni para tomar un café (yo cortado corto de café con la leche caliente, yo descafeinado de sobre, yo sólo, corto y con sacarina) a ver cómo narices se pone de acuerdo tanta gente sólo para amargaros al PP la vida. ¿No será que cuando el río suena agua lleva? Además, últimamente el PP no necesita a nadie que le amargue nada. Lo hacen estupendamente ellos solitos. Y encima se espían mientras se amargan. Si James Bond –el de verdad, no el moñas de ahora- levantara la cabeza…
La culpa la tienen los que se empeñaron en enseñar la Educación para la Ciudadanía en Inglés; luego así les pasa que todas las empresas pringadas se inscriben en el registro con nombres en el idioma de Lord Byron: Orange Market, Special Events, Down Town Consulting, Easy Concept. Todas ellas empresas españolas, pero con nombres fashion, que trincar en inglés debe dar como más clase.
Tengo aquí al lado, una reproducción de un documento de la Comunidad de Madrid, en el que se lista la facturación a la empresa Down Town SL y, curiosamente, un mismo acto, pagado de la misma partida presupuestaria, se desglosa en 15 facturas distintas, dos de ellas por la cantidad de 12.000 euros clavaos, otras por 11.999, otras por 11.998, otras por 11.954. Facturas de los mismos días, con conceptos similares que, curiosamente, ninguna de ella sobrepasa los 12.000 euros. ¿Casualidad? ¿Amañaron esas cifras el juez y el ministro en su cacería? Ahora les copio tal cual, porque viene que ni al pelo, parte de un artículo que dediqué a Zaplana y a sus millonarias adquisiciones de turrón: “si la factura hubiese superado el montante los 12.000 euros, la tramitación hubiese tenido que llevarse a cabo, conforme a la ley, mediante consulta a varias empresas o incluso mediante concurso público con mayores controles y trámites, y no a dedo y expeliendo la operación un tufillo a fraude de ley, a causa del fraccionamiento indebido del objeto del contrato, que tira de espaldas.” Dios los cría y ellos se juntan.
Lo mismo que otras dos ceremonias encargadas por el Ayuntamiento de Las Rozas, divididas en diez facturas diferentes. De eso también tendrán la culpa los fiscales como dice Arenas, de eso, y de ciertas facturas no justificadas ante la Cámara de Cuentas de Andalucía de otra empresa con nombre nada castizo, RialGreen, que, curiosamente, trabajó también para el PP andaluz en la campaña de 2004 y que, mira por dónde, está también relacionada con Special Events. Dios los cría again .
Alguien debiera recordarles a Cospedal y a Arenas, más que nada para que no se sorprendan tanto y se ahorren tanto sulfuro, aquellas declaraciones que le cazaron a Zaplana diciendo lo de: “Yo estoy en política para ganar pasta”. La lástima es que, visto lo visto, no es el único. La suerte es que los bancos son tan responsables a la hora de conceder créditos que ahora sólo están dispuestos a dárselos a quien no los necesite. A Zaplana, por ejemplo. Así la crisis tiene los días contados.
http://www.miguelmartinezp.blogspot.com/
jueves, febrero 12, 2009
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