Calahorra y Guasintón
TOMÁS CUESTA
Miércoles, 19-11-08
UNA de dos: o el inefable José Blanco padece mal de altura y eso de las cumbres le deja turulato o combate el estrés pegándole al morapio. Lo de pegarle al morapio es un decir, naturalmente, y así se hace constar -en negro sobre Blanco- no vaya a suceder que nos vendimien por usar y abusar de las imágenes. El dicho viene a cuento de que, antaño, cuando los mozos de los pueblos le daban al morapio, no al cubata, nunca faltaba alguno que estuviera dispuesto a perpetrar un cante y descuajaringar la aurora de un cantazo. «Calahorra no es Calahorra, que parece Guasintón, tiene obispo y to la pesca, casa putas y un frontón». (La trascripción es fiel, aunque no exacta. Tampoco es cosa de ir pisando callos). De ordinario, las jotas nocherniegas, además de rijosas, son, claro está, ordinarias. Pero destilan una suerte de barroquismo asilvestrado que, áspero en la forma, en el fondo es apenas un cándido desplante. La que de forma tan explícita pregona el atractivo de la muy noble villa calagurritana, se reviste, además, de un cosmopolitismo inusual en el ensimismado acervo del folclore patrio.
Para tender un puente de Calahorra a Guasintón, con semejante desahogo y desparpajo, es preciso actuar bajo el influjo del morapio. Que era de eso, por cierto, de lo que estábamos hablando antes de trabucar los jetas con las jotas y confundir la magnesia y la gimnasia. Estábamos, pues, en que la peculiar lectura que ha hecho el señor Blanco del «consenso de Washington» sólo se explica en el contexto de una vertiginosa curda de entusiasmo. ¡Quita allá, que me tiznas!, le dijo la sartén al cazo. Al cabo, hay que aceptar que si él perdió el oremus tomando por imbéciles a los ciudadanos, nosotros hemos perdido el hilo en la nube de polvo que envuelve al personaje. ¡Qué le vamos a hacer! De perdidos al río, es menester mojarse. El río que nos lleva -que es el que atesora el caudaloso fluir del castellano- guarda memoria aún de cómo, en Roncesvalles, con la grande polvareda perdimos a don Beltrane (o a don Beltrán, lo que gusten y lo que mejor les cuadre). El romance dio pie a una constelación de variantes e incluso don Francisco de Quevedo, que fue un espadachín de talla, echó sobre el particular su cuarto a espadas. «Con la grande polvareda / perdimos a don Beltrán, / y porque paró en Galicia / se teme que paró en mal». Blanco y en botella, vamos. ¡Menuda leche en polvo gastaba el estevado!
Según el vicesecretario general del partido gobernante, la doctrina del Concilio Económico-Ecuménico que los países del G-20 (o el Je Je Veintitantos) han celebrado con pompa y circunstancia, se puede sustanciar en el plomizo latiguillo que expresa una fijación constante y consonante: «Menos mercado y más Estado». A nadie se le escapa que la interpretación «sui generis» del señor José Blanco se da de bofetadas con el comunicado que recoge las cogitaciones -vacuas- y el espíritu -feble- de los participantes. A no ser que fuera un documento lo que Pepiño resumió con tanto garbo, el documento en cuestión refleja lo contrario. «Menos Estado y más mercado», el orden de los factores adultera el producto además de alterarlo. Y alterados deben estar quienes fiaban en que Rodríguez Zapatero iba asistir al parto montaraz en calidad de comadrona de la socialdemocracia. «Ridiculus mus», ya saben. ¿Recurrió el señor Blanco a una mentira piadosa para aplacar los nervios de los que, con razón, se consideran estafados? ¿Se perdió en el camino de Calahorra a Guasintón y un instinto atávico le empujó a dar el cante y a arrojar el cantazo?
Si un jeta notorio tiene el cuerpo de jota en lugar de tenerlo, que es lo habitual, o de muñeira o de sardana, ninguna posibilidad es desdeñable. Calahorra y Guasintón, al fin y al cabo, son prácticamente un calco. Salvo por el morapio, que en Calahorra es riojano, y el frontón, por supuesto, ¿hay frontones en Washington? Habrá que preguntárselo a don Pepiño White. O a «mister» Joseph Blanco.
http://www.abc.es/20081119/opinion-firmas/calahorra-guasinton-20081119.html
martes, noviembre 18, 2008
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