viernes 7 de noviembre de 2008
Zapatero, en el furgón de Europa
Pablo Sebastián
Este viernes se inicia en Bruselas la cumbre europea para la preparación de la gran convocatoria del próximo día 15 en Washington, para sentar bases y principios de una profunda reforma del Sistema Monetario Internacional. Una cita americana muy importante que puede contar con la presencia del presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, en la que puede ser su presentación ante las primeras naciones del mundo, lo que hace mucho más necesaria para el Gobierno español su participación en la convocatoria. Algo que, en todo caso, depende de la invitación del anfitrión de la misma, el presidente George W. Bush, con el que Zapatero no tiene la menor capacidad de influencia, salvo que las presiones de nuestros aliados de la Unión Europea -y puede que del entorno de Obama- consigan que el primer mandatario americano dé su brazo a torcer y acepte la presencia de España, y en ese caso de otros países como Polonia u Holanda, que también han pedido estar presentes en la reunión que obsesiona a Zapatero, quien, preocupado con la cumbre americana, tiene abandonada la crisis general de la economía española, mostrándose incapaz para tomar las decisiones de choque que exige la dramática situación.
De ahí que, para España en general y Zapatero en particular, la prioridad de la cumbre de hoy en Bruselas no sea otra que la de insistir en el empeño de que la UE abogue por la presencia española en Washington, mientras que el resto de las naciones de la Unión Europea tratarán, sobre todo, de coordinar la que se pretende que sea una posición común de los 27 países miembros de la UE, de cara a la anunciada reforma del Sistema Monetario, mediante la propuesta de iniciativas concretas y de calendarios de urgencia.
Una serie de iniciativas europeas para la gran reforma monetaria, muchas de las cuales ya se han hecho públicas en distintos países de la UE, lo que contrasta con el mutismo del Gobierno español, que hasta el día de hoy no ha dicho nada al respecto, ni ha hecho públicas las famosas y originales ideas que Zapatero decía tener en cartera para lucirse en la cumbre de la capital americana, tan deseada por él. Y no sólo por el interés de España, que es algo indiscutible, sino y sobre todo porque su ausencia le daría un público e internacional certificado de fracaso diplomático, confirmando lo desastrosa que ha sido su diplomacia de los últimos cuatro años y medio.
Vamos a ver qué proponen y acuerdan la europeos este viernes en Bruselas, porque da la impresión de que van a remolque de la iniciativa americana, y las naciones del Eurogrupo de la UE a remolque de Gran Bretaña, el país que ha liderado las medidas de urgencia para la defensa urgente del impacto de la crisis europea en las distintas entidades financieras nacionales.
Como a remolque y causando daños y problemas parece que va el Banco Central Europeo que preside Trichet, negándose a una drástica y necesaria rebajas de tipos de interés, que ayer redujo en 0,50 puntos, para situarlos en el 3,25 por ciento, mientras el Banco de Inglaterra bajaba los suyos en 1,5 puntos para quedar en el 3 por ciento, en un tiempo en el que en Estados Unidos ya están en el 2 por ciento. Lo que está causando para los europeos graves problemas de financiación hipotecaria y empresarial, y también una dura competencia en los mercados internacionales del crédito, por culpa de este Trichet que está llegando tarde y mal a todas las reformas, mientras que el eje Londres-Washington lleva la delantera y la iniciativa sin cesar. Un motivo más por el que las bolsas europeas vivieron ayer otra desastrosa jornada.
Vamos a ver, pues, qué acuerdos se adoptan en la reunión de Bruselas y si el presidente Sarkozy está en condiciones de presentar en la capital de Estados Unidos una propuesta unitaria y de fuerza, que ayude en algo en la tan desprestigiada confianza política y económica. Y vamos a ver qué pasa con Zapatero y si tiene billete o no para viajar a Washington, algo que ya tienen en su poder los países integrantes del G20, mientras que en España seguimos a la espera de un gesto de Bush, cuando sólo estamos a ocho días de la gran cita americana viviendo un suspense impropio de una nación que dice tener el mejor sistema monetario del mundo -así lo afirmó Zapatero no hace mucho en Nueva York-, y que presume ser la octava economía del planeta. Pero, por lo que se ve hasta el día de hoy, también tiene la peor de las diplomacias de Occidente, y de ahí la zozobra en la tensa espera final, mientras la casa española, en crisis, permanece sin barrer.
http://www.estrelladigital.es/ED/diario/52201.asp
viernes, noviembre 07, 2008
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