jueves, noviembre 13, 2008

Oscar Molina, Leire can

viernes 14 de noviembre de 2008
Leire can

Óscar Molina

A LGUNAS cosas son de nacimiento, la buena educación las puede atemperar, pero nunca se van del todo. Son como una especie de querencia similar a la del toro herido por las tablas. Una de ellas es la horterez, que aparece unas veces como cursilería que raya en la ordinariez y otras, como espantosa predisposición al ridículo, fruto de situaciones favorables recién estrenadas.

Leire Pajín cultiva ambas disciplinas del ser hortera, y lo hace de la manera más sonrojante, desde el convencimiento, con ahínco y empeño ejemplares.

Allá donde se vea a alguien vociferando "Vd. no sabe quién soy yo" en cualquiera de sus modalidades, seguido de una llamada telefónica a alguna esfera más o menos alta para que corrobore quién es ese alguien, hay un hortera. Es un hortera crecido, alguien que no conoce el camino a la humildad más elemental, ni está dispuesto a ceder un milímetro en la continua demostración del cargo que ocupa, el dinero que tiene o lo famoso que es. Lamentablemente hablo de una escena reiterativa en esta España donde el mérito ha dejado de ser escalera para la relevancia, y encontramos alturas políticas, sociales y financieras plagadas de horteras a los que les puede su impulso innato de dar la nota, con objeto de que todo el mundo sepa que están ahí y quién son. Cuentan que Doña Leire dio hace tiempo toda una exhibición de maestría horteril exigiendo en el aeropuerto de Menorca que la permitieran entra en la "Sala VIP" por razón de su cargo; parece además que siéndole negado el acceso recurrió a su teléfono móvil para llamar a algún primo de Zumosol monclovita que le abriese la puerta a esa sala, en la que seguramente su notoriedad recién adquirida se da un inmenso festín de autoestima.

Cuentan también que de vuelta a Madrid en un vuelo procedente de Mexico, la señora Pajín y su séquito, que viajaban en Clase Preferente (imagino que porque desde el confort es más fácil adentrarse en la elucubración de soluciones a las desigualdades sociales) se pegaron un solemne homenaje de cubatas y anduvieron amenizando al resto del pasaje con sus risas y ocurrencias hasta que el alcohol cumplió su función anestésica. Esta otra modalidad de hortera (curiosamente coincidente en la misma persona) es bastante abundante, y está muy bien descrita en la sabiduría popular, que da cuenta de ella en expresiones tipo "A quien nunca tuvo bragas, las costuras le hacen llagas" o "Apetito de espíritu pobre: reventar antes que sobre". Dichos aparte, es de destacar como en ocasiones el hortera modalidad cargo político, es incapaz de entender que el ejercicio de su nombradía conlleva tanto la moderación como el ejemplo en las actitudes públicas. Lo cierto es que seguramente lo sabe, pero la tentación de obrar como quien nunca se ha visto en otra, ni jamás pensó que su valía lo llevara, es demasiado grande. Ante la disyuntiva de ejercer de hortera o reventar, es comprensible que uno se decante por la primera, menos dañina.

Lo peor es el hortera lírico. En esto, la progresía es bastante ducha, y Leire Pajín también nos ha salido alumna aventajada en esta asignatura de la licencitura . Acerca de la victoria de Obama ha dicho que "amanece un nuevo tiempo para la paz, las relaciones internacionales y los derechos sociales". No sé si Doña Leire se dedica a la poesía en sus ratos libres, pero caso de hacerlo estoy seguro de que diría que los ojos de su amado son "azules como el mar" o que él es "la estrella de su firmamento".

La verdad, uno no espera que los políticos sean literatos, pero la ordinariez del nuevo amanecer es ciertamente como para pasar a los anales. No sólo eso, sino que además revela toda el montaje de falsedad y falta de rigor en los que se apoya la doctrina de la izquierda patria. Primero porque la paz de Doña Leire es selectiva; sólo hay ausencia de ella cuando hablamos de guerras que la izquierda no apoya. La guerra de Irak es la guerra del sambenito, cartel que no es otro que el que la define: guerra. Es la única guerra, no hay más guerras. Por contra, la guerra de Afganistán, en la que Obama ha comprometido una mayor implicación, es una especie de operación humanitaria con fusiles que disparan flores. Lamentablemente, los amaneceres afganos no están de acuerdo con la señora Pajín, y cada mañana nos traen un número indeterminado de muertos en acciones de guerra, frecuentemente españoles.

La susodicha ha confundido el "Yes We Can" de Obama, o se lo han traducido mal. Significa "sí, podemos". Pero no se refiere a que podamos hacer lo que nos venga en gana, ni tergiversar las cosas a nuestro gusto, ni mucho menos aburrir al personal con frases espantosas. No significa, por ejemplo, que hablemos de nuevos amaneceres en relaciones entre países cuando las hundió en el fango quien se negó a levantarse al paso de la bandera que representa a todo un pueblo, el que acaba encender el amanecer de Leire, y que curiosamente es el mismo que eligió hace cuatro años a quien ella considera responsable del apagón.

A partir de ahora, veremos a numerosos socialistas exaltando los valores de una nación que hasta hace diez días era parte de su Eje del Mal particular. Oiremos loas al patriotismo de una sociedad ejemplar y financiaremos estudios sobre la cría alternativa de vacas en Wisconsin.

Respecto a los derechos sociales, Doña Leire no sabe que amanece cuando sale el sol, y el sol que ilumina y calienta la justicia distributiva tiene un nombre: riqueza. Pocos amaneceres veremos en este ámbito si no somos capaces de hacer frente a un agujero económico que hasta hace bien poco el partido gobernante, el de la señora Pajín, negaba. Menos aún podemos esperar que amanezca en España sólo porque presuntamente amanezca en los Estados Unidos. No es ya cosa de diferencia horaria, sino de que no hay noticia de partida presupuestaria alguna del Gobierno norteamericano destinada a financiar el subsidio de desempleo en España.

Da igual, ella puede. Puede retorcer la realidad y manejarla a su antojo, puede inventarse situaciones y elegir culpables, puede decir horteradas sin cuento y quedarse tan ancha. Vds no saben quién es ella. Ella puede. Leire Can.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4917

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