jueves 14 de agosto de 2008
Apuntaciones sobre la memoria histórica: Bailén
Antonio Castro Villacañas
H ACE doscientos años que el ejército francés liderado por el general Dupont fue derrotado en la batalla de Bailén por las tropas españolas que mandaba el general Castaños. En el marco del bicentenario del comienzo de nuestra Guerra de la Independencia, la batalla de Bailén exigía una importante conmemoración, una conmemoración oficial y popular adecuada a la importancia que dicha batalla tuvo en 1808 para España y para Europa, puesto que fue en Bailén donde las tropas de Napoleón rindieron por primera vez sus banderas y sus armas a tropas enemigas. Esa adecuada conmemoración popular y oficial no se ha producido, sin que ninguna de las personas físicas y jurídicas implicadas en el tema haya hecho públicas las razones, causas o motivos justificativos o por lo menos explicativos de semejante estulticia.
La batalla de Bailén se ha conmemorado siempre, desde que se produjo, al nivel que las circunstancias históricas de cada momento lo han permitido. El Ayuntamiento de Bailén, la Universidad de Jaén y la Diputación Provincial han promovido desde el año 1999 diversidad de actos, homenajes y recuerdos al citado hecho histórico y a sus protagonistas. El Gobierno español constituyó hace un par de años una Comisión Especial, bien dotada de personas y medios, para organizar como Dios manda la conmemoración del bicentenario de nuestra Guerra de Independencia. Esa Comisión, haciendo uso de sus facultades legales, promovió o intervino en los actos con que el Ayuntamiento de Móstoles, la Comunidad de Madrid, el Gobierno de España, la Familia Real y el sursum corda se acordaron de que el 2 de mayo de 1808 los mostoleños, por medio de su entonces Alcalde, don Andrés Torrejón, dijeron a todos los españoles que Madrid había sido víctima de una perfidia francesa, que España estaba en peligro y que era necesario acudir todos a salvarla...
Nadie puede dudar de que la insurreción madrileña, con Daoíz y Velarde, el teniente Ruiz y Manolita Malasaña, y el llamamiento de Móstoles, tuvieron su importancia, por lo que estaba archijustificado que del Rey para abajo acudieran todos los personajes protagonistas del retablo de nuestras maravillas políticas a los actos con que la joven ciudad madrileña recordaba un momento meritorio de su pasado, incluso a la inauguración de un monumento tan singular como el horroroso enrejado que se descubrió en acto público aquel día...
Pero lo que nadie comprende es por qué Bailén, verdadera puerta de entrada a una terrible guerra de seis años, y auténtica puerta de salida hacia un tiempo de provisionalidad institucional, de alzamientos populares y nacionales, y de diversos movimientos sociales liberadores del complejo español de inferioridad ante lo francés, no ha merecido de nuestra Monarquía, de nuestro Gobierno, de los que dicen representar a Andalucía, en definitiva de nuestro mundo político, militar y social, el homenaje y recuerdo que bien merece.
La trascendencia de Bailén fue grande en la Europa de 1808 y lo sigue siendo en la de hoy. La primera batalla perdida por los franceses hizo que Napoleón tuviera que replantearse de modo radical su actitud política ante España, por lo que tuvo que venir a nuestro país asumiendo el compromiso personal de asentar aquí la monarquía napoleónica que había pactado con Carlos IV y Fernando VII... Otra consecuencia de Bailén fue la creación de la Junta Central y el fin de las juntas locales directoras de la lucha por nuestra independencia...
Quizá en los párrafos anteriores podamos encontrar las razones de que el bicentenario de la batalla de Bailén no se haya celebrado con la pompa y las circunstancias que sin duda merecía. Miedo a quedar mal con Francia, miedo a recordar la eficacia del entendimiento entre el ejército y el pueblo, miedo a descubrir que la familia Borbón había pactado con la familia Bonaparte el cambio de tronos, miedo a traer a la memoria popular que para cualquier acción de gobierno es necesaria la supremacía de una Junta Central sobre cualquier clase de juntas más o menos autónomas...
¿Qué otra cosa más importante tenían que hacer el pasado 19 de julio el Rey, el Príncipe de Asturias, el Presidente del Gobierno, la ministra del Ejército, las supremas jerarquías militares, y el presidente de la comunidad autónoma andaluza, para no acudir a honrar la memoria de los españoles muertos, heridos o simples combatientes en la batalla de Bailén? Que nosotros sepamos, no tenían que hacer ni hicieron nada que merezca recordarse.
Por eso reiteramos la pregunta. Y ya verán ustedes cómo nadie la contesta.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4775
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