miércoles, agosto 20, 2008

Ferrand, Los mofletes rojos

Los mofletes rojos

M. MARTÍN FERRAND

Jueves, 21-08-08
QUIZÁ porque es hombre riguroso y serio, poco dado a la chapuza y la componenda, José Antonio Alonso es un mal portavoz para el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados. Alonso, que cumplió como ministro de Interior y lució como titular de Defensa, no prospera como portavoz y, cuando pretende lo que no se debe pretender en una democracia, que el presidente del Gobierno no se explique en el Parlamento, tiene que ser María Teresa Fernández de la Vega quien, ya acostumbrada a la tarea, convenga en la trastienda lo que resultaría escandaloso exhibir en los altares del templo democrático y dizque representativo.
Aquí nos acostumbramos a todo rápidamente. Ya hemos aceptado, según parece, que el Congreso -tan céntrico, tan próximo a los grandes museos- sea un monumento para las visitas turísticas y para unos pocos actos litúrgicos de vez en cuando; pero, en contra de lo predicado por el propio Zapatero, tiene poco de centro y eje de la vida y el debate político nacionales. Es más fácil, sin luz ni taquígrafos, que De la Vega se encuentre con Saura y, ellos sabrán a cambio de qué, se le ahorre al líder socialista el sofoco público de explicar las razones, o los intereses, que le llevan a actuar de manera contraria a la que él mismo anuncia y propone como ejemplar y transparente.
A Saura no se le cae la cara de vergüenza, después de impulsar la iniciativa para que Zapatero comparezca ante la Diputación Permanente del Congreso, por ser él quien le ahorre el trago al presidente. Si sus electores se lo consienten y sus compañeros en Iniciativa per Catalunya Verds se lo permiten, todos -representante y representados- quedarán retratados con un solo fogonazo. El sistema no funciona. La Constitución no marca los límites de una convivencia que se pueden burlar por un quítame allá un Estatuto o un ponme acá una financiación. El Congreso está de más para un debate que no existe y el carrusel napolitano -yo te doy una cosa a ti, tú me das una cosa a mí- es la nueva forma del pacto político. Los partidos funcionan (?) sin democracia interna ni perrito que les ladre a sus estrellas. Hasta el Presupuesto se conviene, fuera de su escenario natural, en cenas discretas, encuentros de tapadillo y siseos de esquina. ¿Esto es una democracia o un vodevil?
El PP vuelve a quedarse, también en esta legislatura, con el monopolio de la oposición. No debe bajar la guardia ni evitar confrontaciones. La financiación autonómica, el fondo del problema presente, no es un asunto menor por el que no valga la pena crispar los ánimos. El Presupuesto es, de hecho, la ley que rige nuestra convivencia durante todo un año y, por ello mismo, no es cosa de subalternos, sobrentendidos y ausencias. El presidente Zapatero está atrapado por sus mentiras. Es justo que sufra por ello y, si tiene colores, le asomen a los mofletes.

http://www.abc.es/20080821/opinion-firmas/mofletes-rojos-20080821.html

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