España, de luto
Jueves, 21-08-08
EL aeropuerto de Barajas fue ayer escenario de una estremecedora tragedia aérea que se ha cobrado la vida de más de 153 personas y 19 heridos de gravedad. El vuelo de Spanair JKK 5022 con destino a Las Palmas de Gran Canaria desde Madrid y con 172 personas a bordo, entre pasaje y tripulación, se estrelló durante la operación de despegue por motivos que aún no han sido determinados oficialmente y cuyas causas concretas aún tardarán en conocerse. Las primeras informaciones conocidas ayer aludían a la explosión de uno de los motores. El impacto de la aeronave contra la pista provocó un incendio que se extendió por el aparato, partido por la mitad, y de manera tan fulminante -los depósitos estaban llenos de combustible- que fue imposible cualquier operación de evacuación de los pasajeros. Los servicios de emergencia, que desplazaron al lugar a cientos de sanitarios, policías y bomberos, actuaron con encomiables rapidez y coordinación, aunque no pudieron evitar que la tragedia alcanzara la espantosa dimensión que ha alcanzado, sumiendo en la conmoción a toda España. Las autoridades políticas respondieron con diligencia a la consternación que el accidente ha generado, y no sólo en cuanto a la coordinación de las administraciones públicas. El presidente del Gobierno, varios ministros y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, interrumpieron sus vacaciones para viajar a Madrid, cuyo alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, estuvo presente en el aeropuerto de Barajas desde que se conoció la noticia del accidente y decretó tres días de luto oficial en la capital. También la Familia Real expresó su hondo pesar por la tragedia y su cercanía a las víctimas en estos momentos de tristeza. España entera está de duelo y demostrará, como lo ha hecho siempre que una tragedia nos ha sacudido con su rostro más cruel, su respuesta solidaria y su cercanía a quienes están viviendo en primera persona el drama del accidente.
En este momento, la prioridad debe ser la atención material y psicológica a las familias de las víctimas, que deben recibir el calor humano de la sociedad española, el apoyo de las administraciones, así como el respeto de los medios de comunicación por su dolor. En este sentido, merece destacarse que las imágenes del accidente, mientras aún había llamas en el avión, fueron tomadas a distancia, evitándose así excesos morbosos.
También es necesario determinar por completo las causas del accidente, evitando cualquier juicio precipitado al respecto porque emitirlo no sólo sería imprudente, sino sencillamente temerario. La aviación es el medio de transporte más seguro y estas tragedias, que ningún sistema de seguridad puede prevenir absolutamente, no impugnan esta realidad. Sin embargo, para mantener la confianza de los usuarios, los accidentes de avión deben ir seguidos de una investigación exhaustiva para despejar cualquier sombra de duda y para que quede claro ante la sociedad que nunca la viabilidad de cualquier empresa, especialmente si su actividad puede comportar riesgos para la vida humana -por remotos que puedan ser-, condiciona los estándares de seguridad imprescindibles. Existen medios técnicos suficientes para llegar a su tiempo a conclusiones definitivas.
Igualmente deben depurarse las responsabilidades legales que fueran pertinentes y verificar si los trámites de inspección se cumplieron debidamente. No obstante, hoy, las trágicas consecuencias del accidente obligan a una prudencia especial y a omitir veredictos antes de que existan pruebas concluyentes, porque las conjeturas no sólo lesionan la confianza en el transporte aéreo y en las compañías de navegación, sino también dañan a las propias víctimas y a sus familiares, sometidas a un angustioso vaivén de informaciones contradictorias que alimentan la incertidumbre en los momentos más críticos de su vida.
http://www.abc.es/20080821/opinion-editorial/espana-luto-20080821.html
miércoles, agosto 20, 2008
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