lunes, agosto 25, 2008

Luces y sombras olimpicas

Luces y sombras olímpicas

Lunes, 25-08-08

LA participación española en los Juegos Olímpicos de Pekín se cierra con un sabor agridulce, y no tanto por el meritorio balance de éxitos conseguidos como por las expectativas que se habían generado y que, en casos muy representativos, se han visto frustradas. España repite el máximo de medallas de oro y, en conjunto, es la segunda mejor actuación en la historia olímpica, con dieciocho metales en total. La posición española en la parte media-alta del medallero es razonable y resulta indiscutible el éxito en algunas pruebas de gran impacto, como es el caso del triunfo en tenis de Rafael Nadal. En general, los deportes de equipo se han comportado a buen nivel. La plata en baloncesto tiene sabor a oro, después de una final vibrante luchando de tú a tú con los mejores de la NBA. Hay éxitos de alto nivel en ciclismo con Samuel Sánchez, Joan Llaneras o Leire Olaberría, así como en vela, remo, natación sincronizada y otras pruebas con menor presencia mediática, pero no por ello menos relevantes. Aunque no alcanzó el oro, el palista David Cal confirmó su enorme calidad, y otros nombres propios menos conocidos por el gran público han compartido protagonismo con figuras internacionales como Pau Gasol o el citado Nadal.
Los éxitos del deporte español a lo largo de un verano histórico con el momento cumbre de la Eurocopa de fútbol habían puesto muy alto el listón para estos Juegos. Desde este punto de vista, la opinión pública percibe luces y sombras en la actuación de nuestros representantes. Hay algunas asignaturas pendientes, como el atletismo y la natación, es decir, las competiciones olímpicas por excelencia. Las quejas de algunos atletas y nadadores sobre las condiciones de su preparación no deberían caer en saco roto. Hay que impulsar el deporte de base y muchas Federaciones tienen muchos deberes pendientes por hacer porque la imagen brillante de los grandes campeones no puede ocultar ciertas deficiencias evidentes. Algunos dirigentes prolongan su mandato más allá de los límites razonables y se repiten con demasiada frecuencia las desavenencias entre directivos y deportistas. Desde esta perspectiva, cobra sentido la aplicación de la normativa que exige la convocatoria de elecciones en aquellas Federaciones que no cumplen con unos objetivos mínimos. Con esfuerzo y trabajo bien hecho, los resultados siempre llegan a medio plazo puesto que la cantera deportiva en España ofrece muchas posibilidades todavía desaprovechadas desde el propio ámbito escolar. El funcionamiento de las becas que otorga el plan ADO es un buen ejemplo de recursos susceptibles de ser muy mejorados. La idea es buena en sí misma, pero produce en la práctica el control de las subvenciones por grupos minoritarios dentro de cada deporte y favorece las marcas actuales de competidores que, por razón de su edad, no estarán en condiciones de rendir en los siguientes juegos. Incluso algunos deportistas, en un ejercicio de responsabilidad digno de elogio, han renunciado a ellas para dejar paso a deportistas más jóvenes, cuya carrera está en ascenso. La burocracia deportiva española resulta a veces oscura e ineficaz y tiende a generar intereses particulares.
El deporte es un fenómeno de masas que mueve grandes cantidades de dinero y suscita múltiples emociones colectivas. Por eso, su gestión debe estar a la altura de lo que significa en una sociedad global y competitiva, con una exigencia muy estricta de resultados positivos a quienes asumen los puestos de responsabilidad. Hay que felicitar a nuestros medallistas y a todos aquellos que han dado lo mejor de sí mismos, logrando resultados meritorios. También es el momento de ser muy exigentes con los que reciben una financiación pública que debe traducirse en puestos y en marcas de nivel suficiente. Los Juegos Olímpicos son el gran escaparate del deporte de un país a escala universal y es necesario dar la talla para responder a las expectativas creadas. Hay que empezar ya a trabajar. Londres 2012 es la siguiente meta.

http://www.abc.es/20080825/opinion-editorial/luces-sombras-olimpicas-20080825.html

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