lunes, marzo 10, 2008

Jose Melendez, El terrorismo vuelve a irrumpir en las elecciones

lunes 10 de marzo de 2008
El terrorismo vuelve a irrumpir en las elecciones
José Meléndez

P OR segunda vez consecutiva, los españoles van hoy a las urnas bajo los efectos del golpe del terror. Por su magnitud y por venir de una amenaza nueva que hasta entonces no había sido percibida por la opinión pública, los atentados del 11M produjeron un efecto catastrófico en el sentimiento de los votantes, malévolamente manipulado por el PSOE y sus terminales mediáticas que rompieron la legalidad y la ética en el día de reflexión para aprovecharse del miedo colectivo del momento. Ahora, a tres dias de la votación, el terrorismo de ETA –que en el 2.004 se hartó de proclamar su inocencia en la sangrienta barbarie- ha vuelto a golpear con el vil asesinato de Isaías Carrasco, un ex concejal del PSOE que, ya retirado de la política, iba desprotegido y sin escolta.

Hasta ahora, la muerte alevosa de un inocente ha tenido en la campaña electoral las mismas consecuencias que la de los cerca de doscientos inocentes que pagaron con su vida el lunático fanatismo de unos malvados. La campaña electoral se suspendió, los partidos se quedaron sin el broche que habían programado y los electores han vuelto a sentir el escalofrío del terror en derredor suyo. Y la pregunta obligada que todo el mundo se hace desde la triste tarde del viernes pasado es ¿cómo influirá este nuevo atentado en los resultados electorales?. Para analizar eso habrá que fijarse antes en el desarrollo de la larguísima precampaña electoral y la campaña propiamente dicha, partiendo de la base que los dos grandes partidos políticos nacionales tienen una amplia base de incondicionales cuya adhesión inquebrantable es evidente, pase lo que pase. Queda esa gran masa de los indecisos, de los que ocultan su voto y de los que examinan los problemas diarios a que se enfrentan y sopesan las soluciones que se les ofrecen. Los que han de decidir su voto por la calidad de la gestión política y los problemas de economía, precios al consumidor, desempleo, vivienda o educación, es de suponer que a estas alturas ya tengan su decisión tomada. Pero el terrorismo, que era la primera preocupación no hace mucho tiempo y ha ido bajando en el interés de la gente, se ha vuelto a erigir en una potencial veleta para orientar el voto dudoso.

La clave la dio el presidente del gobierno en su último cara a cara con el jefe de la oposición, al preguntar a Rajoy: ¿qué clase de política terrorista quiere usted, la del último gobierno de su partido con 234 muertos o la del gobierno actual con 4 muertes en cuatro años? La pregunta era tan capciosa como malévola, porque faltaba a la verdad, ya que en esa cifra englobaba las víctimas del 11M sin un límite de tiempo a las de ETA. La verdad es que en el último año de gobierno de Aznar, ETA no pudo asesinar a nadie, sin que hubiera por medio ninguna clase de tregua o alto el fuego, solamente la labor eficaz de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que detenían a los comandos antes de cometer atentados y de la Judicatura, que los enviaba a la cárcel sin paliativos.

Por lo tanto, el votante de hoy que pueda verse afectado nuevamente por el terrorismo debe plantearse la pregunta en los mismos términos: ¿Qué clase de política antiterrorista prefiere, la de la negociación política que pone en juego la dignidad de la nación y que ha fracasado como fracasarán todos los nuevos intentos en ese sentido por la tozudez de los terrorista de aferrarse a unos objetivos inasumibles en un Estado de Derecho o la política del empleo riguroso y constante de los resortes que ese Estado tiene para defender su integridad, su constitucionalidad y los derechos civiles de los ciudadanos?

Son dos políticas totalmente distintas, una que ha fracasado rotundamente a pesar de las concesiones del gobierno y otra que llegó a tener a ETA contra las cuerdas y al borde de la extinción. Lo mas sensato sería que ambos partidos se unieran en un frente común, pero eso es imposible porque, en la realidad, Zapatero no quiere prescindir por completo de su sueño de paz que persigue por unos caminos intransitables. Precisamente el día antes del asesinato de Isaías Carrasco, Zapatero había vuelto a decir que “si las circunstancias son idóneas, estaría dispuesto a reanudar el diálogo” Y en el comunicado conjunto que firmaron los partidos políticos en el Congreso el viernes por la tarde, se eliminó la propuesta del PP de garantizar que no se volvería a negociar con ETA. Y sigue sin convocarse el Pacto Antiterrorista que él mismo rompió unilateralmente.

Las posturas, por tanto, están claras. Eso es lo que deben tener en cuenta los votantes.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=1596

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