martes, marzo 04, 2008

Ferrand, Chaves, Aznar y la razon

martes 4 de marzo de 2008
Chaves, Aznar y la razón
POR M. MARTÍN FERRAND
MANUEL Chaves, presidente del PSOE y de Andalucía, ha convertido su predio electoral en un búnker inexpugnable. Sus paisanos no prosperan, pero le votan con entusiasmo. Parece que Erich von Manstein, el más inteligente de los generales alemanes en la Segunda Guerra Mundial, el mayor experto en asedios -Sebastopol, Leningrado- en la historia de la estrategia, se haya reencarnado en el cuerpo de quien fue un mal ministro de Trabajo antes de ser un pésimo presidente autonómico. Así se explica la desesperación del candidato del PP, Javier Arenas, que le tiene sitiado desde hace cuatro legislaturas y no consigue avanzar un paso. No es de extrañar. Arenas es un político convencional, de formación clásica y maneras homologables con las del Viejo Continente, y Chaves, instalado en el surrealismo, parece el gobernador del País de las Maravillas en actitud de cortejar a la pobre Alicia. Valga como demostración uno de sus dichos a lo largo del debate que, en el subordinado Canal Sur, ha mantenido con su principal oponente: después de salirse por la tangente de cuantas encerronas le planteó el aspirante del PP, garantizó a sus paisanos que «ningún soldado andaluz se verá inmerso en una guerra ilegal e injusta como la de Irak». Si, después de eso, Arenas no pide plaza para someterse a la disciplina de San Benito es que tiene más resistencia de la que le reconocemos, que es mucha.
Esto de no someterse a las normas clásicas de la razón y la lógica, la inmersión en lo estrafalario, es muy propio del tiempo electoral. Los machos dominantes, desbordados por sus propias hormonas y excitados por las circunstancias, tienden a comportarse, tanto en el ataque como en la defensa, con modos pintorescos, inimaginables y, felizmente, irrepetibles. Obsérvese el caso de José María Aznar, un personaje que según ha ganado en experiencia ha ido abundando en desconfianzas y desdenes. Este fin de semana, con su jersecito rosa y su melena al viento, se le apareció a Mariano Rajoy en la plaza de toros de León, ante más de 15.000 personas. El personaje, desde que la realidad y el 11-M cambiaron sus planes y alteraron la proyección de sus designios, ha ido ganando en rareza y perdiendo en equilibrio. En el curso del mitin al que me refiero, el ex presidente del Gobierno y presidente de FAES pidió el voto para Rajoy, que de eso se trataba. Extendió su petición «a los de fuera» del partido, que los de dentro se supone que ya están convencidos, y precisó: «Aunque el PP no entusiasme, aunque Rajoy no entusiasme». Los más veteranos de la observación política no recuerdan cosa parecida. Ante un Rajoy que es fruto de su caprichosa designación personal, de su dedazo, Aznar le apoya -¡no faltaba más!- aunque no entusiasme.
¿Será inalcanzable el sentido común en la política española?

http://www.abc.es/20080304/opinion-firmas/chaves-aznar-razon_200803040255.html

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