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El Papa visita Turquía en "un momento muy importante", según Erdogan, el primer ministro del país
Benedicto XVI en Turquía: "El mejor camino es el auténtico diálogo entre cristianos y musulmanes"
La CEE ha tenido en cuenta para la nueva Instrucción Pastoral "la fuerte oleada de laicismo"
El Papa y el Primado de la Comunión Anglicana firman una Declaración Común en la que se comprometen a continuar el diálogo
Benedicto XVI pide evitar toda discriminación hacia los enfermos de SIDA
La Iglesia desempeña un papel vital para los emigrantes, según al Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU
El Papa visita Turquía en "un momento muy importante", según Erdogan, el primer ministro del país
Benedicto XVI llegó el martes 28 de noviembre al aeropuerto internacional de Ankara, donde fue recibido por el primer ministro Recep Tayiip Erdogan, fundador en 2001 del Partido por la Justicia y el Desarrollo, de carácter pro islámico. El primer ministro tendió la mano al Papa como gesto de amistad, en la pista de aterrizaje, y ambos desfilaron por la alfombra hasta una sala en la que se encontraba el retrato de Mustafá Kemal Atatürk, el fundador de la Turquía moderna en 1923.
Según Erdogan, la visita del Papa Turquía tiene lugar en "un momento muy importante" e ilustró el proyecto de Alianza de Civilizaciones, que está llevando adelante con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y con el primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero, que se presentará en la sede de la ONU en Nueva York el próximo mes.
Tras la recepción, viajó al monumento en el que se encuentran los restos mortales de Atatürk. Acogido por el Comandante del Cuerpo de Guardia, el Santo Padre entró en el Mausoleo y colocó una corona de flores junto al féretro. A continuación se dirigió a la sala de la Torre del Pacto Nacional, donde firmó el libro de Oro y escribió una frase en inglés como recuerdo de su visita: "En esta tierra, lugar de encuentro entre religiones y culturas, y puente entre Asia y Europa, con gusto hago mías las palabras del fundador de la república turca para expresar el augurio: 'Paz a Turquía, paz al mundo'."
Benedicto XVI en Turquía: "El mejor camino es el auténtico diálogo entre cristianos y musulmanes"
Una de las primeras visitas del Pontífice ha sido la entrevista con el gran muftí Ali Bardakoglu, una de las voces más críticas tras la intervención de Benedicto XVI en Ratisbona. En el diálogo asistieron representantes de la comunidad musulmana, entre los que se encontraban el gran muftí de Ankara y el gran muftí de Estambul, así como cardenales y obispos que forman parte del séquito papal.
En sus palabras, el Papa ha subrayado su respeto y reconocimiento a su interlocutor y a todos los líderes religiosos de Turquía. "Cristianos y musulmanes, siguiendo sus respectivas religiones, coinciden en el carácter sagrado y digno de la persona. Esta es la base de nuestro mutuo respeto y estima, esta es la base para la cooperación en el servicio de la paz entre naciones y personas", destacó Benedicto XVI.
Tras elogiar la belleza y riqueza de la cultura turca, el Santo Padre repitió las palabras que había dejado escritas el Papa Juan XXIII, cuando llegó como arzobispo para ser representante pontificio en Estambul: "Siento que amo al pueblo turco, al que el Señor me ha enviado... Yo amo a los turcos, aprecio las cualidades naturales de este pueblo, que también tiene su papel preparado en el camino de la civilización".
"El mejor camino es el auténtico diálogo entre cristianos y musulmanes, basado en la verdad e inspirado por un sincero deseo de conocerse unos a otros mejor, respetando las diferencias y reconociendo lo que tenemos en común", reconoció. "Que la libertad de religión, garantizada institucionalmente y efectivamente respetada, tanto a los individuos como a las comunidades, constituya para todos los creyentes la condición necesaria para su contribución leal a la edificación de la sociedad, en actitud de auténtico servicio, particularmente a los más vulnerables y pobres", concluyó Benedicto XVI.
La CEE ha tenido en cuenta para la nueva Instrucción Pastoral "la fuerte oleada de laicismo"
La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) aprobó el pasado jueves, 23 de noviembre, la Instrucción Pastoral "Orientaciones morales ante la situación actual de España". Según declaró Martínez Camino, secretario y portavoz de la CEE, el documento considera positivo "el advenimiento de la democracia" y elogia "los grandes valores morales que, sobre el trasfondo espiritual de la reconciliación, hicieron posible la Constitución de 1978, que ha propiciado treinta años de estabilidad y prosperidad", subrayando "el importante papel que la Iglesia y los católicos españoles jugaron en el establecimiento de la democracia". Sin embargo, "llama la atención sobre el peligro que supone dilapidar los bienes alcanzados y reabrir viejas heridas con una utilización de la "memoria histórica" guiada por una mentalidad selectiva".
En la parte que el documento de la CEE dedica a analizar la relación "democracia y moral", se explica que "la democracia y los procedimientos democráticos no son la última referencia moral de los ciudadanos, y se ayuda a descubrir que los fundamentos prepolíticos de la democracia radican en la verdad del ser humano". Asimismo, la contribución de los obispos para una "mejora de la democracia", tiene en cuenta "que es absolutamente necesario respetar el recto funcionamiento de las instituciones, especialmente la autonomía del poder judicial y la libertad de los jueces".
Para elaborar sus orientaciones los obispos han tenido en cuenta la "fuerte oleada de laicismo", que ha creado en la sociedad "un modo de vida en el que la referencia a Dios es considerada como algo negativo". "El laicismo radical y excluyente, impulsado por algunos sectores, está en la base de algunas legislaciones, promovidas recientemente en España, que deterioran gravemente el bien común de una sociedad, formada en buena parte por católicos".
El Papa y el Primado de la Comunión Anglicana firman una Declaración Común en la que se comprometen a continuar el diálogo
Benedicto XVI recibió la pasada semana en el Vaticano al arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, primado de la Comunión Anglicana, coincidiendo con el cuadragésimo aniversario del encuentro del entonces Arzobispo de Canterbury, Michael Ramsey con el Papa Pablo VI. Tras recordar la larga historia de las relaciones entre la Sede Romana y la de Canterbury, comenzadas hace más de 1400 años, el Santo Padre dio las gracias al arzobispo y a otros representantes de la Comunión anglicana por su presencia en los funerales de Juan Pablo II y en la inauguración del pontificado actual.
"Hay muchas cosas en nuestras relaciones en estos cuarenta años por las cuales debemos dar gracias", dijo el Santo Padre. Pero en el contexto actual, observó el Papa, "hay muchas presiones e influencias negativas. Acontecimientos recientes, sobre todo acerca del ministerio ordenado y de ciertas enseñanzas morales, han repercutido no sólo en las relaciones dentro de la Comunión anglicana, sino también en las relaciones entre la Comunión anglicana y la Iglesia católica". "Creemos que estos temas, sobre los que discute en estos momentos la Comunión anglicana, son de vital importancia para la predicación del Evangelio en su integridad, y que los debates actuales redundarán en el futuro de nuestras relaciones. Es de desear que el trabajo del diálogo teológico, que ha registrado no pocos acuerdos sobre estos y otros importantes argumentos teológicos, se siga tomando en serio", subrayó el Pontífice.
Después del encuentro, el Papa y el arzobispo de Canterbury firmaron una Declaración Común en presencia de los miembros de la delegación anglicana y los representantes católicos. En ella, "la International Anglican-Roman Catholic Commission for Unity and Mission (IARCCUM) se ha comprometido a examinar los modos adecuados en los que nuestra misión compartida de proclamación de la vida nueva en Cristo al mundo puede progresar y alimentarse". El Santo Padre y el arzobispo subrayan que "es urgente que, al renovar nuestro compromiso de perseguir el camino a la comunión plena y visible en la verdad y en el amor a Cristo, también nos comprometamos a continuar el diálogo para afrontar los temas importantes que conciernen a los factores eclesiológicos y éticos actuales que hacen más difícil y arduo ese camino".
Benedicto XVI pide evitar toda discriminación hacia los enfermos de SIDA
En vísperas de la Jornada Mundial contra el SIDA, que se celebrará el 1 de diciembre, Benedicto XVI pidió evitar toda discriminación hacia los enfermos afectados por el virus VIH. Asimismo, el Papa deseó que la Jornada "sirva para favorecer una responsabilidad mayor en la curación de la enfermedad, así como en el compromiso por evitar toda discriminación hacia todos los que han quedado afectados". El pontífice invocó "sobre los enfermos y sus familias el consuelo del Señor", y alentó "las múltiples iniciativas que la Iglesia apoya en este campo".
Según datos proporcionado por el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, el 25 por ciento de los enfermos de SIDA del mundo son atendidos por instituciones de la Iglesia Católica o por organizaciones no gubernamentales católicas.
La Iglesia desempeña un papel vital para los emigrantes, según al Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU
Si alguien que tiene la clave para resolver los problemas de los migrantes, esa es la Iglesia, ha afirmado Antonio Guterres, Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR). Tras su reciente entrevista con Benedicto XVI, concedió una entrevista a la Agencia Zenit.
"Notamos actitudes xenófobas en todo el continente que hace falta combatir. En la vida política, en los medios y en algunos círculos de opinión pública, la cohesión social de las sociedades se siente amenazada y entonces causa problemas a la paz en muchas áreas". Este es un aspecto significativo del dilema que la Iglesia pretende eliminar.
"En nuestra entrevista el Papa y yo hablamos sobre la importancia de la promoción católica de la tolerancia y el respeto mutuo en sociedades que se están haciendo multiculturales, multiétnicas y multirreligiosas. Es la mejor garantía de que los sistemas de asilo seguirán existiendo en todo el mundo". La enseñanza de Iglesia también apoya a los refugiados promoviendo su dignidad individual y subrayando lo que ellos pueden ofrecer a las sociedades.
"Cuando miramos al mundo de hoy hay muy sólidas razones para creer que los movimientos migratorios de poblaciones tenderán a aumentar. Tenemos una globalización isométrica. El dinero se mueve libremente por todo el mundo, sin embargo es mucho más difícil para las personas moverse". Entonces la oferta y la demanda tienden a encontrarse. "Se encuentran legalmente si es posible pero ilegalmente si es necesario", dijo. Aquí es donde las organizaciones católicas de la sociedad civil pueden intervenir para ayudar a salvaguardar la dignidad de los migrantes. "Es importante que Europa defina una estrategia más efectiva respecto a los problemas de la migración, basada en la unificación de las leyes inclusivas particulares".
jueves, noviembre 30, 2006
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