El CIS da la razón a Rajoy sobre su gestión de la oposición
Antonio Martín Beaumont
21 de noviembre de 2006. Ayer fue un buen día para Mariano Rajoy. Hay partido, sin duda. La encuesta oficial del CIS coloca al líder del PP a sólo un 1,4% en intención de voto de José Luis Rodríguez Zapatero. Esto, además de ser un "empate técnico" -si alguien cree aún en empates en nuestra política- supone que los populares han arrebatado al PSOE un 2% en dos meses, desde septiembre hasta noviembre. Y como guinda, el detalle nada menor de que la encuesta se hizo en plenas elecciones catalanas, antes de la derrota de Montilla, de la reedición del Tripartito y de los últimos terremotos en el "proceso de paz" al que Zapatero se aferra como tabla de salvación. Este giro en la opinión pública coloca a Rajoy en mejor posición que la que tenía el PP en las encuestas un año antes de las elecciones del 14-M, y devuelve la confianza al centroderecha de cara a las elecciones generales de 2008. O de cuando el presidente quiera, claro. Por lo demás, el "número uno" popular tiene ahora en sus manos una baza temporalmente irrefutable ante las críticas a su gestión de la oposición. Poco importa si esas reticencias han surgido dentro del partido o si se han sugerido desde fuera: la sensibilidad catalana de Josep Piqué, el Estatuto valenciano de Francisco Camps, los pasos de Alberto Núñez Feijoo y el talante de Javier Arenas encuentran su explicación en estos buenos datos del CIS. Explicación, y a veces hasta justificación: no es tan importante la pequeña distancia que aún separa en las encuestas a PSOE y PP como la tendencia, que nos muestra a los de Génova en crecimiento. Moderado en las formas, centrado en la sociedad, oportuno en los gestos, plural en lo accesorio, unido en lo esencial, firme en los principios y moderno y sin complejos; ese diseño, aunque aún no sea una realidad por completo, parece ser el que funciona.
martes, noviembre 21, 2006
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